Mientras haya fuego en la antorcha
El negocio del libro, según lo describe Alicia Dujovne Ortiz en la nota de tapa de este número, pasa por un momento preocupante. Alicia vive en París, y hoy la Ciudad Luz ve con alarma cómo editoriales legendarias se funden en grupos económicos internacionales no siempre interesados en la cultura, cómo se impone el marketing y se masifica el consumo y cómo caen definitivamente las cortinas de pequeñas librerías que daban margen para algo más que los best sellers. Eso que ocurre en la capital de Francia pasa también en el resto del mundo. Por cierto, se acentúa en los Estados Unidos y se replica en la Argentina. No es algo nuevo que los comerciantes y los industriales de cualquier ramo quieran ganar dinero: sí que lo hagan ahogando al que trata de ser diferente. Afortunadamente, hay resistencia. Entre nosotros, por citar sólo tres o cuatro nombres, editoriales como La Bestia Equilátera y Eterna Cadencia y librerías como Guadalquivir y Paidós mantienen encendida la antorcha, como dice la autora respecto de sus equivalentes europeas. Siguen adelante a fuerza de pulmón y de pasión, aunque el viento sople de frente. Pensamos que lo más probable es que ese fuego nunca se apague.
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