Ahora, mirar el futuro
Hay un circuito elemental de cierta lógica política que es la demonización de la realidad preexistente, con el fin de instalar la idea de que todo lo malo ha quedado mágicamente atrás.
El Polimodal ya es parte del pasado, pero su demonización no alcanza para resolver los problemas a futuro. Por eso, corresponde atender a lo que está por delante: la necesaria construcción de una escuela secundaria de 5 o 6 años, según la jurisdicción de que se trate, capaz de proporcionar una educación valiosa a todos los jóvenes de 13 a 18 años.
En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, no habrá más Polimodal, pero su desaparición no alcanza para exorcizar los problemas de la escolarización de los jóvenes, que, en tanto no se resuelvan van a persistir. Entre ellos, el flagelo del ausentismo docente, que se expresa en las innumerables horas libres, que son la muestra de una escolaridad "deshilachada", sobre la que se multiplican las promesas de solución que no llegan.
Mirando hacia adelante, conviene volver a preguntarse: ¿cuál es la finalidad de la escuela secundaria en la Argentina? Según la ley de educación nacional de 2006 la educación secundaria es obligatoria y en todas sus modalidades y orientaciones tiene tres finalidades importantísimas: habilitar a los jóvenes para el ejercicio pleno de la ciudadanía, para el trabajo y para la continuación de estudios.
La magnitud de estos propósitos y la necesaria obligatoriedad del nivel secundario son de vital importancia para hacer de la Argentina un país desarrollado no sólo en su dimensión económica sino también política y educativa. La cuestión es cómo lograrlo. Construir la cantidad de aulas y escuelas necesarias para albergar a todos los jóvenes, incluyendo a los que todavía no tienen lugar en el sistema educativo, aumentar y garantizar el tiempo escolar, reformular el currículum reduciendo significativamente la cantidad de asignaturas que se cursan por año, replantear el sistema de evaluación y promoción de los alumnos, asegurar una formación docente de calidad y una carrera docente interesante son algunos de los caminos por transitar. Sin demoras y sin demonios.
Directora de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella