Discursos
Hay un aprendizaje casi obligatorio en medio de la pandemia, además de las medidas para evitar contagiarnos. Cada día se vuelve más necesario saber cómo hablar del fenómeno, con qué palabras, armados de qué analogías y comparaciones. Si siempre es una decisión política de primer orden elegir el discurso, hacerlo en tiempos de crisis extraordinarias esa selección puede determinar tanto como la situación misma.
El gobierno de Alberto Fernández estuvo cerca de equivocarse varias veces. Primero se oyó la voz del ministro de Salud avisando que el coronavirus no sería una problema para los argentinos. Era una invitación a no cuidarnos.
Después, el Gobierno bordeó varias veces un lenguaje bélico. La idea de darle batalla a la pandemia supone una subordinación militar al Gobierno. De ese error salió y, al momento de adoptar las medidas más drásticas, Fernández se mostró acompañado por opositores.
Todavía sobrevuela la idea elemental de hablar en términos deportivos. "Al coronavirus le estamos ganando", repiten algunos funcionarios, como si a casi un mes de la cuarentena los argentinos no supieran diferenciar un enfermo de un gol o de una batalla.