Un calabozo ruso para el chamán peruano
No hay forma sencilla de contar este asunto: un chamán está preso en Rusia por importar sangre de dragón. ¿Los hechos? Daniel Díaz Strukov -padre peruano, madre rusa- recibió del Perú once botellas, llenas de una medicina tradicional llamada "sangre de dragón". Las autoridades abrieron las botellas y descubrieron que contenían pequeñas dosis de dimetiltriptamina (DMT), sustancia psicodélica prohibida en Rusia. Díaz Strukov sería víctima de una desafortunada traducción entre saberes médicos; lo que para los chamanes peruanos es medicina, para las autoridades rusas es narcotráfico. Sus abogados hacen hincapié en la diferencia. "En la prisión me di cuenta de mi error cultural, de que aquí muchas plantas están prohibidas, de que hay otra religión y de que lo que hice puede no ser adecuado", explicó el chamán.
"Entre tu pueblo y mi pueblo -dice Violeta Parra- hay un punto y una raya. La raya dice no hay paso, el punto vía cerrada". Lo saben los cuerpos que intentan saltar un límite, moverse entre geografías, entrecruzar culturas.