En el mundo, sí, pero en la Capital, no
El sistema de scoring se creó como una forma de castigo que podría llevar a la inhabilitación para conducir si el conductor no respeta las normas viales en reiteradas oportunidades. Se creó, por sobre todas las cosas, como forma de prevención para evitar hechos de tránsito que podrían causar la pérdida de vidas.
Ver que este valioso sistema no está funcionado como debería produce en los que hemos sufrido la muerte de un ser querido en un hecho vial un sentimiento de desazón. Nos da que pensar.
Aunque a mi hijo Kevin le quitaron la vida cuando sólo tenía 14 años, también conduzco y sé lo difícil que es movilizarse por las calles de la ciudad. Por eso, el sistema de scoring parecía ser una forma de poder ordenar este gran tránsito que fluye todos los días por todas las calles y avenidas de Buenos Aires en todos los horarios. Pero no...
Sólo se lo tomó en cuenta durante un tiempo, como con todas las reglamentaciones que salen, tal como el uso obligatorio del casco o del cinturón. Los controles son espasmódicos. Comienzan con bombos, platillos y varias cámaras de televisión, y luego sólo quedan en el recuerdo.
Pero la ciudad de Buenos Aires sigue ubicada en uno de los primeros puestos por la gran cantidad de muertes por imprudencias viales que se producen en sus calles. Muchas veces recibimos respuestas tales como "no alcanza la cantidad de agentes que tenemos" o "necesitamos mejores leyes".
Señores funcionarios: el sistema de scoring da resultados en todo el mundo, menos en la ciudad de Buenos Aires. Tal vez algunos nunca podrán comprender el vacío que sentimos los familiares de las víctimas, pero, por lo menos, intenten entender que cualquiera puede estar de este lado de la vereda, en cualquier momento, lamentando una vida.
Sólo les pedimos que hagan respetar las leyes: o sea, les pedimos que hagan lo que tienen que hacer, ni más ni menos.