Misterio fantasmal
Una chica vestida con uniforme de colegio, mochila, jumper y el pelo largo hasta la cintura camina al costado de la ruta. La neblina cubre el desierto de Atacama. La niña hace dedo. Torres Leiva la ve y la levanta. No imagina cuánto impacto tendrá esta muchacha en su vida.
La novela del chileno Diego Zúñiga (Iquique, 1987) narra la historia de la desaparición de un grupo de chicas de Alto Hospicio, un barrio marginal al norte de Chile. La ficción se hace eco de un hecho real: los asesinatos del llamado Psicópata de Alto Hospicio, ocurridos a fines de los años 90. Zúñiga retrata el devenir de Torres Leiva, fotógrafo, y García, periodista, que atraviesan el país para contar las vidas de estas muchachas.
Torres Leiva llega a Iquique por un trabajo. Debe fotografiar a una Virgen que llora sangre. Ése es el primer indicio de los hechos macabros que constituirán el thriller. En el camino se cruza con Ximena, la niña de la ruta, la única sobreviviente. Persecuciones, secuestros, reminiscencias de la época de Pinochet, el temor a un tsunami. Los peores fantasmas del pueblo chileno se entremezclan en la novela del joven autor, que convivió con estos hechos durante su infancia.
Las fotografías y coberturas de Torres Leiva son imágenes de una época que retratan la corrupción, la desidia y el desinterés por los más humildes. El primer viaje al norte ocurre el 11 de septiembre de 2001, fecha en que coinciden un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1973 y el atentado a las Torres Gemelas. La política se mezcla en la descripción de las fiestas de altos círculos empresariales y políticos, donde se obliga a menores de edad a prostituirse y adonde irán a buscar a las niñas de Alto Hospicio.
El protagonista es arrastrado por las situaciones: un estado de apatía permanente lo lleva a enfrentarse a policías corruptos, drogas y secuestros. A través de pequeños flashbacks a su pasado, el lector se entera de que es separado, de que su hijo vive en Santiago con su ex mujer y la nueva pareja de él y de que ha perdido a una hija. La tristeza del personaje tiñe todo Racimo. Sólo se observan pequeños destellos de felicidad en la breve relación que tiene con una investigadora. Pero todo eso quedará atrás con el avance del caso.
Con una prosa concisa y directa, Zúñiga da forma a un relato policial en el que los protagonistas terminan por meterse de lleno en la investigación, aún a riesgo de la propia vida. La escritura se vuelve al mismo tiempo denuncia social y pone en evidencia la desprotección y la fragilidad de una sociedad aturdida por el miedo a la pasada dictadura y a un presente de violencia.
RACIMO
Por Diego Zúñiga
Random House
248 páginas
$ 169