Mensaje al agente Santa Claus, invasor cultural antipopular
Querido Papá Noel, te escribo ahora, rapidito, antes de que se acabe el mundo. Si el día 24 todavía estamos por acá, no me quiero quedar sin regalo. Y si el 21 se terminó todo, no te preocupes que sabré entender.
Antes de pasar a la lista quiero hacerte una aclaración, a ver si de paso mejoramos un poquito la calidad de los regalos que metés en la bolsa: no todos pensamos como la Presidenta. Esto es, ella prefiere a los Reyes Magos. Lo dijo con todas las letras. E incluso te trató de personaje extranjerizante, "trasplantado de otra cultura", como si fueras un agente encubierto de alguna potencia enemiga decidida a avanzar en la penetración cultural de nuestro país. Así están las cosas por acá: hasta los regalos del arbolito contienen un mensaje político.
Es cierto que los Reyes Magos tienen una onda más Nac & Pop, traen chucherías medio berretas y arman menos batifondo publicitario, mientras que vos, con tu traje rojo, tu gorro con pompón y tu trineo volador, parecés un cartel luminoso. Pero son puntos de vista, nada más. No le hagas caso. La Presidenta tiene opiniones particulares sobre algunas cosas y, andá a saber, a lo mejor los Reyes Magos le metieron alguna ficha. El cuarto rey mago, dicen, se llama Guillermo Moreno, es un alto funcionario del Gobierno y no sabés los trucos de magia que hace con los números.
Pero, en definitiva, lo que te quería decir es que quizá no seas nacional, pero sí sos popular. Y si estás pensando en pasar de largo y no hacer escala en la Argentina después de lo que dijo Cristina, te pido que reconsideres. No nos hagas el per saltum . Necesitamos una alegría para Navidad; éste fue un año difícil por estos lados por si no te enteraste. Estamos todos peleados y sin un mango, se nos cae el cielo encima cada tres días y cuando no nos traga una nube tóxica se nos corta la luz, nos tapan montañas de basura o nos invaden los mosquitos. Parecen las siete plagas de Egipto.
Y hablando de Egipto, no creas que a ellos les va mucho peor. Ya sé que hay tole tole de nuevo. La diferencia es que allá las movilizaciones callejeras reclaman un liderazgo político menos sectario, mientras que acá un liderazgo político sectario reclama menos movilizaciones callejeras..., bueno, quizá no sea tan distinto, pero vos me entendés, alguna diferencia debe haber porque El Cairo no es Buenos Aires y además a nosotros nos gobierna la reencarnación de un gran arquitecto egipcio, no un mero ingeniero egipcio como el que los gobierna a ellos.
Pero basta de preámbulos y vamos a lo que importa. Para esta Navidad lo que quería pedirte es algo que parece sencillo y que en el Polo Norte seguramente abunda, pero que acá nos cuesta bastante conseguir: un poco de tranquilidad, sólo eso te pido para estas Fiestas. Un poco de tranquilidad, paz, quietud, aburrimiento, sopor, llamalo como te parezca mejor. No importa si acá algunos románticos de la revolución creen que la política es guerra y el acuerdo un triunfo conservador. Este año nos está dejando con la lengua afuera y creo que nos merecemos un poco de calma. Eso sí, fijate que esa calma sea de fabricación nacional, a ver si todavía te la retienen en la Aduana y nos tenemos que aguantar otro año de jarana. Y una cosa más, Papá Noel (¿o debo decir agente Claus?): si ves a los Reyes Magos de esto ni una palabra. Están con el Gobierno y, dicen, ellos también "van por todo".
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