Milei y Fátima: el espectáculo recién empieza
“No es bueno que el hombre esté solo”, dijo el Creador (Génesis 2:18), y ahí apareció Eva, una iconoclasta dispuesta a barrer con el statu quo; mujer de carácter, tenía planes más zarpados que los del dócil Adán. “No es bueno que el candidato esté solo”, dijeron los creativos de marketing de Milei, y concibieron a Fátima: Fátima Florez, actriz e imitadora que ganó celebridad en la piel de Cristina Elisabet, natural de Tolosa, sureña por adopción y también ella una rebelde con arte para deleitar a multitudes desde un escenario; Cris Bet soñaba desde chica con emular a Eva, Evita, otra estrella de las tablas. La moraleja es obvia: todo tiene que ver con todo. Los argentinos, tan identificados con la comedia y el drama, han votado a Milei, actorazo que puede interpretar a un premio Nobel de Economía, a un profesor de sexo tántrico o a un barrabrava en estado de perturbación violenta. Sus asesores pensaron que era mejor compañía una agraciada señorita que cuatro mastines, y al cabo de un riguroso casting (pasaron 540 postulantes) fue elegida Fátima Cristina Elisabet Eva Florez. Acaba de salir a escena. La película que me viene a la mente no es La bella y la bestia, sino El rey león.
El contrato de Fátima estipula en su primer artículo que, de llegar a ser primera dama, deberá dedicarse a su profesión las 24 horas: tendrá que desplegar toda su magia para convencernos de que Milei es pura ternura, alguien juicioso y no un tipo de temperamento volcánico. Fati, ¿ya lo imitás bien a Javier? “Sí, me revuelvo el pelo y empiezo a gritar como un desquiciado”.
Tampoco es bueno que los supermercados estén solos; digo, no son momentos para relajar los controles: entre saqueos, robos y desmanes, ola que incluye a comercios minoristas, ya van cientos de casos. Turistas extranjeros están pidiendo que los city tours incorporen un avistaje de locales arrasados por las turbas. Siempre rápido de reflejos, el Gobierno tardó apenas dos o tres días en explicar lo que estaba pasando: “No hubo ningún saqueo” (Gaby Cerruti, vocera presidencial); hay 150 detenidos por los saqueos (reportes oficiales de la policía); se trata de “instigadores que responden a Milei” (Gaby, segunda edición); “Patricia Bullrich también es responsable” (Gaby, tercera edición); “todavía no sabemos quiénes están detrás de esto” (Aníbal Fernández, ministro de Seguridad), y “Gabriela está loca” (Sergio Massa, desde Washington, a su equipo de campaña). ¿Quién tiene razón? Milei, a Fátima: “Después dicen que el que está de la nuca soy yo”.
Tras una semana de brote vandálico, seguimos en ascuas. Es cierto que el modus operandi cambia tanto que resulta difícil desentrañar el origen. Que históricamente vandalismo rime con peronismo no me parece una tesis de suficiente respaldo científico. Entre los invasores hemos visto encapuchados, marginales, activistas, pero también una señora que entró a robar a un local con su beba en brazos. En las fuerzas de defensa se alistan policías, gendarmes, seguridad privada y matones con palos. Balas de goma y machetes contra changuitos convertidos en tanques de guerra. Hordas de un lado y ejércitos del otro, porque lo que está en el medio son alimentos o mercaderías cuyo precio los ha convertido en verdaderos tesoros. “Mamá, por favor, traé un queso”, clamó el hijo adolescente de una saqueadora. Habrá algo de oportunismo y algo de hambre, ¿no? El equipete que urdió el Gobierno para enfrentar la crisis está conformado por el tridente Gaby-Aníbal-Berni, garantía de reality. Gaby se ha vuelto más ocurrente que Aníbal, tan vedette como Berni, tanto o más mal llevada que Milei y, probablemente, menos rigurosa que Massita; con lo cual, ojo, ojito: acaso asistimos al nacimiento de una estrella y no nos hemos dado cuenta. Marche otro casting para encontrar a Fofó y Miliki.
Gran noticia de la semana: la incorporación de la Argentina a los Brics, foro que se llama así por sus miembros fundadores: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Junto con nosotros se suman Irán, Egipto, Arabia Saudita, Etiopía y Emiratos Árabes, todas democracias consolidadas, activistas de los derechos humanos y estandartes del movimiento #MeToo. Los Brics seguramente pasen a ser el Bricsaieaee, fonéticamente complejo, aunque no al punto de que Massita se prive de anunciar: “Estamos ante un cambio histórico: nuestro prestamista de última instancia ya no será el Fondo Monetario, sino el Bricsaieaee. ¡No al ajuste, sí al Bricsaieaee!”.
Olvidaba otra noticia que fue tendencia en las redes (qué horror, estuve a punto de poner: “… que hizo parar las rotativas”): la foto de unidad de JxC. Tremendas caripelas; se ve que consiguieron fotógrafo, pero no levantarles el ánimo. Si la idea es remover la campaña, parece más efectivo viralizar esos videos en los que Milei habla maravillas de Cristina, Alberto y Kicillof.
¿Fue en otra vida? No, hace unos añitos, por compromisos del guion: estaba interpretando otro papel.ß