Massa va perdiendo 3 a 0 y Cristina está conmocionada
Antes de meternos con Massa y con Cristina, nos gustaría compartir lo que pensamos sobre la abrupta salida de Viviana Canosa de A24. La censura previa es inaceptable. No importa si te gusta o no el estilo de tal o cual conductor o conductora. Canosa no se presentó a trabajar el viernes, porque le prohibieron difundir una imagen. La de un escrache contra Massa en la inauguración de un tren en Cañada de Gómez.
Daniel Vila, en diálogo con Infobae, reconoció que él había dado la orden. Argumentó que su amistad con Massa no tuvo nada que ver con la salida de Canosa. La pregunta es: ¿por qué Vila ejerció la censura previa justo después de los insultos a su amigo Massa?
A nosotros nos caben las generales de la ley. La que teníamos, desde Voces, con Canosa era una competencia fuerte. Casi siempre ganábamos, y liderábamos nuestra franja horaria, como sucedió durante la última semana.
Nos fuimos de América en 2020, después de 20 años, cuando corroboramos que nos querían usar como moneda de cambio para obtener negocios o ventajas del actual gobierno.
No se pueden manejar los medios como lo hacían los viejos patrones de estancia con los peones. Los periodistas no somos súbditos ni ganado. Somos mejores cuando informamos y opinamos en un clima de libertad. Nos sentimos más cómodos cuando los dueños de los medios no tienen negocios con el Estado. Y una cosa más. Si de verdad Vila quiere ayudar a Massa, lo primero que debería hacer es poner fin a los malos tratos contra los trabajadores y abandonar su cargo como responsable editorial. Porque así, al ministro, lo está perjudicando.
Encima, su amigo Massa está perdiendo la carrera contra el tiempo. Porque sus anuncios del jueves pasado, excepto el de los recortes de los subsidios para las tarifas de agua, luz y gas, fueron un catálogo de buenas intenciones. Tuvieron sabor a nada. Y como si esto fuera poco, la comparación entre sus argumentos de antes y los de ahora, lo vuelven a condenar.
Un solo ejemplo. El 23 de octubre de 2019, antes de la asunción del gobierno del Frente de Todos, Massa puso bajo sospecha a Macri. Acusó al expresidente de beneficiar a su “hermano de la vida”, Nicolás Caputo, en vez de dar prioridad a las PyMes y los pobres. Hoy, el que está en la mira es él. Y por eso el círculo rojo sospecha que algunas de las medidas que impulsó, como el aumento de tarifas, estarían beneficiando a sus amigos y socios en Edenor: Vila, y José Luis Manzano.
A Massa se le acaba el tiempo. Necesita entre US$10.000 y US$15.000 millones ya. Los precisa para evitar una brusca y descontrolada devaluación, estabilizar el tipo de cambio y empezar a bajar la inflación. Desde que se supo que Massa se haría cargo, el Banco Central perdió US$920 millones. Nada hace suponer que no se siga desangrando todos los días.
Massa difundió una agenda de la semana con anuncios y medidas diarias:
• El ingreso de US$310 millones de la industria pesquera,
• Un bono para los jubilados cuyo monto todavía no se definió,
• Anticipos sobre los nuevos topes para el subsidio al consumo del gas y la luz,
• Un pedido a los ministros para que le pongan tope a gastos de cada área.
Son insuficientes. Parecen inconexas. No constituyen un plan de ajuste y estabilización. Porque el ajuste en serio requeriría:
• Un aumento de tarifas aún mayor,
• Una fuerte devaluación del peso,
• Un abrupto y urgente corte de la emisión monetaria,
• Una licuación de los salarios públicos y las jubilaciones y pensiones,
• Una reforma laboral en serio,
• Tasas de interés por encima de la inflación,
• La eliminación de todos los cepos.
Pero no solo eso. Para ser creíble, Massa también necesitaría la anuencia de Cristina Kirchner, a quien nadie deja de verla como la verdadera jefa del espacio político.
A Massa lo desgasta la incertidumbre sobre quién será el viceministro. (Las idas y vueltas sobre la designación de Gabriel Rubinstein, ponen de manifiesto el nivel de improvisación y la urgencia con la que están trabajando).
Pero lo que lo desgasta más, todavía, es el hecho de que no podía nombrar al nuevo secretario de Energía, ni desplazar a Federico Basualdo y Federico Bernal, los funcionarios con los que Guzmán no pudo. Por eso está perdiendo 3 a 0. Contra el humor social. Contra los mercados. Y contra Cristina.
Tampoco es cierto que la vice esté solo abocada a enfrentar su calvario judicial. Sí es verdad que el golpe que recibió esta semana la desestabilizó. No solo porque Luciani mostró las evidencias de que ella estaba al tanto de todo. También porque probó que su hijo Máximo no era ajeno al mecanismo de lavado y corrupción.
Esta semana, Luciani presentará otras pruebas contundentes. Una está contenida en la elevación a juicio que presentaron los fiscales Gerardo Pollicita y Carlos Mahiques. Demuestra que los fondos que le pagaban a Austral ingresaban de manera casi automática, el mismo día, a la cuenta de la sucesión de Néstor Kirchner.
El mecanismo era así:
• El Estado le pagaba a Austral,
• Austral le giraba el dinero a Valle Mitre, también propiedad de Lázaro, gerenciadora de los hoteles de los Kirchner,
• Y Valle Mitre se lo giraba el mismo día a tres cuentas de la familia: la sucesión de Kirchner, Los Sauces y Hotesur,
• El 16 de octubre de 2012 ingresan a Valle Mitre, proveniente de Austral Construcciones, 400 mil pesos,
• El mismo día, Valle Mitre, le transfiere a la cuenta sucesión de Néstor Kirchner 354.344 pesos. Y a la de Los Sauces 45.497,
Lo mismo sucede con la mayoría de las transferencias. Los peritos que hicieron el trabajo demostraron que:
• El canon abonado por Valle Mitre a la familia Kirchner era desproporcionado. Muy por encima de los precios de mercado,
• Que los montos provenían “en espejo” de los contratistas hacia las cuentas de Cristina y Máximo.
Frente a semejante evidencia, los argumentos de la persecución, el lawfare y la proscripción parecen un chiste. A partir de este lunes, Luciani y Molas seguirán acusando a Cristina. Y reivindicarán algo que el kirchnerismo detesta: la figura del arrepentido. En especial, la de Leonardo Fariña, cuyo testimonio, en la ruta del dinero K, fue clave para condenar a Lázaro.
Fariña denunció, ante el fiscal Marijuán y el juez Casanello, el origen espúreo de los fondos que enriquecieron a Baéz, a través de la asignación fraudulenta de la obra pública. Por esa declaración la causa tomó un fuerte impulso. Y hasta se logró que las autoridades de la Confederación Helvética levantarán el secreto bancario.
Solo por contar la verdad, Fariña fue amenazado de muerte en tres oportunidades, y sufrió un sospechoso intento de robo. Uno de sus custodios resultó herido, después de matar al delincuente. Sin embargo, su declaración permitió recuperar US$60 millones.
A pesar de todo, Fariña fue condenado a 8 años de prisión en 2021. Le redujeron tres años de cárcel, debido a sus aportes. Sin embargo, esa condena lo deja al borde de la prisión efectiva. Sería el colmo de la injusticia. Porque fue quizá, el que más ayudó a comprender el delito precedente: como los Kirchner, junto con Báez, lavaban el dinero mal habido.