Malaria: a las puertas del control de una enfermedad devastadora
Una vacuna ha demostrado su eficacia en los ensayos clínicos
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Cada minuto, en África; muere un niño a causa de la malaria (o paludismo), una enfermedad parasitaria causada por un agente infeccioso denominado Plasmodium, el cual se yergue como uno de los enemigos más formidables de la población, particularmente de la población africana. La malaria no se propaga de persona a persona, como ocurre con el resfriado, Covid o influenza (gripe), requiere de la picadura de mosquitos de esta especie característica de dicha región.
Año tras año, en todo el mundo se producen aproximadamente 247 millones de casos y 600.000 muertes por la malaria, y más del 90% de las infecciones y decesos tienen lugar en ese continente. Lo más doloroso está constituido por la enorme carga de esta enfermedad entre las naciones más pobres y la desproporcionada afectación de niños pequeños, que padecen la mayoría de los casos fatales: el 80% de los fallecidos -casi medio millón por año- son niños menores de 5 años que habitan áreas rurales empobrecidas del África.
Pero ante tanta oscuridad, ya ha asomado luz: una nueva vacuna ha demostrado ser eficaz en ensayos clínicos y, desde octubre de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó su uso en la población infantil de lugares con elevada transmisión de Plasmodium falciparum, el más mortal de los cinco parásitos que causan la Malaria y el más común en África.
Tras revisar los resultados de estudios provenientes de zonas endémicas de paludismo del África subsahariana, en donde más de 800.000 bebés fueron vacunados con una pauta de cuatro dosis, la OMS tomo la decisión de implementar la vacuna entre las habituales y obligatorias de la infancia.
La vacunación antimalárica representa hoy una reducción del 75% de casos y de un 30% menos de internaciones por malaria grave; se trata de un sustancial impacto en la morbi-mortalidad infantil en la población. Y se espera una amplia implementación en toda África durante 2024.
La nueva vacuna, denominada R21 (MM), es a base de bajas dosis de proteínas constitutivas del parásito, junto a dos dosis diferentes de adyuvantes llamados Matrix-M (MM). Es, en realidad, la segunda vacuna antipalúdica recomendada por la OMS, tras una primera (la RTS,S/AS01) que recibió el respaldo de la Organización en 2021, a pesar de su modesta eficacia. Ambas son seguras y útiles para prevenir el paludismo en los más pequeños y se aguarda tengan un vasto efecto beneficioso para la salud pública. Además, se agrega otro atributo en este nuevo inmunizante, cualidad considerada imprescindible para aquellos productos que pretendan el control de esta u otras enfermedades sociales: un bajo costo. Cada dosis se estima saldrá entre 2 y 4 dólares, valor que obviamente facilitará el acceso masivo a la vacunación antimalárica.
A pesar de este avance, sigue existiendo la necesidad urgente de identificar y desarrollar más vacunas mejoradas que puedan alcanzar el objetivo de la OMS de un amplio control de la malaria clínica para 2030.
Si bien la población adulta aún no se encuentra alcanzada por una vacuna idónea, cuando alguien viaja a zonas endémicas de Plasmodium existen medios para prevenir la enfermedad. Comenzando con la realización de una consulta médica con un profesional idóneo previo al viaje -idealmente de 4 a 6 semanas antes de partir-, quien valorará el riesgo de manera individualizada e instruirá sobre la práctica de efectivas medidas antimosquitos (vestir ropa fresca de mangas largas y colores claros y utilizar repelentes ente otras) junto a la toma de una medicación antimalárica en forma regular antes, durante y posterior al viaje. Se trata de medidas muy útiles, y evitarán que se desarrolle malaria ante la picadura de mosquitos infectados por el parásito.
Además -si bien la Argentina está declarada zona libre de paludismo- los médicos deberíamos tener muy presente en nuestro consultorio la patología, frente a pacientes provenientes de zonas endémicas con cuadros febriles y dolores musculares, que aparenten una gripe. Existen medicamentos que administrados precozmente otorgan un buen pronóstico. No obstante, las demoras diagnósticas y de inicio de una adecuada medicación, o pacientes inmnucomprometidos, pueden complicar la evolución y tornarla grave con compromiso multisistémico.
En el último cuarto de siglo la medicina ha buscado con denuedo una vacuna efectiva contra este flagelo, poniendo bajo la rigurosa prueba de la investigación clínica a decenas de candidatas. Los numerosos mecanismos de evasión inmune del Plasmodium contribuyeron con esta dilación. El ansiado momento de un descubrimiento que cumpla la meta y trascienda parece haber llegado. Hasta ahora, una extraordinaria demanda de una vacuna contra la Malaria convivía con su ominosa inexistencia, este oximoron de expresiones opuestas parece haberse roto ante la nueva y esperanzadora R21 (MM).
Médico especialista en Clínica Médica e Infectología, profesor de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral