Mario Montoto: el hombre de las dos revoluciones
En Montoneros fue secretario deMario Firmenich y luego, su apoderado legal. Hoy, Montoto, que considera un milagro seguir vivo, es un próspero hombrede negocios, dueño de una empresa de productos y servicios bélicos. Sus antiguos enemigos se han convertidoen sus clientes y empleados
"Tengo un apellido que no ayuda", dice Mario Montoto mirando sin ver el anochecer sobre Puerto Madero.
En un tercer piso, la sala de reuniones de su empresa Codesur tiene mástil y bandera, y cinco relojes en la pared con las horas desparejas de Beijing, Washington, Buenos Aires, Tel Aviv y Madrid.
Una mezcla de voluntad, suerte y tragedia convirtió en personaje a este ex montonero -Pascualito era su nombre de guerra- que fue secretario y apoderado legal de Mario Firmenich y padrino de su hija, y hoy es un fuerte empresario dedicado, entre otras cosas, a la venta de equipos y servicios bélicos.
Los que antes querían matarlo hoy son sus empleados y clientes. Codesur (Corporación para la Defensa del Sur) realizó el mantenimiento del submarino Salta y, en sociedad con la firma israelí IAI, se ocupó del mantenimiento estructural del Tango 01, el avión presidencial. Hoy repara los motores de los helicópteros Bell del Ejército y su plantel directivo cuenta con un general de división, un brigadier y un vicealmirante, todos retirados.
A Néstor Kirchner lo conoció y trató ocasionalmente en un local político de la calle 45, en La Plata. "Me siento totalmente identificado con las políticas que el Presidente planteó públicamente para la Defensa nacional, especialmente para recuperar nuestra capacidad de producción para la Defensa."
Montoto ha invertido en vitivinicultura, tuvo un jet privado, fue empresario metalúrgico y del transporte, rubro en el que resultó muy cuestionado debido a su paso por los ferrocarriles concesionados y a su sociedad con Sergio Taselli. Por sus relaciones con empresas de defensa de Israel, integra la Cámara de Comercio Argentino-Israelí. Tiene un BMW y una mansión en Palermo Chico.
Esta parábola que describe su vida le ganó mala prensa. Pero como no es de los que bajan los brazos, también se dedicó a la prensa y tiene una revista, DEF -sí, dedicada a temas de Defensa-, editada por Taeda, firma que ha inaugurado una colección de libros con una biografía del general Manuel Nicolás Savio, el creador de Fabricaciones Militares e impulsor de la siderurgia.
Al frente de la revista se halla el coronel (R) Gustavo Gorriz, militar especializado en prensa desde los tiempos en que trabajaba en esa área para el jefe del Ejército y actual embajador en Colombia, teniente general (R) Martín Balza. Gorriz luego fue edecán de Carlos Menem, jefe del Regimiento Patricios y operador del sucesor de Balza, el teniente general Ricardo Brinzoni. La presentación en sociedad de DEF tuvo lugar en septiembre último en el Congreso con la asistencia de diplomáticos, jueces, legisladores, militares y empresarios.
Dentro de dos semanas, Montoto llegará a la televisión con DEF TV, un programa de cable. Lejos en la memoria queda su primera y literal irrupción televisiva cuando casi se metió de prepo ante las cámaras del programa de Bernardo Neustadt y Mariano Grondona para defender a Firmenich.
Por su pasado y su presente, es un hombre de dos mundos.
"Eso -rechaza con fuerza- suena a duplicidad. No niego mi historia y cada uno debe asumir su cuotaparte de responsabilidad, pero creo no transitar por dos mundos, sino por uno. Porque hay uno, y fue evolucionando. Si usted quiere, antes había tres, con la Tercera Posición. Hoy hay uno."
Jura tener 49 años, y los aparenta, pero cuesta creerle. "Mis años se computan doble por todo lo vivido. Todos los días agradezco a Dios y a la Virgen estar vivo. Es un milagro." Católico practicante, se enorgullece de sus fotos con el Papa Benedicto XVI y con el obispo derechista Emilio Ogñenovich.
