Macron, por la igualdad de género
El presidente Emmanuel Macron decidió hacer de la igualdad entre mujeres y hombres una "gran causa nacional" para los cinco años de su mandato. La república ya no puede evitar hacerse cargo de la "obviedad de la verdad". Es decir, que el camino para emprender queda bien claro: no hay ninguna igualdad si se acepta, incluso de manera pasiva, que una mujer se sienta en riesgo o disminuida por el simple hecho de ser mujer. El rechazo a la discriminación y a la violencia contra las mujeres no puede tener matices, y no podemos temblar a la hora de combatir las desigualdades de género. Así, el presidente subrayó el "poder de la esperanza" que la república trae a todas las mujeres cuando decide luchar por la igualdad de género.
El plan se organizará cada año alrededor de una nueva prioridad temática. El 25 de noviembre, Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres, el presidente francés anunció que la prioridad para este primer año será la violencia de género. En 2016, en Francia, esta causó la muerte de 123 mujeres, constituyendo la expresión más extrema y más odiosa de la dominación de un sexo sobre el otro. El plan de Emmanuel Macron tiene tres ejes de aplicación.
En primer lugar, tenemos que ganar el combate cultural por la igualdad. La violencia de género constituye el punto culminante del sexismo, y en las propias palabras del presidente, "es la sociedad entera que está enferma de sexismo". Es la razón por la cual hay que cambiar las representaciones sexistas. Esta lucha empieza con la educación de las niñas y de los niños. Todos los profesionales de la educación, desde el jardín de infantes hasta el secundario, recibirán una formación sobre el tema de la igualdad y de la violencia. También es necesario controlar los programas audiovisuales así como los contenidos de los video-juegos y de Internet. El gobierno, además, se movilizará contra el ciberacoso.
Más allá de la educación, el cambio cultural debe involucrar a toda la sociedad. En primer lugar, el presidente Macron quiere que el Estado sea ejemplar; así en 2018 se iniciará un plan de formación inicial y continua en el sector público. El presidente pidió además a las empresas que se conviertan en actores de la lucha por la igualdad y contra la violencia, y anunció una reunión entre sindicatos, representantes de las empresas y el gobierno para proponer nuevas acciones. Por otro lado, indicó que se organizarán operaciones de monitoreo para combatir la discriminación contra las mujeres en el acceso al empleo.
El segundo eje es el acompañamiento a las víctimas. En el 2016 mientras se estima que fueron 225.000 los casos de violencia en Francia, solamente una de cada cinco mujeres presentó una denuncia. Para ayudar a las víctimas, una plataforma web les permitirá obtener asesoramiento online y orientarlas hacia la policía o a una asociación en función del caso. Por otro lado, para facilitar el reconocimiento de la violencia y por ende las denuncias, los profesionales de salud que atenderán a mujeres lastimadas deberán preguntar de manera sistemática si se trata de un caso de violencia de género. De ser el caso, se tomará la denuncia en donde se encuentren las víctimas (en un hospital por ejemplo), para que a la violencia no se le agregue la gestión de trámites. En los hospitales se crearán también unidades especializadas en psicología traumática para víctimas de violencia de género.
Porque la vergüenza debe cambiar de lado, el último pilar es el de la represión. Francia va a reconocer el acoso callejero y el ultraje sexista como delitos. Un problema importante es la dificultad para romper el silencio, que en el caso de las violencias sexuales contra menores de edad, puede ocurrir después de varios años. Es la razón por la cual el presidente decidió extender el plazo de prescripción para esos crímenes de 20 a 30 años.
Luchar por la igualdad de género, salir de una cultura sexista, no dejar a las mujeres solas en este combate e involucrar a toda la sociedad son los ejes del plan francés. En este tema como en otros, Francia y la Argentina están enfrentando los mismos desafíos. En un momento en el cual el mundo entero mira hacia la Argentina, anfitriona del G-20, una cooperación entre ambos países sobre el tema de la violencia podría proponer para todos un camino de progreso.
Embajador de Francia