Manual de estilo para columnistas anti K
• Recuerde siempre que las palabras pueden mudar su significado, migrar de elogios a insultos, o viceversa, según quien las diga y quien las escuche.
• Cuando se refiera al ex presidente Héctor Cámpora no olvide resaltar su condición de dentista de San Andrés de Giles.
• Es inocuo anteponer el adjetivo existencialista al nombre de cualquier funcionario. Los calificativos marxista o montonero aseguran mejores resultados.
• Montonero, sin embargo, permite un atractivo doble juego. Puede usted lapidar a los Kirchner adscribiéndolos a la lógica de la lucha armada en los 70. Pero también puede hacerlo si señala que mientras esos jóvenes heroicos (los montoneros) ofrendaban su vida por un ideal, ellos partían a hacer dinero a Santa Cruz.
• Llame a Néstor El (con mayúsculas) y a Cristina Ella. Desata enormes risotadas entre sus adversarios.
• Si le resulta imprescindible aludir a la presunta honestidad de Guillermo Moreno, no deje de aclarar que " todavía (resalte esta palabra) no le han podido demostrar…"
• Entre dos atributos inquietantes, elija siempre el peor. Es más eficaz decir que Boudou es íntimo amigo del sobrino de Roberto Quieto que recordar su militancia junto a Alsogaray.
• Equipare censura a falta de avisos oficiales.
• Los medios que cuentan con apoyo oficial emiten panfletaria propaganda oficialista. Los que dependen de anunciantes privados emiten periodismo independiente.
• Utilice la expresión "678" como genérico para identificar la política de comunicación del gobierno.
• No se deje confundir. Si Orlando Barone acepta que le dicten su discurso y Marcelo Longobardi se toma casi en broma que el dueño del canal lo saque abruptamente del aire, tenga en claro que ambos hechos demuestran el autoritarismo fascista del gobierno.
• Utilice con vehemencia la expresión "eternizarse en el poder" cada vez que alguien hable de reforma constitucional.
• No se apresure a canonizar a Moyano: con los sindicalistas nunca se sabe.
• Procure todo el tiempo demostrar que Cristina está traicionando el pensamiento de Kirchner, aunque haya que tragarse el sapo de aceptar que en algunas cosas Néstor no era tan malo.
• Quéjese airadamente si los piqueteros no nos dejan transitar por la ciudad, pero quéjese más si los reprimen.
• Cada vez que hable del aborto no se prive de recordar que la Presidente se ha declarado en contra.
• Cuando un kirchnerista dé fe de su antimenemismo, hágale saber que Carlos Saúl es senador gracias a un acuerdo con el oficialismo.
• Compare a Cristina con Chávez o Fidel Castro por la frecuencia o duración de sus discursos.
• Si este año Racing sale campeón, no olvide señalar que Máximo es hincha fanático del cuadro de Avellaneda.
• Cada vez que le sea posible, refuerce la idea de que todo lo bueno que ha pasado últimamente en el país se resume en cuatro letras: S O J A.
• Detrás de todo ilícito cometido por un funcionario está la Presidenta. Toda acción elogiable es una excepción, de la que tampoco hace falta andar hablando demasiado.
• No suele resultar útil proclamar que el mejor delincuente es el delincuente muerto. Piénselo, pero no lo diga.
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