Una herramienta valiosa
Es muy fácil subestimar la importancia de la SUBE, pero la realidad es que permite mayor facilidad y agilidad para tomar los colectivos; reduce el riesgo de robos para pasajeros y choferes, y evita el aumento informal de la tarifa por pagos innecesarios para conseguir monedas.
El sistema electrónico de pago de los boletos para las líneas de colectivo en Buenos Aires nos pone al día con una práctica extendida en la mayor parte de las grandes ciudades, incluso varias de la Argentina. Por su extensión y complejidad, por el sistema particular de concesiones atomizadas y por la particular relación entre prestadores y reguladores, no era una tarea sencilla y es un logro importante que se haya concretado. Por supuesto, han existido dificultades evitables para la puesta en marcha, como las colas en los peores días de calor del verano y cierta percepción amenazante para quien no lo hubiera sacado en una fecha determinada. Sin embargo, en parte se fueron resolviendo y quedará una herramienta importante para millones de usuarios.
En cierta medida las expectativas fueron generadas en torno a los subsidios y su eventual pérdida para quienes no contaran con la tarjeta en cuestión. En otras partes del mundo estos sistemas están asociados a pagos que no necesariamente caen en el usuario ni en créditos directos del tesoro, por ejemplo, a través del versement transport en Francia, o el vale transporte en Brasil, donde quienes pagan la diferencia son los empleadores de los trabajadores formales.
El sistema BIP en Santiago es diferente, dado que si bien tiene una tarifa mayor permite combinaciones con un solo pago durante dos horas, con un máximo de dos transbordos.
Un tema delicado es el uso de la información y la protección de los datos, especialmente cuando existen subsidios importantes. Existen distintas formas de protegerlos, con comisiones de seguimiento, aunque ninguna da garantías totales. Por otro lado, las aplicaciones evolucionan muy rápido y las posibilidades de información en tiempo real, así como el problema de la privacidad se plantean en forma independiente al uso de los sistemas electrónicos de pago o billetes únicos para el transporte público, por ejemplo, con los datos de celulares inteligentes.