Reseña: Sorpresa, de Achille Mauri
La privilegiada vida del italiano Achille Mauri se ha entramado en un mundo familiar notable ligado con el teatro y la edición. Sobrino del editor Bompiani, hijo del productor de Eugène Ionesco, hermano del artista Fabio Mauri, se vinculó con la intelectualidad italiana del siglo XX mientras se dedicaba a la empresa editorial y la cultura en general.
Esto importa a la hora de leer Sorpresa. Divertimento del más allá, suerte de memorias escritas como guión teatral, o como un largo diálogo que el protagonista, Achille, sostiene con diferentes almas que se le van cruzando. Porque la historia transcurre en el más allá, que ahora se convierte en el más acá, un lugar donde se puede vivir lo que no se vivió y también conocer los recuerdos de las otras almas que poseen, en general, un saber enciclopédico y una visión aristocrática de la belleza y de la vida, conversan sobre infinidad de temas y se trasladan en un Porsche. La posibilidad de vivir sin tiempo ni necesidades físicas entusiasma a Achille, cuyas numerosas anécdotas rememoran a veces a gente famosa como Madonna, Woody Allen o su amigo Umberto Eco. Con humor, Sorpresa reúne recuerdos personales, reflexiones profundas y frívolas, momentos y teorías disparatadas, además de dibujos del propio autor.
La obra de Mauri requiere una lectura morosa. El formato elegido –el guión– obliga al lector a adecuarse al tiempo de la conversación, que excluye la tensión narrativa y la velocidad del nuevo siglo. El desafío encuentra su compensación en la intensidad de lo vivido y el atesoramiento de un mundo que ya se ha ido.
Sorpresa. Divertimento del más allá
Por Achille Mauri
Adriana Hidalgo. Trad.: Roberto Raschella368 págs./ $ 460