Reseña: Lectura fácil, de Cristina Morales
Más que fácil, una historia que incomoda
Ya desde el inicio la española Cristina Morales (Granada, 1985) deja en claro que Lectura fácil no es una novela sencilla. Cuatro mujeres con capacidades intelectuales diferentes relatan sus experiencias en una Barcelona convulsionada por la violencia. A través de la máscara de la inocencia, sus voces encarnan miradas radicales para interpretar la sociedad y la política. No hay dudas de que la capacidad extrema para incomodar le valió a esta obra el Premio Herralde de novela 2018.
Las cuatro mujeres son parientes, comparten un departamento tutelado y tienen la misión de integrarse a la sociedad. Natividad es la única de ellas que narra de manera directa, en un monólogo interior lleno de furia. Las voces de las otras tres aparecen en las actas de declaración testimonial que presta Patricia frente al juzgado que decide sobre la esterilización de Marga; en las constancias de las reuniones del ateneo anarquista al que ella asiste para concretar su plan de ocupación; y, finalmente, en una especie de novela autobiográfica que Àngels escribe en WhatsApp. Si el exceso de energía puesto en subrayar la tensión entre lucidez y disfunción no terminara en tono aleccionador, el juego entre los distintos registros del lenguaje resultaría más interesante.
Más allá de eso, la historia de Lectura fácil cuestiona ideologías políticamente correctas. Morales ironiza acerca del feminismo, el capitalismo, incluso cuestiona la intención paternalista de ayuda a los más vulnerables, que es el núcleo del relato. Así, en los mejores momentos, el humor filoso encuentra, al fin, el espacio fértil para interpelar al lector.
Lectura fácil
Por Cristina Morales. Anagrama420 páginas$ 1250