Maratea, el influencer que desnuda las incompetencias del Estado
“Ayer estuve hablando con la mamá de Emma, una nena que sufrió AME (Atrofia Muscular Espinal), que necesitaba dinero para los remedios, y me dijo que de la colecta que hicieron para la hija, sobraron 70 mil dólares y vino Santiago Maratea y se los dio en mano y solucionó con eso los problemas de otras personas”, contó Pepé Santoro, ídolo del Club Atlético Independiente en una entrevista radial, saliendo así al cruce de varios comentarios lacerantes contra la movida solidaria a cargo del influencer que busca recaudar dinero entre sus socios e hinchas para que el club de Avellaneda pague las deudas asumidas por las pésimas últimas administraciones, entre las que se encuentran dos períodos del sindicalista Hugo Moyano como presidente de la institución, que llevaron al club a estar inhibido y con posibilidades ciertas de quebrar con una deuda que supera los 20 millones de dólares. Además, Miguel Ángel Santoro es palabra autorizada porque, en términos legales, es el “fiduciario” del fideicomiso instrumentado para llevar adelante la recaudación.
Que un influencer de los más destacados en el país con casi 3,8 millones de seguidores en Instagram, que comunica con un lenguaje directo, disruptivo, muy utilizado en redes sociales, decida realizar una colecta para ayudar económicamente al club de sus amores despertara tanto recelo en algunos era esperable por dos razones fundamentales: la primera, obviamente el folclore y la rivalidad del fútbol, sobre todo por como se vive en este país, hizo que muchos hinchas de otros clubes salieran a pegarle, criticarlo y también a mofarse de la actividad solidaria. La segunda razón es política, luego de la pésima gestión moyanista, con puntos tan oscuros que llevaron a la actual comisión directiva de Independiente a denunciarlos, hoy el presidente del club es el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, hombre del PRO. Obviamente todo el kirchnerismo lo puso como objetivo como suelen tratar a quienes no comulguen con sus ideas con un trato nivel “enemigo”, por más que tanto el club como el propio Maratea intentaran mostrarse separados “Esto es de los hinchas y la plata no la va a manejar el club”, reitera hasta el hartazgo el joven influencer. Es comprensible y hasta risueño que estas cosas pasen entre simpatizantes de fútbol, pero deja de serlo cuando muchos profesionales, periodistas o funcionarios, deciden utilizar ese lugar de poder para poner sospechas y sombras que generen desconfianza en los posibles aportantes para que no lo hagan y así la ayuda, genuina porque sale del propio bolsillo y espíritu de cada persona con ganas de colaborar, fracase.
Los organismos de control o la misma AFIP, que tan enfáticamente advierten posando la mirada sobre cada peso recaudado en esta colecta, lo que no está mal, así debería ser siempre, no lo hicieron del miso modo, por ejemplo, con el el patrocinio no cobrado de OCA, empresa entonces administrada por Hugo Moyano, que llevó a la actual comisión directiva a denunciarlo penalmente por este tema y por “las irregularidades encontradas en los expedientes judiciales” del caso del jugador Verón y el que involucró la venta de otro jugador, Nicolás Figal, a la MLS en 2021. El Estado que funciona ciego con los amigos, pero con mirada de lince contra quienes no lo son, termina siendo funcional a todo tipo de injusticias.
De todos modos, hay que destacar, la responsabilidad asumida por el influencer conlleva un compromiso público de transparencia que, dada la magnitud de los que participan en este y otros eventos solidarios, deberá ser exageradamente demostrable para evitar que los dardos envenenados puedan encontrar un blanco. En ese sentido, él mismo pide que todas las donaciones sean auditados por los organimos de control.
