Macri sorprendió hasta a sus asesores con la postulación de Weinberg
Cuatro meses después de que la cuestionada y procesada Alejandra Gils Carbó presentara su renuncia como procuradora general de la Nación, el presidente Mauricio Macri resolvió, finalmente, postular para jefa del Ministerio Público Fiscal a la actual presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, Inés Weinberg de Roca .
Macri anunció su decisión sin anticipársela a varios de sus principales colaboradores en materia de Justicia, con los que tenía previsto reunirse mañana a las 12.30 para cerrar el tema. La noticia dada durante la entrevista en el programa El Diario de Mariana, de canal 13, también descolocó a los senadores oficialistas que deberán defender la postulación en la Cámara alta a partir del mes próximo cuando se presentaría el pliego. Los principales operadores judiciales del Gobierno y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo , sabían que Winberg era la que más chances tenía de ser postulada, pero esperaban la última ronda de consultas. Se enteraron por la tele, igual que en la Justicia donde aún tratan de reponerse de la sorpresa.
Distintos observadores no desvinculan la precipitada postulación de Weinberg de los recientes cortocircuitos del Gobierno con el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti , ya que una de las principales ganadoras en la puja interna por imponer a la candidata, es Lilita Carrió, admiten en la Casa Rosada. Es sabido que la dueña de la bolilla negra del oficialismo siempre tiene en la mira a Lorenzetti .
Habrá que ver cómo operan estas circunstancias en el Senado, donde el peronismo tiene la llave numérica para la aprobación (se requieren el voto de dos tercios de sus miembros), ya que el titular de ese bloque Miguel Pichetto , tiene una relación más que fluida con Lorenzetti.
Fuentes oficiales y de la Justicia coinciden en que la noticia terminó por descolocar al presidente de la Corte. Preocupado por el malestar de la Casa Rosada con él, tras la acordada que volteó la designación del tribunal oral designado para juzgar a Cristina Kirchner, el magistrado había mantenido durante la mañana una charla con un alto funcionario del Gobierno para tratar de limar asperezas. No imaginó que pocas horas después llegaría este anuncio que lo incomoda y que, aunque probable, nadie sabía que se produciría de la manera y en el momento que se produjo.
Para Macri fue también una forma de sacarse las últimas presiones de encima para que eligiera a otros postulantes que diversos sectores interesados (políticos, jueces y abogados) intentaban imponer.
Un dato relevante de Weinberg, que en el Gobierno suma, y mucho, mientras que para el peronismo y la Justicia resta, es que sea una outsider de la corporación judicial. Algunos sectores del oficialismo agregan su absoluta falta de vinculación con los servicios de inteligencia. Se sabe de la estrecha relación que mantienen desde hace décadas muchos jueces y prominentes espías.
Hasta la semana pasada, antes de que el equilibrio entre Macri y Lorenzetti se desbalanceara por la acordada de la Corte, había señales positivas de los senadores que conduce Pichetto para no obstaculizar la candidatura de Weinberg, por entonces ya algo más que potencial.
De todas maneras, los justicialistas advirtieron que la reconocida especialista en derecho internacional, de 69 años, deberá demostrar sus cualidades, especialmente su aptitud para manejar una estructura de más de 6000 integrantes, que ampliará significativamente su poder con la reforma del Código Procesal Penal en marcha, que otorga más facultades a los fiscales.
"No nos vamos a oponer, ni vamos a insistir con ningún candidato, pero ella tendrá que convencernos y no tendrán que aparecer impugnaciones fundamentadas", anticiparon altas fuentes del bloque justicialista. Por las dudas, recuerdan que antes de lograr imponer a Gils Carbó el kirchnerismo, aún en pleno auge, debió resignar a su candidato Daniel Reposo que no pasó el filtro del Senado. Algo similar ya le había ocurrido cuando intentó imponer en la Corte, tras la jubilación de Eugenio Zaffaroni, a Roberto Carlés, joven discípulo del polémico ex juez. Carlés contaba, además, con un fuerte vinculo con el Papa, quien, dicen, lo quiere como a un hijo.
Si bien las advertencias podrían pronosticar que el trámite no será sencillo, algunos acuerdos previos entre el oficialismo y el peronismo no kirchnerista allanarían el proceso. Una decisión clave del Gobierno fue no insistir con la reforma de la ley del Ministerio Público, que implica, entre otras cosas , la continuidad de las fiscalías especiales que el macrismo buscaba eliminar. El peronismo pretende que algunas de esas fiscalías colonizadas por el colectivo filokirchnerista Justicia Legítima queden en manos de mujeres y hombres confiables para ellos y para el sector dominante de la Justicia Federal, con la que los senadores peronistas y Lorenzetti mantienen una alianza táctica.
Un motivo de discusión con la oposición es el grado de independencia de Weinberg frente al macrismo, ya que que fue el actual Presidente el que la propuso para integrar la corte porteña. Al respecto, el Gobierno y los allegados a la magistrada señalan que Macri y Weinberg se conocieron sólo después de su postulación y que en su cargo ha demostrado un altísimo grado de independencia.
Para reafirmarlo, recuerdan una entrevista con la nación a poco de ser designada en el tribunal Superior en la que afirmó: "Siempre al gobierno, cualquiera que sea, no le gusta que la Justicia le ponga límites. Es muy común que a un presidente o a un jefe de gobierno le disguste que le pongan límites. Les fastidia. Pero está bien que esto ocurra porque habla de su independencia".
El antecedente de Gils Carbó y su afinidad con el gobierno de Cristina Kirchner y la designación en lugares clave de fiscales de Justicia Legítima activa las alertas cuando se discute la cuestión de la independencia.
Todas estos temas empezarán a ventilarse el mes próximo cuando se presentaría la candidatura de Weinberg. Luego se abrirá el proceso de impugnaciones, y de pasar ese trámite entraría el pliego en la Comisión de Acuerdos, donde no estaría el mayor escollo. El desafío para el Gobierno es alcanzar el voto de 48 de los 72 senadores que integran la Cámara alta. El bloque oficialista cuenta sólo con la mitad exacta de lo que se necesita para nombrar a Weinberg. La candidata está. El cargo todavía no.