Más que amor
“Si amás lo que hacés nunca será un trabajo”, dice cierta sabiduría berreta que circula en la web. Pero Simone Stoloff está enojado con esa idea, y responde: “El amor por mi trabajo no paga mis cuentas”. En su reciente libro The Good Enough Job: Reclaiming Life from Work (“Un trabajo lo suficientemente bueno: reclamándole la vida al trabajo”), Stoloff discute la creencia de que el amor al trabajo reemplaza a la seguridad laboral o al salario justo.
El escritor advierte que algunas etiquetas del ámbito laboral –como “vocación y entusiasmo”, “pasión por la tarea”, “apostolado” o “ponerse la camiseta de la empresa”– suponen que el amor es un sustituto de la remuneración justa. Y ocultan otra dimensión: la del trabajo como contrato económico.
La cuestión se hace más fuerte en trabajadores como maestras, cuidadores y personal de salud, sujetos que aman mucho y a los que se les paga poco. Durante siglos el trabajo fue una cuestión del cuerpo. Hoy el mercado laboral exige, también, la entrega del alma. ß
Algo más...
El sindicato de guionistas de los EE.UU. viene sosteniendo una larga huelga. El director de Warner Discovery los exhorta a volver por “amor por el negocio y amor por el trabajo”: esta industria también está estructurada de tal forma que los escritores sienten que deberían estar agradecidos de estar ahí. ß