Pero hagamos un repaso de otras movidas solidarias que lleva realizadas Santiago Maratea para saber de quién estamos hablando. Solo las más destacadas: impulsó una campaña de recaudación de 2 millones de dólares para que Ema, una beba chaqueña de 11 meses con Atrofia Muscular Espinal (AME), recibiera el medicamento más caro del mundo. Cuando sucedieron los incendios que arrasaron con gran parte del bosque correntino lanzó una campaña solidaria y logró juntar 200 millones de pesos para colaborar con insumos para los bomberos voluntarios locales. En mayo de 2021, reunió el dinero necesario para que 35 atletas y entrenadores argentinos viajaran en un vuelo chárter rumbo al Torneo Sudamericano de Atletismo en Guayaquil, luego de que el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) dijera que no podía hacerse cargo del costo del traslado. Realizó una colecta de 2 millones de dólares para conseguir, nuevamente, el medicamento más caro del mundo y entregárselo a Madeleine, una nena de 20 meses que también padece Atrofia Muscular Espinal (AME). Finalmente la Justicia obligo a la obra social a hacerse cargo. También recaudó más de 40 millones de pesos para que Federico Lezama, un nene cordobés de 6 años que luchaba contra un neuroblastoma, viajara a Barcelona a recibir el tratamiento adecuado. En marzo de 2022, lanzó una colecta para ayudar a Luz Arias y Darian Stacco, los argentinos que fueron atropellados por una camioneta policial en Cozumel, México, cumplió el objetivo recaudando 17 millones de pesos. Además, logró juntar 72 millones de pesos para Kevin, un nene cordobés de siete años que necesitaba viajar a Barcelona para ser tratado por una leucemia linfoblástica aguda, objetivo alcanzado en 5 días. Podemos agregar que recaudó más de 35 millones de pesos para la Organización No Gubernamental (ONG) Trans Argentinxs, que asesora y acompaña infancias, adolescencias y juventudes trans y no binarias en toda la Argentina. También tuvo campañas que fracasaron por la burocracia, así lo hizo saber cuando reunió el dinero, unos 30 mil dólares, para el tratamiento del locutor chaqueño Julio Sosa, que sufría de Esclerosis Lateral Atrófica (ELA). Pero Sosa falleció antes que pudiera hacerle llegar lo recaudado porque desde la plataforma PayPal le pedían que justifcara el origen del dinero.
Estos son solo ejemplos, algunos más significativos que otros, que muestran parte del historial solidario de este joven. Pero excluyamos el tema Independiente por toda la carga pasional que tiene el fútbol en esta sociedad y porque no es un tema de competencia estatal a excepción del control sobre las entidades y asociaciones sin fines de lucro.
En el resto, lo que hace Maratea en cada colecta, es desnudar la ausencia del Estado en temas relacionados con la salud, la infancia, el deporte aficionado, el medio ambiente, entre otros. Allí, donde el Estado debió estar presente, para asistir a un enfermo grave o para controlar un incendio forestal, pegó el faltazo, entonces tiene que intervenir la gente, el ciudadano solidario que encontró en él, ni más ni menos que un canal, una organización para poder ayudar a quien lo necesita. También expone los problemas que muchas empresas y ONG´s tienen para adquirir dólares, cuando los hinchas se preguntan a qué tipo de valor de cambio, hay tantos, podrán comprar los dólares necesarios para pagar las deudas del club en el exterior, comprenden el calvario cotidiano que vive todo el sector privado que necesita dólares para los insumos importados imprescindibles para producir.
Santiago Maratea y los socios e hinchas de Independiente podrán alcanzar o no su objetivo, pero cuando se abrió el debate y el rey quedó desnudo, quedó expuesto que el Estado “amigo” termina siendo injusto, tanto como el Estado incompetente, como también lo es cuando funciona como instrumento de acción política para el partido de gobierno o beneficia a sindicalistas, empresarios prebendarios y hasta dirigentes sociales o de entidades deportivas afines políticamente.
Contrariamente a esa mezcla de ineficiencia y mala intención manifiesta, encontramos que el éxito de Maratea está en la confianza que genera en millones de personas que, ante el rotundo y recurrente fracaso del Estado en situaciones límites, encuentra en un joven de a pie un canal para solucionar problemas de índole privado. Y esto último, visibilizar la existencia de una buena dosis de voluntad solidaria, termina siendo un mensaje por demás esperanzador.