Matías Lammens, el exitoso gestor futbolístico al que Pro quiere apostar en la política
Presidente de San Lorenzo, cargo en el que logró títulos y visibilidad global para el club, recibe ofertas del oficialismo porteño
Avenida Juan de Garay esquina Boedo, pizzería San Antonio. Los vecinos lo saludan sin miedo a interrumpirlo. Los mozos hacen fila para sacarse juntos una foto. Matías Lammens no pasa desapercibido en ese rincón porteño donde ser de San Lorenzo no es opción. Tiene apenas 34 años, ya es presidente del club de fútbol al que el papa Francisco dio alcance mundial, y con la Copa Libertadores de América bajo el brazo se ha convertido en una figurita preciada para los políticos. Desde hace unos meses no para de recibir ofertas para ocupar el lugar que guste en la lista de candidaturas para 2015 de Pro, un partido que ya sabe gracias a Mauricio Macri, ex presidente de Boca, que fútbol y política son una combinación exitosa.
"Somos seductores para la política porque rompimos paradigmas. Demostramos que los clubes no tienen por qué ser deficitarios y necesitar financiamiento externo para vivir. No se pueden lograr resultados deportivos sin que exista orden administrativo. Y con la gestión pública, estimo, debe pasar lo mismo", dice cuando se le pregunta por las consultas que ha recibido últimamente y de las que se ha hecho eco la prensa.
Matías Lammens es abogado y vive en Palermo junto a su esposa socióloga y especialista en filosofía. Estudió derecho, profesión que no ejerce; actualmente estudia Economía Política en la Universidad Torcuato Di Tella. Y cursó el secundario en el Nacional Buenos Aires, al igual que el camporista Andrés "Cuervo" Larroque y Augusto Costa, hoy integrante del equipo de Axel Kicillof en el Ministerio de Economía.
Pero no quiso la militancia sino la redonda que se terminaran cruzando en la cancha (y eso que votó varias veces al Gobierno por su política en derechos humanos). Hoy los tres participan de los campeonatos de fútbol que organiza el colegio entre los ex alumnos. Con la diferencia de que Lammens y su equipo disfrutan de estar en la primera división de ese torneo, mientras los jóvenes K acaban de descender a la B.
Lazos de sangre
Conoció la cancha de la mano de su padre, hincha de la azulgrana, también propietario de un reconocido frigorífico en Boedo. Apenas tenía dos años. Y ni siquiera dejó de ir cuando su padre falleció. Los amigos de don Lammens se turnaron a lo largo de toda su infancia para llevarlo a ver todos los partidos. "San Lorenzo es mi viejo", dice a la hora de justificar su pasión cuervera.
Por años fue sólo un fanático empedernido. Como tantos otros. Pero quiso la vida que se hiciera íntimo amigo de Leandro Vital, y que en las reuniones familiares que compartían en su casa conociera a quien es su primo y padrino, Marcelo Tinelli, líder indiscutido de la televisión argentina, amante de esa camiseta, y actual vicepresidente del club de sus amores a quien, casualmente, también se parece mucho físicamente.
"Siempre hablaban de San Lorenzo. Pero desde afuera. Hasta que pasó lo que pasó y se pusieron a pensar en hacer algo juntos. Se encontraron hace cuatro años en Punta del Este y empezaron a soñar. «¿Te animás?», le dijo Marcelo. «Voy si vas», respondió Matías. Y así arrancaron", cuenta alguien que los conoce de toda la vida.
En 2012, la crisis de San Lorenzo impulsó a Lammens a participar en las elecciones convocadas para elegir a las autoridades que tendrían que completar los mandatos del ex presidente Carlos Abdo y de los integrantes de la comisión directiva, que habían presentado la renuncia. Ganó con el 88,5% de los votos. Su lista, Siglo XXI, tuvo a Tinelli como vice de lujo, clave, dicen, para que el resultado fuera tan apabullante.Dos años más tarde, la fórmula fue reconfirmada en las urnas.
