Milei y Tucker Carlson, los nuevos gurúes de la derecha
Tucker Carlson, el polémico periodista norteamericano que viajó a la Argentina para entrevistar a Milei, cenó con cinco personas en un restaurante de Puerto Madero el último miércoles y se encontró con una cuenta de 75.000 pesos. “Casi 100 dólares; prácticamente lo que cobra por mes un jubilado –le informó uno de los asesores del libertario que lo acompañaban–. Y el mes que viene, esto mismo va a valer un 10% más”. El norteamericano quedó aturdido. Y solo cuando se recuperó preguntó lo obvio. ¿Cómo se puede vivir así? Luego pidió visitar una “cueva” para entender algo más sobre la lógica de un país ilógico. Un país destrozado, con casi el 40 por ciento de sus ciudadanos fuera del sistema, que lógicamente incubó a un candidato antisistema.
Los mileístas que lo guiaron en sus dos frenéticos días en la Argentina le explicaron algunos secretos poco analizados del fenómeno Milei. Un sector importante de la Argentina trabaja y vive en negro, no está bancarizado, acude al trueque o al canje. Pero este mundo paralelo o antisistema, podríamos decir, no sucede solo en la villa 31, donde el trueque, en las ferias, es moneda corriente. No. Sucede en la pujante clase media, ahora venida a menos. Desde hace un par de años, y por los precios astronómicos de la ropa nueva, surgieron ferias alternativas, puntos de intercambio de ropa de marca, adonde acude la clase media para dejar sus prendas (que obtuvo cuando aún podía darse el lujo de comprar ropa de marca) y las deja en consignación. También puede intercambiarlas por dinero o por una suerte de cupo para llevarse otras prendas, también usadas, pero en buen estado.
En una palabra: la clase media también reinventó su propio sistema de supervivencia tratando de mantener, como puede, un nivel de vida que cada vez le cuesta más sostener. Un fenómeno difícil de percibir para quienes aún tienen mucho para perder. “Lo de las ferias de la clase media suena lógico –afirma Fernando Cerimedo, estratega comunicacional de La Libertad Avanza–. Un pantalón en un shopping te sale 80.000 pesos, por eso los centros comerciales están vacíos. La gente común no vota a Milei porque es de derecha. La cuestión no es ideológica. La gente lo vota porque va al súper y no puede comprar un bife de chorizo y luego ven en la tele a un candidato que grita eso que le pasa. La gente razona: este siente lo mismo que yo”.
Entre otros emprendimientos, Cerimedo es dueño de La Derecha Diario, un periódico en espejo con La Izquierda Diario. Figura como uno de los principales aportantes en la campaña de La Libertad Avanza, tal como publicó recientemente la nacion. Antes, había sido consultor de Patricia Bullrich hasta que, según su versión, se apartó de la candidata de Juntos por el Cambio porque no definió “halconizarse” lo suficiente y a tiempo. Milei le terminó arrebatando la idea de cambio radical y Patricia debió conformarse con encarnar la idea de “orden” y “coraje”. ¿Le resultará suficiente? Cerimedo también había asesorado al candidato derechista Franco Parisi en las últimas elecciones chilenas, donde las coaliciones tradicionales quedaron rezagadas frente al avance de postulantes antisistema por derecha y por izquierda. Parisi hizo toda su campaña en forma virtual, nunca puso un pie en Chile y quedó tercero. ¿Por qué? Por la misma razón que Milei e, incluso, que Boric, el triunfador de esa contienda. Resultó que el jefe del Estado chileno es un presidente que encarna a la izquierda, sí, pero a una izquierda muy diferente de la clásica latinoamericana. Todo lo clásico parece estar muriendo. Parisi tuvo éxito en su campaña por internet desde Estados Unidos justamente porque se opone a lo tradicional.
Pero ¿cómo fue que Carlson se interesó por un libertario del fin del mundo? El nexo con el mundo mileísta fue el actor mexicano y activista de derecha Eduardo Verástegui, un fervoroso militante contra el aborto y flamante candidato a presidente recientemente inscripto en el país azteca.
Con más de 10 millones de seguidores en la plataforma X (ex-Twitter), a través de la cual difunde sus entrevistas con líderes de perfil internacional –la última con Donald Trump logró una audiencia de 300 millones de personas–, el tour argento de Carlson le sirvió de insumo para el mano a mano de una hora cuarenta con Milei.
La entrevista fue grabada en una locación alquilada especialmente para la ocasión. En 2021, la revista Time había destacado a Carlson como “el conservador más poderoso del país”, mientras se revelaba como un aliado crucial de Trump.
Pero ¿hablamos de liberalismo o de conservadurismo? Los nuevos líderes de la derecha o la ultraderecha son muy distintos entre sí, en una gama que va desde posiciones muy conservadoras, como la militancia en contra de la interrupción voluntaria del embarazo, hasta posturas ultraliberales, como la propuesta de crear un mercado de compraventa de órganos humanos. Así, el chileno Juan Antonio Kast se perfila mucho más conservador que Milei; Bolsonaro integró la “casta” política brasileña durante años, con sucesivos cargos en el sistema carioca, y Trump es un exótico megamillonario mediático desde hace décadas. Todos son parecidos, pero también muy diferentes.
Carlson se negó a grabar la entrevista en inglés, aunque Milei se lo propuso: quiso sentir la intensidad del candidato en su lenguaje original, así que optó por contratar a un buen intérprete. El norteamericano, que fue la cara de Fox News desde 2016 hasta este año (la cadena lo apartó de su staff por difundir noticias sobre un supuesto fraude en las elecciones estadounidenses de 2020), caminó las calles porteñas, habló con la gente que encontró a su paso y también entrevistó a Diana Mondino. Según los asesores de Milei, las preguntas no se acordaron previamente. Una frase del libertario impactó especialmente en el showman norteamericano. “Digo lo que pienso y hago lo que digo”. Aunque es verdad, también, que Milei fue moderando sus opiniones en sus declaraciones post-PASO, del mismo modo que Trump nunca erigió el muro con México que había prometido en campaña.
En la larga previa a la grabación, el líder de LLA le prometió a su entrevistador que, una vez que logre el “gran cambio” en la Argentina, se irá a su casa. Dejó entrever que no está allí por la plata sino por el bronce, aunque, claro, no lo dijo en esos términos, pero esa fue la idea. Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre, es su eslogan estrella. Tal fue el impacto del anuncio del mano a mano Milei-Carlson que, hasta Elon Musk, el megamillonario dueño de X, había elogiado inicialmente con un tuit en su propia plataforma, aunque después pareció arrepentirse y lo borró. Milei se apropió de lo que visualizó como un apoyo de Musk y subió la apuesta: “¡Ambos (Carlson y Musk) son más que bienvenidos a venir a la Argentina el próximo año si tenemos éxito!”.
Ni el propio Milei esperaba la performance que tuvo el 13 de agosto. “Y ahora es un bilardista, tampoco da por ganada la elección”, afirman cerca de él. La noche anterior a las PASO, en una cena con los más cercanos, nadie creía realmente que Milei pudiera rozar siquiera el 30%. La novedad es que la derecha salió del clóset. No solo no se oculta la filiación, sino que además hay una reconfiguración de su significado. Tanto, que sus mentores tildan de “demagogos” a quienes se definen en el “centro”. El centro no existe, diagnostican: o sos de izquierda o sos de derecha.
La llave parece estar en los caídos del sistema, que eligieron saltar al vacío esperando que el paracaídas funcione. ¿Y si no? Nadie lo sabe.