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Aclara
"Ante informaciones falsas publicadas por distintos medios, el Banco Central aclara que su gerente general renunció al cargo porque será designado en el ámbito de otra jurisdicción del Gobierno."
(Comunicado del BCRA.)
La verdad siempre acaba por imponerse. Una noticia fidedigna aclara lo que parece oscuro y es el mejor antídoto contra las patrañas de los distintos medios.
¿Cómo operan estos agentes del caos? Muy simple: atando cabos falsos. Aunque las trampas de la lógica convencional han sido desnudadas por estudiosos de las ciencias sociales, todavía quedan espíritus cándidos que tienden a creer que dos más dos son cuatro sin reparar en que la misma idea de "dos" es incierta, dada la irreparable falta de identidad entre los componentes de la cifra en cuestión, y sin pensar tampoco en que sumar dos y dos devela un ansia de acumulación capitalista, por no decir "imperialista", que va en dirección opuesta a la del modelo en curso.
La falacia funciona así: 1) el gerente del Banco Central, amigo del vicepresidente de la Nación, habría recomendado que se le adjudicara a una empresa privada, llamémosle "equis", el negocio de la impresión de billetes de curso legal; 2) la ex esposa del monotributista que, no se sabe cómo, se las compuso para comprar esa empresa privada, dice que su ex marido era, en realidad, testaferro del vicepresidente; 3) sorpresivamente, el gerente dimite; 4) ergo, su dimisión está directamente vinculada con el negocio turbio y constituye un golpe a la credibilidad y buen nombre del vicepresidente.
Los medios, siempre aviesos, perciben el filón y suman, aunque sean peras con manzanas. ¡Y la gente les cree, atontada por una verosimilitud sólo aparente! ¡No se dan cuenta del truco, no advierten dónde está la trampa! Como no lo puede admitir, el Banco Central le sale al cruce y aclara: la trampa está en que todo esto ha sido publicado por los medios. En consecuencia, es falso. ¡Este es el salto conceptual hacia una lógica verdadera! Quien no lo entienda o no lo admita se expone a las sanciones contempladas por la flamante ley de actividades antiterroristas.
Por Hugo Caligaris
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