Hablemos de números
Uno de los aspectos más irresistibles de la ciencia es también su aspecto más poético, esa pulsión ancestral por entender los misterios del mundo que muchas veces prevalece por sobre las urgencias cotidianas y llevó a muchos a exponerse a enfermedades, a hacer oídos sordos a la condena social o a soportar años de aislamiento persiguiendo una tenue lucecita que les permitiera iluminar los enigmas que los perturbaban.
Y en materia de poesía, sin duda la más cercana a ese hálito que la acerca a la creación artística es la matemática. Entre sus cultores se encuentra una legión de personajes cuya apasionada búsqueda de "la verdad" los hace despreciar premios cuantiosos (¡de hasta un millón de dólares!, como en el caso de Grigori Perelman) que hacen tambalear ante la tentación a la débil naturaleza humana.
Pero aunque esas historias románticas y exaltadas muchas veces nos hagan olvidarlo, este insuperable escalpelo de la mente también tiene un costado utilitario que la hace jugar un rol protagónico en la economía de los países.
A tal punto que tres países europeos (España, Francia y Gran Bretaña) encargaron durante la primera mitad de esta década la elaboración de sendos informes para medir el impacto socioeconómico de la investigación matemática.
Como era previsible, las conclusiones son coincidentes: esta ciencia es un conocimiento estratégico que genera alto valor agregado en virtualmente todos los sectores de la economía.
"Sin investigación, entrenamiento y transferencia matemática, no habría ni ingeniería ni economía de la forma en que hoy las conocemos -subraya la Red Estratégica de las Matemáticas de España, cuyo análisis se realizó en 2016-. Pero tampoco habría tecnologías de la información, ni teléfonos inteligentes, ni computadoras, ni cuentas bancarias online..."
El estudio francés, encomendado por varias academias a una comisión independiente, destaca que la importancia de competencias matemáticas como el tratamiento de señales y el análisis de imágenes, el data mining, la modelización, simulación y optimización, la computación de alta performance, la seguridad informática y la criptografía crecerán en numerosos sectores de la actividad, y en particular en la energía, la salud, la industria y las telecomunicaciones.
El trabajo británico, por su parte, encargado por el Consejo de Investigaciones en Ingeniería y Ciencias Físicas de ese país, insiste en que muchos todavía no son conscientes de la importancia de la matemática y sus aplicaciones en el crecimiento de los países. Y menciona, por ejemplo, que los teléfonos inteligentes utilizan álgebra lineal para maximizar la cantidad de información que puede transmitirse a través de un espectro limitado; modelos matemáticos permiten predecir el movimiento de sistemas climáticos para que los aviones vuelvan a volar rápidamente después de eventos meteorológicos como las nubes de cenizas volcánicas; la mecánica de los fluidos permite entender enfermedades de la sangre.
En materia de impacto laboral, en España calculan que las actividades vinculadas con la matemática son responsables de un millón de empleos, que representan el 6% del total (algo menos que en el resto de Europa, donde se calcula que esta cifra alcanza al 10%, en promedio). Por su parte, en Gran Bretaña, estimaron que la matemática contribuye en aproximadamente 2,8 millones de empleos (tanto en la academia, como en la industria aeroespacial, la farmacéutica, la defensa, la arquitectura, la consultoría y la educación) y en 208.000 millones de libras. Y en Francia, los trabajos vinculados con la matemática conformaban un 15% del PBI y 9% del empleo total.
Y pensar que, hasta no hace mucho, a los y las que decidían estudiar matemática no faltaba quien les preguntara de qué iban a trabajar...