La carta abierta de Luis D´Elía a "todos los blancos"
Dicen que los esquimales pueden diferenciar hasta 100 clases de blancos. Para mí hay uno solo: blanco garca.
Ganaron. Me llevaron a juicio oral. La condena no me interesa. ¿Saben por qué, oligarcas carapálidas? Porque estoy orgulloso de haber pegado el golpe que evitó el golpe. No hay un error de tipeo. Escucharon bien. Aquel 26 de marzo de 2008 la oligarquía quiso darle un golpe de estado a la Presidenta, pero mi puño salvó la democracia.
De nada.
La secuencia duró 100 metros. En los primeros 99, el ruralista golpista Alejandro Gahan me iba insultando en la oreja. En el metro final lo destartalé. Yo, que leí mucho a Jauretche y su crítica a Sarmiento, me pregunto y le pregunto a los señores jueces: ¿Quién está en condiciones de definir en esa secuencia, donde termina la "civilización" y empieza la "barbarie"?
Qué bronca me da, con todo lo que estudié, haber quedado identificado para Kirchner en el rol del violento. Creo que se fue sin llegar a disfrutar mi parte teórica
Sé lo que están pensando: ¿Desde cuándo los nudillos filosofan?
Filosofan desde que leyeron a Scalabrini Ortiz, a Jauretche, a John William Cooke. Filosofan porque además soy maestro e hice mi formación cristiana con los curas tercermundistas. Otra vez adivino lo que están pensando: ¿Y por qué entonces no te dieron algún micro en Canal Encuentro para que reflexiones sobre la historia del peronismo de izquierda nacionalista? Bueno. Porque en su momento, Néstor me dijo que rindo más "en exteriores".
Qué bronca me da, con todo lo que estudié, haber quedado identificado para Kirchner en el rol del violento. Creo que se fue sin llegar a disfrutar mi parte teórica. ¡Y eso es culpa tuya, Alejandro Gahan! ¡Te odio! Decí que la sacaste barata. ¡Si me dejaban un minuto más, te comía los huesos como si fueran grisines!
Pero hablábamos de Kirchner. ¡Cómo lo extraño y qué importante fui para él!... al principio. Cuando en 2005 vino Bush a Mar del Plata, ¿quién organizó la contramarcha que hubo en Ferro? ¡Luisito! Y para organizarla, Kirchner me mandó a La Habana a hablar con Fidel. No sé qué pasó después con Néstor. Se desenamoró de mí. En 2009 ya empezó a dejarme de lado. Me acuerdo que en aquella época, en mi desesperación, un día lo llamé a Oscar Parrilli y le pregunté. "¿Por qué me hacen esto? ¿Por qué me la están haciendo parir con las listas?" Y me dijo: "Vos no entendés. Hasta hace unos años, cuando el país se alejaba del FMI, les hacía un corte de mangas a los bonistas, se acercaba a Chávez y se abría de Bush, ver por televisión a un gordito bloqueando Shell o cortando el candado del campo de Tompkins caía simpático. Pero ahora que el carretel se quedó sin hilo y hay que ver si arreglamos con los bonistas, ¿para qué querríamos a un D´Elía, si el Show étnico-nacionalista terminó?
Mucho tiempo me pregunté qué es lo que lo había alejado de mí a Néstor
Mucho tiempo me pregunté qué es lo que lo había alejado de mí a Néstor. Hasta que un día de febrero de 2010, me hice fuerte y lo llamé.
- ¿Por qué me mandaste al freezer con todo lo que hice por vos? ¿Por qué tan desagradecido? ¿Cómo le vas a dar los planes sociales a los intendentes y no a mí? Mirá que si no me das bola, me vas a conocer. ¡En marzo les junto 70, 80 mil en Plaza de Mayo!...
- ¿Por qué decís en marzo, Luisito? Si vos todos los meses juntás 70, 80 mil...
Y me cortó.
Lo que lamento hoy día, es que la señora presidenta no haya podido salirme de testigo en este juicio. Ella dice bien clarito en el libro de Sandra Russo que en marzo de 2008 hubo una intentona destituyente. Me hubiera halagado que saliera a defenderme, pero entiendo que debe tener complicada la agenda.
¡Los odio! ¡Odio cómo discriminan a mi movimiento! Hablo de ustedes, los blancos. Tengo muy claro quién me discrimina y hacia dónde tengo que apuntar mi odio... Aunque a veces mi propia esposa me hace dudar.
¡Los odio! ¡Odio cómo discriminan a mi movimiento! Hablo de ustedes, los blancos
Aunque los... aborrezco, les voy a contar un sueño que tuve y van a entender al final lo de mi esposa:
No sé cómo, yo aparecía en uno de esos programas de televisión de cambio de look. Esos donde hay un coiffeur y un modisto que te renuevan la imagen. Me sentaban en un sillón de peluquero y decían: "A mí me parece que estas ideas pro Irán y pro Amadinejhad dan muy agresivas así como están. Yo las desmecharía un poco, para disimularlas". Y el modisto, señalándome con la muñeca más alta que la mano, dice: ¡Ay, pero por favor, Luis, qué mamarracho! ¡Esas declaraciones de que odio esto, odio lo otro, no se usan más! Son demasiado "intensas". Hoy día se usan las ideas más conciliadoras, de texturas más suaves... ¿No ves que ni Scalabrini Ortiz ni John William Cooke usarían ya eso?"... ¿Cómo? -le digo yo- No te entiendo". "Ay, Luis, la moda que se viene es la moderada, donde todos puedan entender el punto de vista de todos"... Entonces me dice: "Para ver si estás listo para usar la moda discursiva que se viene, vamos a ver si te podés poner cinco minutos en el lugar del otro. ¿Probamos?". "Dale", contesto. Entonces me vendan los ojos y empieza la transformación. Yo siento que me van cambiando la ropa y los zapatos. "¿Ya está?", pregunto. "No, todavía no". Yo con los ojos tapados. "¡Listo!", me dicen. Entonces me sacan la venda y me llevan delante de un espejo. ¡Ay Dios, cuando me vi en ese espejo!
Me dio la misma convulsión que le daba al increíble Hulk cuando se enojaba... El pecho se me infla, se me infla... y estalla en jirones el buzo de polo de La Martina... Los muslos se me hinchan... hasta desgarrar el pantalón pinzado de Legacy... El cinturón de carpincho de Cardón salta... y el carpincho del miedo se vuelve corriendo a la laguna... Entonces mirando a cámara grito: "¡Puajjjjj!.. ¡Sáquenme la ropa de la puta oligarquíaaaaaa!"
Me despertó mi señora. Me trajo un te y me dijo: "Sentate gordo y escuchame. Tu enojo con el gobierno viene de largo. ¿Te olvidaste cuando te dejaron afuera de las listas para las elecciones del 28 de junio de 2009? ¿Te olvidás de todos los ninguneos de los últimos años?"
Entonces me dice: "Luis, en el ajedrez de la vida, te sentís orgulloso de jugar con las negras... y no ves que estás de peón de una reina blanca... El primer peón que van a entregar en un jaque".
Se los digo por última vez: ¡los odio!... Aunque a veces me confundo.
No sé si es sólo a ustedes.
LD.
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