Miedo a la libertad
Máximo Kirchner le está exigiendo a Axel Kicillof que se mimetice con Sergio Massa y reparta dinero para garantizar el triunfo de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires. El gobernador resiste esa idea. Especula que para ganar necesita atraer a quienes optaron en las PASO por Carolina Píparo o Néstor Grindetti. Segmentos del electorado a los que difícilmente persuada con incentivos de ese tipo. Esa es la discusión abierta por la metáfora a la que apeló Kicillof para promover un relato que supere al kirchnerismo: la necesidad de componer una nueva canción.
El jefe de La Cámpora lo instó en forma tajante a “fijarse” en la gestión de su gobierno. “No soy músico, soy un militante” añadió con sarcasmo para poner en contexto un debate que no está enfocado en la orientación económica de Kicillof si no en su comportamiento político. Máximo y los intendentes del conurbano que lo secundan en el PJ temen que Kicillof esté insinuando la autonomía que cobraría si retiene la provincia mientras el oficialismo pierde el gobierno nacional. Una posibilidad tangible y que tal vez explique porqué Cristina les recomienda “no dejarlo caer tanto” a Massa.
Los intendentes del interior que preguntaron en la reunión del PJ por el bono de 60 mil pesos propuesto por Massa lo habrían hecho a pedido de ese grupo de interés. Lo que espera Máximo es que Kicillof muestre otra prueba de lealtad a Cristina. El pago de una suma fija fue la primera medida que la vicepresidenta le reclamó a Massa cuando asumió en el Ministerio de Economía. Máximo hace pie con dificultades en un terreno resbaladizo. Una veintena de intendentes privilegió llegar tarde a su convocatoria y asistir a la firma de un convenio en Tandanor con Victoria Tolosa Paz. La ministra de Desarrollo Social recordó que esos astilleros fueron recuperados por Néstor Kirchner en 2007. Es decir, en la presidencia de Cristina. Nadie dijo nada sobre el aparente fallido. Mariano Cascallares y Gastón Granados fueron algunos de quienes la acompañaron. Los intendentes de Almirante Brown y Ezeiza conforman el primer anillo de confianza que rodea a Martín Insaurralde.
El malestar del jefe del Gabinete con el gobernador por la distribución de recursos con los municipios es antiguo. Más reciente es el acumulado con Máximo por excluir a los intendentes de las listas de legisladores provinciales. En algunas versiones maliciosas, Insaurralde consultaría a deshora a colaboradores de Grindetti para que le confirmen si en sus sondeos vencería a Kicillof. El intendente de Lanús tiene sus propias preocupaciones, sobre todo desde que Gustavo Coria fue designado ministro de Seguridad porteño. Coria es un colaborador de su rival en las PASO, Diego Santilli. Y habría llegado al cargo a instancias de Mauricio Macri. El expresidente fue quien intercedió ante Patricia Bullrich para que Grindetti sea su candidato a gobernador. El escenario de tercios y abierto al triunfo de cualquiera en la provincia de Buenos Aires desnuda la fragilidad de las alianzas en competencia. En apariencias, la secuela principal de la aparición de Javier Milei como rival de Bullrich y de Massa.Los tres precisan fortalecer sus candidaturas en territorio bonaerense para mejorar sus posibilidades. En la ciudad no desmienten la intervención de Macri a favor de Santilli por intermedio de su primo Jorge. Una señal que incordia a Grindetti. El ministro de Gobierno porteño fue el que proveyó de logística electoral a Santilli en su aventura bonaerense. El cambio sustancial es del expresidente. Siempre impugnó a Santilli. Casi tanto como Francisco a Massa por haber trabajado para que no sea Papa. Sin embargo envió a los curas villeros a reunirse con él por el temor a que la periferia del conurbano sucumba a la tentación de valerse de Milei para desalojar al peronismo. Pero sobre todo a los emprendimientos cartoneros que Juan Grabois sostiene mediante contratos suscritos con los municipios. Los intendentes prometen no contribuir esta vez con el cuidado y la reposición de boletas de Milei.
Puede que sea tarde. Probablemente quienes estén pendientes de hacerlo sean los fiscales de Juntos. La Libertad Avanza le resta votos al peronismo. La herejía de Macri se fundaría en la necesidad de contar con una alternativa en las elecciones del 2027. Sobre todo una en condiciones de resolver la deficitaria prestación del Pro bonaerense. El principal dilema que enfrenta. El radicalismo no solo tiene al intendente de Trenque Lauquen, Miguel Fernández, como candidato a vicegobernador. También es responsable del plan para recuperar 600 mil votos el 22 de octubre. Las probabilidades de Grindetti dependen de él. Mejor dicho: de la UCR. Su jefe indiscutido, Maxi Abad, reunió a 50 dirigentes radicales en Lomas de Zamora para respaldar a Guillermo Viñuales, candidato a intendente de Juntos. Viñuales pertenece a la lista de Santilli, cuyo principal síntoma de liderazgo es acercarse a Abad. Suena lógico: la UCR lidera las listas de candidatos a legisladores en siete de las ocho secciones electorales.
Ayuda a entender el compromiso de la UCR con una victoria de Grindetti. Pero también la alternativa incómoda que enfrentaría el Pro si el intendente de Lanús gana. Carecería de argumentos para oponerse a que sea radical en candidato a sucederlo. Esta estrategia es la que se esmera en destacar el radicalismo bonaerense. La imperiosa necesidad de mantener esa alianza los diferenciaría de otros sectores de la UCR.
Nosotros no impugnamos la candidatura de Santilli a diputado nacional en 2021, aunque venía floja de papeles: somos parte del mismo espacio”, confió alguien cercano a Abad. Una forma de criticar las presentaciones judiciales contra la postulación de Jorge Macri a jefe de gobierno porteño. En la ciudad se las atribuyen a Martín Lousteau y Emiliano Yacobiti. Ese litigio está en el centro del conflicto que ahora mantienen con los Macri.
Lousteau organizó en Tandil un acto con el intendente Miguel Lunghi. Después de Mar del Plata, Tandil concentra el mayor número de electores en la Quinta Sección. Abad tiene su base política en Mar del Plata. Lunghi se opuso a sumarse a las listas de Bullrich y lo hizo a la de Horacio Rodríguez Larreta. Después de Gustavo Posse en San Isidro, Lunghi es el intendente con mayor longevidad en esa función: 20 años. Losteau hizo catarsis. Reconoció el malestar por la derrota con Macri. El Pro es el terreno donde el radicalismo dirime sus tensiones.
Lousteau fue aliado de Horacio Rodríguez Larreta. Abad trabaja por la candidatura presidencial de Bullrich. En la provincia de Buenos Aires, Lousteau y Posse aceptaron un acuerdo con Abad para representar a la minoría en la UCR bonaerense. En el orden nacional, Lousteau es aliado de Gerardo Morales. El mandato del gobernador de Jujuy como titular de la UCR vence en diciembre. Abad aspira a disputar ese lugar para un dirigente bonaerense. La victoria de Bullrich y Grindetti podría significar un espaldarazo a esa gestión. Los 600 mil votos a los que aspira Juntos saldrían de la supuesta polarización en las elecciones generales. Carolina Píparo le habría confiado a excompañeros de Juntos su preocupación por ser la víctima de ese fenómeno, al que no sabría cómo oponerse. Ni tampoco a su falta de inserción en el aparato político de la Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Píparo obtuvo casi la misma cantidad de votos que Milei. Parece atada definitivamente a su suerte. Compartió con él los dos únicos actos que encabezó en el conurbano. El miedo a la libertad puede aparecer en lugares inesperados.