Matrimonio y patrimonio
Los maridos no suelen hablar de sus dineros con sus mujeres, porque sería bajar cartas y compartir poder
En relación al caso Leo Fariña y Fabián Rossi me gustaría hacer algunas reflexiones.
Los maridos no suelen hablar de sus dineros con sus mujeres, porque sería bajar cartas y compartir poder. Y eso, no les gusta. Era así en la época de mi abuela- que Dios la tenga en la gloria- ya que mi abuelo no sólo manejaba su dinero y le entregaba el semanal, en dosis homeopáticas, sino que le ocultaba además del patrimonio un par de relaciones extramatrimoniales. Era así. Todos se lo imaginaban. Nadie decía nada. Estaba socialmente permitido.
Cando abunda se sienten muy machos y cuando escasea se sienten impotentes
Seguramente, muchas señoras pueden dar fe de estas historias de pareja. Muchas veces cuando las mujeres quedan viudas descubren toda una vida paralela de su amado marido muerto.
Más acá en el tiempo, conozco casos de esposas que se cansan de preguntarles a los maridos acerca de sus trabajos y éstos siempre contestan con ambigüedades. Nunca blanquean. Ni cuando les va muy bien, ni cuando les va muy mal. Salvo que no tengan otra salida. Porque el dinero es símbolo de poder. Cuando abunda se sienten "muy machos" y cuando escasea se sienten impotentes.
Hoy en día, el hecho de que muchas mujeres tengan su trabajo coloca al varón en un lugar incómodo. Si ella gana más que él, a veces se lo califica de "come billetera".
¿Para qué le iba a preguntar de qué trabajaba, si hoy todos se dicen empresarios?
Relacionado con todo esto, se me ocurrió que Fabián Rossi, luego de años de haber trabajado de yerno de Juan Carlos Calabró, cuñado de Marina Calabró y marido de Iliana Calabró, un día dijo basta. Dio el Grito de Ipiranga, vio la oportunidad y allí fue. Empezó a viajar, se sintió protagonista con eventos al lado de personajes de la farándula y armó sus negocios. Se sentía poderoso, más Rossi que nunca. Y a medida que su mujer cantaba "Libre" de Nino Bravo, ganaba el "Cantando por un Sueño" y cocinaba tiramisú...¿él cocinaba un patrimonio para ser libre sin cantar?
El caso de Leo Fariña y Karina Jelinek es distinto. Ella estaba acostumbrada a frecuentar señores poderosos. Pero esos señores no le hacían propuestas matrimoniales. Con Fariña, en tres meses se sintió Julia Roberts en Mujer Bonita y a él lo vio como a Richard Gere. Se olvidó de su patrimonio y sucumbió al matrimonio. ¿Para qué le iba a preguntar de qué trabajaba, si hoy todos se dicen empresarios? Nadie especifica empresario de qué.
Nada ha cambiado a través del tiempo: matrimonio y patrimonio no siempre van de la mano.
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