Sarmiento y Mocha Celis, juntos en un documental
El Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis lleva el nombre de una travesti tucumana asesinada en los años noventa, presuntamente por la policía, en el barrio de Flores. Lohana Berkins, de cuya muerte se cumplieron tres años semanas atrás, contó que se había elegido el nombre de Mocha porque ella no sabía leer ni escribir. "Cuando llegábamos detenidas a las comisarías, siempre me pedía a mí que le leyera -recordó Lohana en una columna periodística-. Me acuerdo de que cuando estábamos en los calabozos había otra trava, que era una chica supererudita, y yo le dije: ‘Aprovechemos que estamos acá adentro y enseñale a Mocha. Pero hacelo de manera que ella no se sienta mal, que no se sienta menos’". Durante años, las travestis fueron perseguidas y extorsionadas impunemente por las fuerzas de seguridad.
Creado el 11 de septiembre de 2011, es decir, en ocasión del Día del Maestro que se celebra en honor a Domingo Faustino Sarmiento, el bachillerato se anticipó a la ley de identidad de género, sancionada el 9 de mayo de 2012. Las clases habían comenzado a inicios de ese año y la ley dio sustento a la flamante escuela. Desde el 42, cuando voy rumbo al trabajo, puedo ver el póster de un "Sarmiento trans" en la puerta de la sede del bachillerato; la entrada está ubicada a pasos de la Estación Federico Lacroze del Ferrocarril General Urquiza. Las escuelas son, a su modo, medios de transporte en los que viajamos con los demás.
La escuela está abierta a personas trans y no trans, y otorga un título de perito auxiliar en desarrollo de comunidades, con orientación en diversidad de género, sexual y cultural. Fue el primer bachillerato trans del mundo, con una perspectiva educativa crítica de las desigualdades de género. Al Mocha Celis, que tiene una cursada de tres años, asisten más de cien personas por ciclo lectivo. Este año, la inscripción está abierta hasta fin de mes.
Ayer se estrenó en el cine Gaumont el documental Mocha, una creación colectiva del bachillerato trans, con dirección de Francisco Quiñones Cuartas (el director de la institución) y el cineasta franco-libanés Rayan Hindi. Fue rodado durante 2014 por el primer grupo de egresados y egresadas. Si bien el film está asociado a una coyuntura política anterior (el ministro de Educación que brinda un testimonio a cámara es Alberto Sileoni), las imágenes y las historias se ajustan sin inconvenientes al tiempo presente. No cambió tanto el panorama para la comunidad travesti y trans de la Argentina. Los reclamos de salud, trabajo y vivienda, que muchas otras comunidades comparten, siguen vigentes.
La película cuenta además el proceso de producción de la película, que tiene guión y participación de los propios estudiantes. Mocha podría haber sido una revista escolar, un libro escrito entre varios compañeros y compañeras de estudios, un mural enorme pintado en el barrio de Chacarita en los ratos libres. Signo de la época, es una película grabada en formato digital, con el latido de los protagonistas. El propósito inicial era reflejar quiénes son y qué les pasa a estudiantes y docentes del Mocha Celis. La educación es, según varias protagonistas del documental, aquel derecho que permite alcanzar nuevos horizontes de ciudadanía.
Contado en primera persona, Mocha es un homenaje a la comunidad trans hecho desde la propia comunidad. El reconocimiento de la identidad, la lucha por el acceso a los mismos derechos que los demás sectores sociales y el aprendizaje (dentro y fuera de las aulas) son los principios que guían la película. En 2015, el bachillerato publicó junto el volumen La revolución de las mariposas. A diez años de La Gesta de Nombre Propio, un informe hecho en conjunto con el Ministerio Público de la Defensa, que mide el impacto de la ley de identidad de género. Y en 2017, presentó el libro Travar el saber, realizado en colaboración con la Universidad Nacional de La Plata, que reúne relatos en primera persona sobre la experiencia en el acceso a la educación de personas trans.
Casi siempre se piensa que los actos de enseñanza solo transcurren en los establecimientos educativos, entre cuatro paredes. Después de ver Mocha, se puede intuir que la mera existencia de un bachillerato trans en la ciudad de Buenos Aires es una lección de civilidad tan clara e influyente que nos permite recordar que, en la vida en común, siempre estamos aprendiendo.
El documental se estrenó ayer en el cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635). Hay funciones diarias a las 19:30 hasta el miércoles 6 de este mes