Ciudad sagrada asediada por turistas
El presidente de Perú, Martín Vizcarra, quiere construir un aeropuerto internacional en el pueblo andino de Chinchero, sobre el Valle de Urubamba, a kilómetros de Machu Picchu. El número de turistas que entrarían a la ciudadela sagrada aumentaría drásticamente. Hoy recibe a 5600 visitantes diarios, más del doble de los 2500 que recomienda la Unesco. Con el nuevo aeropuerto podrían llegar 22.000 por día.
El impacto ecológico sobre Machu Picchu sería enorme y los daños generados a la ecología por el ruido, el tráfico, la contaminación y la urbanización descontrolada, irrevocables. Por eso el proyecto fue condenado por las revistas científicas y de viajes de todo el mundo. Más de un centenar de arqueólogos, historiadores y antropólogos le escribieron al presidente para pedirle que cancele el proyecto.
La entrada a Machu Picchu suele ser un proceso lento, por el camino del Inca o en un tren diario. Pero hay un turismo moderno que exige comodidades burguesas, velocidades vertiginosas y epifanías instantáneas.