Disparen contra el anonimato online
Uno. Un estudio de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, demostró que el anonimato en los juegos grupales online se traduce en una significativa propensión a hacer trampa.
Dos. Con el objetivo de hacer "la conversación digital más civilizada", The Detroit News decidió que sólo podrán comentar en su sitio los usuarios registrados mediante Facebook, con su nombre real, tal como lo hizo The Huffington Post.
Tres. En Toronto, la muerte de Christopher Peloso, pareja de George Smitherman, un político local, despertó comentarios homofóbicos en las redes sociales, y luego la furia del periodista Adam Goldenberg: "En Internet, el anonimato es el último refugio de los cobardes".
Las tres escenas a su modo cuestionan uno de los pilares que han alimentado el crecimiento de la conversación online. Y si el anonimato desde el principio de la historia ha sido un arma y una defensa contra el capricho de los poderosos, en el mundo digital tiene un efecto desinhibidor que alienta a tirar la piedra y esconder la mano