Una riesgosa apuesta
WASHINGTON.– Hasta el momento, Barack Obama no ha sido capaz de convencer a los norteamericanos de que están mejor que hace cuatro años. Su próximo paso podría ser tratar de persuadirlos de que estarían peor con su rival, Mitt Romney.
En un discurso que pronunciará hoy sobre la economía, Obama seguramente no revelará nuevas ideas para generar puestos de trabajo, según fuentes demócratas cercanas a los preparativos. La base de su discurso, en cambio, será que necesita cuatro años más para deshacer los daños dejados por George W. Bush, su predecesor republicano en la Casa Blanca, y argumentará que de llegar a la presidencia Romney podría volver a la política de desregulación financiera y drástica reducción de impuestos e ingresos de la era Bush.
Obama ya viene repitiendo ese argumento frente a grupos pequeños de seguidores. "Lo único que nos falta es volver a las mismas políticas que nos llevaron a este desastre", dijo anteayer en un acto de recaudación de fondos en Baltimore.
Es una estrategia no exenta de riesgos para Obama. Si señala demasiado con el dedo, puede perder estatura presidencial y podría llevar a los votantes a cuestionarse si no está eludiendo su responsabilidad.
La estrategia desafía la opinión más compartida por los analistas políticos, que dicen que los votantes deciden si mandan a casa o renuevan el contrato de un presidente según su propio desempeño. Y una campaña abiertamente negativa podría invitar a comparaciones poco favorecedoras con el lema de "cambio" que llevó a Obama a la victoria en 2008.
Muchos demócratas creen que Obama debe poner sus logros en contexto y explicar que se pasó todo su primer mandato tratando de salir del pozo en el que hundieron al país los republicanos.
Los analistas apuntan que la recuperación no ha sido menos brillante que las que siguieron a las recesiones de 2001 y 1991; la diferencia es que la economía está saliendo de un pozo mucho más profundo.
Los 69.000 nuevos puesto de trabajo que se crearon el mes pasado, si bien no son ni remotamente suficientes, deberían sopesarse frente a los 800.000 empleos que desaparecieron el mes que Obama llegó a la Casa Blanca, dicen los demócratas. "Aunque 2007 fue hace cinco años, es muy importante explicarle a la gente cómo llegamos a esta situación", dijo Jared Barnstein, ex asesor económico del vicepresidente Joe Biden.
Los demócratas también saben que aunque para muchos votantes Romney no termina de definirse, su política de recortes presupuestarios ha espantado a muchos norteamericanos.
También advierten algunas señales de que los ataques de campaña de Obama contra Romney por su pasado como administrador de capitales privados estaría teniendo eco en los votantes, a pesar de las objeciones de importantes aliados demócratas, como el ex presidente Bill Clinton.
En todo caso, las encuestas señalan que los votantes empiezan a tener serias dudas de la capacidad de liderazgo de Obama. Son muchos los que ahora creen que Romney sería más eficaz que Obama en el manejo económico y la creación de empleos.
"Más allá de sus dotes para la oratoria, que son enormes, creo que hasta ahora Obama no ha hecho un buen trabajo a la hora de integrar las dificultades económicas de los últimos años dentro de una relato más amplio sobre el futuro de la economía norteamericana", dijo William Galston, ex asesor de Clinton.
Tres estrategas demócratas dijeron que Obama perderá las elecciones a menos que aleje la campaña de su desempeño en la economía.
"En noviembre seremos aplastados si no cambiamos el relato por uno que contextualice la recuperación, pero lo que es más importante aún, que se enfoque en lo que haremos para darle una mejor vida a la clase media", escribieron los estrategas Stan Greenberg, James Carville y Erica Seitfert en un memo de campaña difundido anteayer.
47%
De imagen positiva
Ningún mandatario norteamericano fue reelegido con menos del 50% en este indicador.
44%
De intención de voto
Romney lo supera por un punto (45%) en una encuesta de Ipsos.
Traducción de Jaime Arrambide
Andy Sullivan y Caren Bohan
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