¿Sabés cuál es la definición de la palabra sinvergüenza? Persona que se comporta de forma inmoral. Que habla y obra sin respeto y con descaro.
No dudaría en llamar sinvergüenza al fiscal que aceptó la oferta del Presidente de salir libre de culpa y cargo después de la fiestita de cumpleaños en Olivos. Se llama Fernando Domínguez. Ahora el juez Mirabelli deberá decidir si convalida semejante sentencia.
¿Los 1.600.000 pesos que ofreció alcanzan para reparar la indignación, la bronca y la ira que provocó esa conducta a lo largo y a lo ancho del país? ¿Los 1.400.000 pesos que entregaría Fabiola Yañez alcanzan para mitigar el dolor de todos los que perdimos a un familiar enfermo de COVID y no lo pudimos despedir como Dios Manda?
Son sinvergüenzas porque nos amenazaron y nos retaron mientras ellos se daban la gran vida y se vacunaban antes que nadie. Son sinvergüenzas porque miden sus ofensas como si fueran travesuras y “el ataque” a su honor, en 100 millones de pesos. (Que es el reclamo del presidente a Patricia Bullrich porque considera que lo ha tratado de coimero)
Tenés que ser muy descarado, o muy sinvergüenza, o muy inmoral, para no hacerte cargo de la responsabilidad que te cabe por no haber permitido, por ejemplo, que Pablo Muse le diera el último adiós a su hija Solange. Hoy tuve con él una conversación en carne viva. Y su dolor hizo aflorar también el mío. El dolor que me vengo guardando desde hace más de un año por no haber despedido a mi mamá como Dios manda.
También sentí angustia y dolor, pero más que nada bronca, al comprobar, como otros sin vergüenzas -los panelistas de 6,7,8- , los mismos que le reclaman a Canal 7 cerca de 130 millones de pesos, se nos ríen en la cara. Porque ellos saben que esa plata es del Estado. Y porque no tienen los cojones de hacerle un juicio a Cristóbal López o Diego Gvirtz. O porque sus abogados les anticiparon el dato de que no lo cobrarían más. Claro: son letrados el mejor “enchufe” del mundo. A la mayoría los defiende Ariel Recalde, hermano de Mariano Recalde e hijo de Héctor Recalde, el que mueve la botonera de la justicia laboral.
Y ya que hablamos de sinvergüenzas, no quiero olvidarme de la sinvergüenza número uno: se llama Cristina Kirchner, y desde diciembre de 2019, vive obsesionada con su plan de impunidad: venganza. Y vive pendiente del cobro de sus dos jubilaciones de privilegio, y del reclamo del pago retroactivo, que a esta altura, debe estar pasando, como mínimo, los 200 millones de pesos.
Porque son ellos, y no los que laburamos de la noche a la mañana para tratar de informarte, los que te quieren envenenar. Los que te quieren distraer.