"Le agradezco a Dios -continúa- y le pido por la memoria de todos los compañeros que no están, incluyendo a mi compañera."
María Inés Raverta era su esposa y madre de sus dos hijos mayores. Tenía 24 años cuando, en 1980, oficiales del Ejército Argentino la secuestraron en Lima, Perú, en un operativo para intentar atrapar al dirigente montonero Roberto Perdía, que se encontraba en la capital peruana.
Se trató de uno de los episodios más sórdidos y menos conocidos de la represión bajo las alas de la Operación Cóndor. Con María Inés Raverta cayeron Julio César Ramírez, Noemí Gianotti de Molfino y su hijo Gustavo Molfino, el único sobreviviente. Noemí Gianotti apareció asesinada en Madrid. Raverta y Ramírez continúan desaparecidos.
El periodista peruano Ricardo Uceda incluyó en su libro Muerte en el Pentagonito. Los cementerios secretos del Ejército peruano el testimonio de un ex agente peruano que intervino en el secuestro de Raverta y narró el infierno al que fue sometida la mujer bajo la tortura.
"De eso no voy a hablar Por mis hijos", responde Montoto.
Contra los dos demonios
Nació en La Plata cuando aún había tres mundos. Su padre, juez civil y comercial, luego camarista, insiste en que el hijo debe escribir su vida antes de que la memoria flaquee.
A los 12 años se acercó al Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas. En realidad, era una unidad básica y allí se integró a un grupo de lectura y discusión. El grupo formó luego la Alianza de la Juventud Peronista y Montoto creó "la primera UES (Unión de Estudiantes Secundarios) que existió en La Plata después de la caída de Perón. La última acción de la UES fue la reivindicación del boleto estudiantil que terminó con lo que se llamó ´La noche de los lápices . Conocí a todos los chicos que fueron secuestrados y desaparecidos."
En Montoneros entró cuando aún cursaba el secundario, y en 1975 su buena estrella lo convirtió en el primer sobreviviente de un atentado de la Triple A en La Plata. Le gatillaron una pistola en la cabeza, pero la bala no quiso salir.
"Estaba parado en una esquina con La Gaceta bajo el brazo, cuando vi venir un Falcon verde, uno amarillo y una rural Falcon verde. Me puse a caminar y en unos instantes un hombre se me acerca por la vereda. ´Montoto , me dice, y me apunta con una pistola 45. La munición no salió y yo corrí en zigzag. Desde los autos me tiraron con una escopeta y yo seguí corriendo hasta que encontré una puerta abierta, entré y la cerré. La Gaceta tenía dos orificios."
Cuando sobrevino el golpe de Estado, ya no vivía con sus padres. "Permanecí en La Plata hasta fines de 1976 y luego me quedé en Buenos Aires hasta fines de 1977, en que salí por poco tiempo del país. Entré y salí durante mucho tiempo. Aquí participaba en tareas de resistencia."
Para Montoto no hay mucha diferencia entre Firmenich "y muchos otros montoneros, sólo que él fue la cabeza, como Perdía y otros, y los convirtieron en chivos expiatorios de la teoría de los dos demonios".
A Montoto lo indigna esta teoría que equipara a la guerrilla con la represión omitiendo que la represión contaba con todo el aparato del Estado, incluida la Justicia. "No hubo un enfrentamiento entre dos bandas de forajidos. Esa teoría es una pésima simplificación hecha en los años ochenta."
También rechaza por "ridícula" la posibilidad de que Firmenich fuera un agente al servicio del Ejército, como sostuvo el periodista norteamericano Martin Andersen. Y niega que la llamada "contraofensiva" de 1979 y 1980 haya sido una matanza: "Hubo muchos compañeros que no fueron secuestrados". La contraofensiva, o "el tren de la victoria", como la llamaba Perdía, fue una cacería de montoneros que eran atrapados y desaparecidos apenas entraban en el país.
El gran cambio de Montoto se produjo en 1990, con el indulto de Menem a Firmenich y otros dirigentes montoneros. Montoto militaba en el Peronismo Revolucionario, la reformulación política de Montoneros.
