Massa en la boca del tigre
Tigre está anticipando el futuro de Unión por la Patria. La disputa que Sergio Massa libra con Julio Zamora por el gobierno municipal a través de Malena Galmarini insinúa otra por el liderazgo del oficialismo que el ministro de Economía pretende dar después de las elecciones presidenciales. Una secuencia en la que antes precisa un resultado en las PASO que le permita mantener la expectativa sobre su candidatura. Para eso debería obtener al menos el segundo lugar. Algo que por ahora no tendría garantizado. Zamora adquiere un rol central gracias a esa incertidumbre.
Mientras controle Tigre, siembra dudas sobre la fortaleza desde la que Massa proyecta esa aspiración. Es lo que convierte a esta pelea local por el poder en una a escala nacional. La supuesta intervención de Cristina confirmaría esa presunción. Habría ordenado a Juan Manuel Olmos y Leo Nardini rechazar la impugnación para que Zamora tenga la boleta con la que competirá en las PASO por el cargo de intendente con la titular de AySA. Una pretensión convalidada por la Cámara Nacional Electoral con el voto de Santiago Corcuera y Daniel Bejas al que se opuso Alberto Dalla Vía, su presidente.
Ese fallo justificaría la prevención del vicejefe del Gabinete y del intendente de Malvinas Argentinas: cumplir con esa misión desde un anonimato imposible de sostener. Sobre todo por los lugares que ocupan en Unión por la Patria. Olmos es el apoderado de esa alianza y Nardini preside su Junta Electoral, donde el Frente Renovador tiene solo dos cargos sobre diez. Pero esos infructuosos recaudos revelan el temor a quedar sometidos al poder de daño que Massa conservaría intacto.
Ese supuesto atributo tendría más valor que el argumento esgrimido por Rubén Eslaiman y Sofía Vannelli para impugnar a Zamora. Las calumnias e injurias en las que habría incurrido el intendente. Zamora hizo pública la amenaza que percibía detrás de los supuestos allanamientos judiciales al domicilio de algunos funcionarios involucrados en supuestas denuncias que hasta ahora no existieron. Probablemente por la urgencia, nadie del Frente Renovador haya reparado en la oscura ironía de esa presentación.
Senadora provincial del Frente Renovador, Vannelli fue la encargada de rechazar sistemáticamente cada paso dado por el jury que en abril destituyó a Claudio Scapolán como fiscal de Tigre. Scapolán comenzó a ser investigado por la Justicia Federal por intervenir en decomisos de grandes cargamentos de estupefacientes fuera de su jurisdicción y de su competencia. El fiscal lo decidía con allanamientos que ordenaba a partir de supuestas denuncias anónimas que se demostraron falsas.
Massa se reunió este martes con Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Martín Insaurralde, Gabriel Katopodis y los intendentes de la Primera y Tercera Sección con la intención de revertir otro escenario adverso que ese comando de campaña no pudo modificar a 15 días de las PASO. Mayra Mendoza (Quilmes) ya lo había intentado sin éxito. Propuso un afiche colectivo con Massa en el chat que los intendentes comparten con el gobernador. Kicillof ofreció hacerse cargo del diseño estético. Nadie les respondió.
Al gobernador le preocupa que Massa tenga una intención de voto inferior a la de él en una elección que históricamente se define en la provincia de Buenos Aires, pero por el efecto arrastre que consiga el candidato a presidente. La caravana que los dos encabezarán este domingo en La Matanza intentará detener lo que aparenta ser inevitable. El corte de boleta que practicarían los intendentes para no ser parte de una derrota que juzgarían inminente.
Los indicios de ese procedimiento ya habrían quedado al desnudo en la oposición. Quizás el de Hurlingham sea el caso más visible. Los supuestos “Leones libertarios” de Miguel Ughetto colocaron mesas de difusión desde las que respaldan a Lucas Delfino. El candidato a intendente aparece en una imagen junto a Diego Santilli y Javier Milei. Más sutiles, los supuestos libertarios de Tres de Febrero promueven la candidatura a presidente de Milei pero también la reelección de Diego Valenzuela.
Ese comportamiento de los candidatos que adhieren a Horacio Rodríguez Larreta desmentiría el supuesto optimismo de imponerse a Patricia Bullrich en las PASO. Sobre todo porque revelaría la dificultad de captar la adhesión del voto identificado por el Pro. Pero también de pescar alguno en migración de Milei a Bullrich. Un fenómeno que inquieta a Massa y a los intendentes peronistas del conurbano. Pero es en La Plata donde se recrean fantasmas del pasado reciente.
Algunas versiones le atribuyen a Julio Garro haber amenazado con trabajar para que Julio Alak lo suceda en la intendencia si es vencido en las PASO por Juan Pablo Allan. Alak es el ministro de Justicia de Kicillof y fue intendente de La Plata por cuatro períodos. Allan es senador provincial y compite con el intendente de La Plata, candidato a la reelección con Rodríguez Larreta. Allan denunció que Garro no pagó los salarios de casi 50 funcionarios por adherir a Bullrich. El intendente lo desmintió, e imputó el supuesto error en la liquidación de esos haberes a “una falla del sistema.” Sus detractores adhirieron con sorna a esa hipótesis. “El que falló fue el sistema político que programa al informático” deslizó uno de ellos. El equipo de campaña de Santilli difundió ayer un sondeo de Isonomía con un escenario donde Rodríguez Larreta se impondría a Bullrich por cuatro puntos (16,6% a 12,7%), tomando como base de cálculo al total de electores en la provincia de Buenos Aires.
“¿Cuál sería la razón para que no le corten boleta a Horacio si ya lo hicieron con Mauricio?”, reflexionó alguien en el campamento de Jorge Macri. El recuerdo alude a la decisión adoptada por los intendentes de Juntos en las elecciones de 2019, pese a la mejora en el desempeño del ex presidente entre las PASO y las elecciones generales. Nadie en el oficialismo observa por ahora motivos para que Massa no tenga que atravesar esa experiencia. Incluso pese a los gestos que tuvo hacia el kirchnerismo mucho antes de ser candidato. Como los convenios suscriptos en 2020 entre AySA y el municipio de Almirante Brown para proveer de cloacas a la localidad de Claypole, una obra realizada por la cooperativa “2 de abril” con financiamiento superior a los 500 millones de pesos provenientes del Fonplata, el banco de desarrollo regional que integran la Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
La falta de antecedentes en ese tipo de trabajos de la Cooperativa 2 de abril no fue un obstáculo para contratar a la cooperativa 2 de abril. Ni tampoco que esa actividad no figure entre las que registró ante la AFIP. Pero ninguno de esos detalles resulta tan llamativo como el domicilio fiscal que tiene desde que inició su actividad en 2003: el lote número 1 de la manzana 20 en el barrio La posta de Perico, provincia de Jujuy. Esta cooperativa integraría la red que controla Milagro Sala a través del Movimiento Tupac Amarú. Y constituiría una de las pruebas irrefutables de la solidaridad inquebrantable que la mantiene unida al kirchnerismo. Una causa a la que el intendente Mariano Cascallares y Galmarini debieron adherir por omisión y, tal vez, sin otra salida.
En el almuerzo de la Sociedad Rural, Massa aseguró: “creo en la propiedad privada, en la suma del capital y el trabajo, y en el campo como motor de la economía.” Probablemente otra señal de audacia de Massa frente a lo que otros temen: que haya introducido su cabeza en la boca de un tigre.