Mercedes Azpilicueta. La vida de los otros
El proyecto actual de esta artista platense, apasionada por la performance, consiste en intercambiar su vida por la de un profesor de La Haya
¿Alguna vez se preguntó cómo sería entrar en una obra de arte? ¿Estar ahí, justo en el medio de la creación, transitar la ancha avenida del work in progress? Aquello que sería impensable en una disciplina tradicional puede experimentarse siguiendo a la inquieta e inclasificable Mercedes Azpilicueta (La Plata, 1981), una artista argentina que lleva seis años viviendo en Holanda y que alterna su centro de acción en Róterdam y Milán.
En Buenos Aires es representada por la joven galería SlyZmud, donde presentó el año pasado una instalación de video cuyo mero título alcanzaba para que nunca jamás olvidáramos su nombre. Lean: Bailarina geométrica no cree en el amor/ encuentra aspiración y éxtasis en espirales. Podía ser una pieza de John Cage, Laurie Anderson o Brian Eno pero no, era nuestra Azpilicueta rescatando los escritos de Valentine de Saint-Point (1875-1953), única mujer en el cenáculo futurista de Marinetti, para reinterpretar el paisaje sonoro de Róterdam. Cómo olvidarla entonces.
Tomando mate en La Haya
Al borde de la ventana que abre el programa Skype se distingue el objeto que denuncia el origen de Mercedes Azpilicueta: un mate pequeño, plateado, esencial. Podemos ver los límites de una oficina, al fondo otras ventanas, una estructura que la artista describe como “panóptica”. Ésta es Mercedes Azpilicueta, sí. Pero no. La artista platense ocupa por un mes el espacio, la agenda, el correo electrónico de Jacco Van Uden, un investigador académico que dirige el Change Management Research Group en la Universidad de Ciencias Aplicadas de la Haya. Y este lugar desde donde Mercedes conversa con un periodista argentino es nada menos que su oficina en esa universidad.
Por lo tanto, por un momento, participamos de una experiencia que tiene algo de novela avant garde (¿Vila-Matas? ¿Aira?) y de reality show para cámaras en off. Es así: durante un mes Mercedes hace de Jacco y Jacco hace de Mercedes. Intercambian sus vidas. Estamos en The Take Over (La toma de control), una obra de arte.
Tienes un e-mail
Accedí al correo de Mercedes Azpilicueta a través de su página web y le escribí pidiéndole una entrevista vía mail o Skype para hablar sobre esta experiencia. A la mañana siguiente recibí una respuesta suya que… no era suya. El mail escrito en inglés decía: “Jacco aquí, no Mercedes… ¡Es por el Take-Over! Mercedes no tendrá acceso a su propio mail durante este mes. ¿Podríamos hablar por Skype? Cheers! Jacco”
Los mails, entonces, estaban intercambiados y para llegar a Azpilicueta tuve que escribirle a Van Uden, alojado por un mes en el estudio de nuestra artista en la Rijks Akademie de Ámsterdam. Van Uden conduce desde 2013 proyectos que investigan la probabilidad de aplicar en el gerenciamiento algunos principios inherentes al arte y fue él quien convocó a Mercedes para esta prueba.
“Soy bastante escéptica respecto de sus expectativas. Pero acepté el proyecto como un desafío performático y porque quiero demostrarle que su hipótesis es altamente improbable. Su trabajo es hiperracional y mi trabajo como artista está mucho menos pegado a lo lógico”, dice acomodada en el escritorio de Jacco.
La interrumpe Helen, su secretaria. Reunión de networking con el grupo de research en cuarenta minutos. “¡De pronto tengo secretaria!”, ironiza cómplice nuestra artista, como si hablara por el ojo de una cerradura. Lleva casi quince días sin poder chequear sus mails, contestando consultas académicas realizadas en holandés. Dice sentirse ligeramente alienada.
Razón y estética
No termino de acostumbrarme al juego de las identidades cambiadas. Cuando llega al correo electrónico un mensaje de Mercedes supongo que será por las fotografías que le pedí para ilustrar esta nota. Pero no, son las respuestas en inglés de Jacco, el “artista”. ¿Cómo podrían vincularse el mundo del arte y el management? “Por mucho tiempo, el mundo del management mantuvo las artes a distancia, con el argumento de que eran disciplinas contrapuestas: la primera en el negocio de la razón, la estructura y los lineamientos económicos; la segunda, basada en vagos conceptos estéticos. Cuando hablamos del ‘arte de los negocios’ o del ‘arte del liderazgo’ en libros o conferencias, hay algo acerca del genuino interés en el arte que se pierde. Se piensa en una habilidad o una técnica. Eso, afortunadamente, está cambiando. Hay un interés creciente por examinar cómo el mundo del management y la organización pueden enriquecerse por lo que el arte, en su sentido más amplio, tiene para ofrecer.”
¿Cómo se siente tomar el lugar de una artista contemporánea argentina en Ámsterdam? “Llevo dos semanas trabajando en un ambiente artístico y me siento muy estimulado. Éste es un lugar en el que puedo perseguir ideas y pensamientos que no tendrían valor o sentido en el mundo de donde provengo. Siento aquí un deseo fundamental de decir ‘sí’, muy diferente de lo que estoy acostumbrado. Todavía no he desarrollado una rutina y creo que eso es lo que hace que esté disfrutando tanto este proyecto.”
Vidas ajenas
Si se miran en perspectiva las performances y videoinstalaciones de Azpilicueta se entiende que esta experiencia (que, según intercambios epistolares de último momento, estaría por cambiar de nombre) es la continuación de un camino donde ha adoptado y adaptado las voces y cuerpos de otros para producir hechos artísticos inauditos. En Garage band música para tu auto tuning rompe bajos (¡otro título memorable!), por caso, desde un auto se escuchaba un poema cantado que entrelazaba un texto de Artaud con discursos sobre la salida del default.
Cuando marzo acabe, ambos regresarán a sus posiciones originales y volverán a escribir y leer mails con sus nombres. Toda la documentación que hayan producido (¿las conversaciones que alimentaron este texto también?) quedará en manos del filósofo holandés Mieke Moor del Change Management Research Group y de la videoartista francesa Céline Berger, que deberán producir un análisis discursivo y un ensayo inspirados por The Take Over. Ellos, ya casi ajenos, casi espectadores. Otros, casi.
Una artista itinerante
Nacida en La Plata en 1981, trabaja en Róterdam y en Milán. Fue seleccionada por el curador Manuel Segade para el Solo Show Zurich de arteBA 2016 y la galería SlyZmud exhibió su obra este año en ARCO. Su obra, centrada en la performance y el videoarte, es más conocida en el exterior que en la Argentina