"Ya no encajaba en las internas políticas. Hasta ahí había llegado una etapa, y así se lo dije a Firmenich cuando salió libre. Lo acompañé a una plaza para que disfrutara del sol y le dije: ´Mario, hasta aquí llegué. "
Lo mismo le anunció a Menem, y el Presidente, según Montoto, le respondió: "Pero Marito, ahora que todos se matan para subirse al barco vos te querés bajar."
Miguel Bonasso escribió en Recuerdo de la muerte que, por medio de Montoto, el Peronismo Revolucionario apoyó la campaña presidencial de Menem con un importante aporte económico a cambio de los indultos.
"Es cierto que trabajé para los indultos, pero lo del dinero no es verdad. Y se lo dije a Bonasso."
El gran salto
Tal vez el empresario nació bajo el sol de aquella plaza donde Firmenich estrenó su libertad. "La vida es una, y creía y creo en la justicia social, la equidad y en un proyecto de Nación, pero sabía que podía ser útil a la sociedad haciendo otras cosas. Y no empecé de cero. Empecé de menos diez."
Montoto pide el off the record para contar algunas peripecias de sus comienzos cuentapropistas, aunque esas anécdotas lo favorecen. Sólo vuelve al on para decir que vendió ropa y relojes en Paso de los Libres y que luego se asoció con unos españoles para montar Background, una empresa que alquilaba oficinas por horas en Maipú. "En España era un éxito y aquí no podíamos pagar ni el alquiler."
Le fue mejor con otros socios españoles en una firma que conectaba la red de gas a los domicilios, pero el gran salto lo dio con las máquinas expendedoras de boletos para los colectivos, para lo cual se asoció con Ciccone Calcográfica y formó Trainmet Ciccone Systems (TCS). Los aparatos los fabricó IBM.
"No hubo licitación. La competencia tenía máquinas importadas, pero nosotros vendimos el 60 por ciento de los aparatos porque eran lo mejores." ¿Ciccone pertenecía al magnate postal Alfredo Yabrán? "No, pertenecía a los Ciccone."
Su oficina conserva dos reliquias: un monedero de metal de un colectivo y una boletera con las lenguas multicolores de los boletos.
Después vinieron los ferrocarriles, con Metropolitano, que él presidió. Dos informes, uno de la Auditoría General de la Nación y otro del ARI, marcaron el deterioro y la desinversión en los ferrocarriles entregados en concesión.
"Nosotros los recibimos así de la empresa cordobesa Ormas. Me tildan de empresario menemista, pero llegué a los trenes durante el gobierno de De la Rúa y tras una larga disputa judicial. También dicen que fui socio de Taselli en Río Turbio. Fuimos socios solamente en los trenes, y renuncié a la presidencia de Metropolitano cuando empezaba el gobierno de Kirchner."
Del presidente, o de su gobierno, le atrae el discurso de producción para la defensa, que encarna el jefe del Ejército, teniente general Roberto Bendini. Codesur nació en septiembre de 2003.
"Nunca quisimos la disolución de las Fuerzas Armadas. Es más, nunca imaginamos al país sin ellas. La producción para la defensa era imposible con Menem, pero Kirchner reinauguró el astillero Domecq García. Kirchner es la demostración de que la Argentina vivió una larga transición."
Montoto ha regresado de un viaje de negocios por Canadá y Estados Unidos. Está cansado de viajar. Codesur representa o está vinculada con varias empresas israelíes -como Aeronautics, Azimut, Saymar, Metax y Soltam- y norteamericanas, como Honeywell y Nell-Joy.
A su hijo menor suele decirle que "el hombre inteligente siempre se repone de un traspié, pero el hombre mediocre nunca se repone de una victoria".
Quién es
Los comienzos
Nació hace 49 años en La Plata. Entró en Montoneros cuando aún cursaba el secundario y se convirtió en secretario privado de Mario Firmenich. Es viudo de María Inés Raverta, secuestrada en Lima en 1980.
Peronismo revolucionario
Representó al peronismo revolucionario en la campaña de Menem. En 1998 reapareció públicamente pero como empresario: ocupó el cargo de director de Trainmet Ciccone Sistemas. Hoy tiene una empresa de productos bélicos.