Desde entonces, y con el título de campeones de América encima, ambos han trabajado para limpiar la imagen del club, emprolijar sus cuentas y recuperar parte de la mística perdida. Y todo con la ayuda casi divina del papa Francisco, a quien Lammens ya ha visto en cuatro ocasiones. Un récord en comparación con otras figuras públicas del mundo y de la Argentina. "Que una persona como Francisco, tal vez el líder más influyente a nivel mundial no sólo para los cristianos, con la lucidez que tiene, sea hincha de San Lorenzo, es un orgullo. El Papa tiene un amor muy grande por el club", repite una y mil veces Lammens.
En su haber político también figura haber conseguido el envión final para que la Legislatura porteña aprobara, en noviembre de 2012, la ley que habilitó al Ciclón a recuperar los terrenos de avenida La Plata al 1700, donde funcionaba el mítico Gasómetro. Ahora la meta de los socios es construir en él un nuevo estadio, para el que en principio ya han acordado un nombre: Papa Francisco. Primero deben reunir los $ 94 millones que tienen que entregarle a Carrefour, para lo cual han constituido un fideicomiso que se alimenta con donaciones de socios y particulares. Hasta agosto, 15.758 personas comprometieron aportes por $ 57 millones, sin contar los $ 11,5 millones que dispuso hace pocos días su vicepresidente Marcelo Tinelli. El club ya giró $ 25 millones a la cadena francesa, en dos cuotas. Tras ese pago, la empresa tiene un plazo de 120 días para lograr la habilitación del nuevo supermercado (más chico) que convivirá en el predio, y otros 18 meses para edificarlo. Cumplido ese paso, San Lorenzo recibirá el terreno para empezar a hacer realidad su sueño desde mediados de 2016.
La Legislatura porteña votó por unanimidad la restitución del predio, que había sido expropiado por la dictadura. Quienes siguieron de cerca las idas y venidas que antecedieron al tratamiento del proyecto señalan ese momento como el inicio del vínculo político entre Lammens y Pro. "Estaba todo previsto para que se votara el 22 de noviembre, pero una semana antes, sorpresivamente, se puso en el temario. El reciento estaba colmado de cuervos autoconvocados por Facebook. Hasta (Cristian) Ritondo, hincha de Independiente, se bajó del estrado para festejar", recuerda alguien que fue parte de esa inolvidable noche del 15-N, como quedó grabada en el corazón de los fanáticos.
Hoy admiten en el Palacio Municipal que quien más lo ha seducido para que participe activamente en Pro es Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gabinete de Macri, y que lo ha hecho a través de su mano derecha, Sergio Costantino, subsecretario de Descentralización y Atención Ciudadana, y también actual protesorero de San Lorenzo.También dicen que hasta se habrían encargado algunas encuestas para medir a Lammens, que no vive del fútbol (su cargo es ad honórem) ni de la política, sino de su empresa de distribución de bebidas. Y que, según especulan los macristas, "no le dan nada mal".
Por el momento, la institución futbolística y el gobierno porteño sólo han firmado un convenio para construir una escuela pública en las instalaciones que posee el club en el Bajo Flores, y planifican entorno al nuevo estadio de avenida La Plata, que entre otros servicios prevé brindar un centro sanitario, además de "poner en valor el barrio".
Pero el gobierno porteño no pierde las ilusiones e insiste: el Banco Ciudad ha renovado para las temporadas 2013-2014 el sponsoreo de la camiseta azulgrana y en mayo pasado lanzó una tarjeta de crédito especial para sus hinchas. "Ahora todos quieren «jugar» en San Lorenzo. La buena gestión hace eso", dice Matías mientras googlea en su celular, con funda azul y roja, el nombre exacto del libro que acaba de terminar de leer: Ser feliz era esto, de Eduardo Saccheri.