Hay un clima muy enrarecido en el Gobierno. Están los pocos optimistas incurables que sueñan con una “remontada épica” en la provincia de Buenos Aires. Y están los que hablan de un “estallido” del Frente de Todos en dos o varias partes, como consecuencia de una probable derrota inédita, con cifras de catástrofe. Es decir:
- Perdiendo por más de 10 puntos a manos de Juntos por el Cambio a lo largo y a lo ancho del país.
- Perdiendo, por primera vez, desde 1983, el quórum en el Senado, donde Cristina reina y gobierna, y hasta se da el lujo de preguntar a qué hora cierra Rapanuí.
- Con la posible pérdida de la mayoría simple en Diputados.
- Con victorias deslucidas o derrotas aplastantes en distritos donde el peronismo y Cristina solían ganar con el 60 o el 70 por ciento de los votos.
¿Y cómo se plasmaría el estallido del Frente de Todos? Con el divorcio definitivo entre los componentes de la fórmula presidencial contra natura: Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Con la posibilidad de que Cristina y los chicos grandes de la Cámpora, incluido Máximo “Peligro” Kirchner, pasen de ser gobierno directamente a la oposición, sin escalas, y empiecen a tirar piedras desde “la clandestinidad”. ¿Para qué? Para conservar el capital simbólico o para llegar, bien despegados, a las presidenciales de 2023. ¡Como si no fueran tan responsables del desastre como Alberto!
También se habla, dentro del Gobierno, de otra hipótesis más inquietante, una que contemplaría una eventual renuncia del Presidente. Renuncia que, a su vez, daría lugar a la asunción de Cristina Kirchner o el llamado a una asamblea legislativa para elegir un reemplazante, como sucedió después de la dimisión anticipada de Fernando De la Rúa, en diciembre de 2001.
Hasta aquí llega esta parte del análisis. “Se viene”, o su título más coloquial “se viene el estallido” como la canción de la Bersuit. La compusieron allá por 1997, el Pelado Cordera y el guitarrista Alberto Valenzuela, mientras la improvisaban, detrás al entonces vicepresidente de Carlos Menem, Carlos Ruckauf, quien se encontraba de visita y caminando por las calles de Mar del Plata. Es uno de los hits más usados en campaña. Lo usó la izquierda, el peronismo y ahora también lo usa Javier Milei, quien cerró la campaña ayer, en Parque Lezama, con un frenesí digno de mejores causas. Por las dudas, te recuerdo, que, en ese momento, cuando se estrenó la canción, todavía regía la convertibilidad, y un dólar valía un peso.
Ahora viajemos al presente. Detengámonos, por ejemplo, al 2 de mayo de 2018. Faltaban un par de semanas para que el actual presidente fuera ungido por el dedo de Cristina. Pero Alberto ya se divertía haciendo un llamado a los bomberos para que apagaran el incendio de un dólar a 21 pesos con 15 centavos. Había campañas contra el frío, para que los más pobres no durmieran a la intemperie y la Patria estaba en peligro, según nos informaban algunos artistas que ahora no dicen ni mu. Al mismo tiempo periodistas de los medios hegemónicos k, hablaban del dólar Macri, el dólar buitre, y te incendiaban al aire.
Ahora, los análisis con el dólar a 200 pesos, son más desalentadores todavía. Por ejemplo:
- Los jubilados de la mínima pasarán a cobrar, el mes que viene, poco más de 130 dólares.
- Al mismo tiempo, Cristina Kirchner, va a empezar a embolsar 12 mil dólares por mes, más un resarcimiento de 600 mil dólares, como producto de sus dos jubilaciones de privilegio.
- En las últimas horas, a José Francisco López, el de los bolsos con más de 9 millones de dólares de la corrupción, le fue otorgada la libertad ambulatoria, después de la presentación, como fianza, de una garantía de poco más de 70 mil dólares.
López llevaba cumplidos solo los dos tercios de la condena. Los 9 millones de dólares fueron recuperados por la Justicia. Más de 7 millones dólares ya han sido entregados a los hospitales Garrahan y Elizalde. Pero liberar al hombre que representa uno de los más grandes símbolos de la corrupción una semana antes de esta elección crucial ¿no te parece un enorme despropósito, una tomadura de pelo comparable a la de Cristina, cuando le dijo a Luis Novaresio como había reaccionado cuando se enteró lo de José López?
Y vos ¿ya hiciste el cálculo de cuando ganas en dólares? Te ayudo. Un matrimonio con dos hijos en edad escolar necesita 540 dólares para vivir. Es decir: casi 109 mil pesos. ¿Conocés a muchos que ganen más de 100 mil pesos o sos uno de los seguidores de la secta de los negadores, encabezada por la portavoz Gabriela Cerruti?
Sobre la posibilidad de que Alberto renuncie y Cristina asuma, mejor ni pensar porque no sabemos si pasaría el mínimo filtro de la aceptación social. ¿Pero quiénes, entre los que se encuentran dentro de la línea sucesoria, estarían en condiciones de hacerse cargo y ser tolerados?
Porque después de Cristina le correspondería al presidente previsional del Senado, Claudia Ledesma Abdala, esposa del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, e incondicional de Cristina, y en caso de no poder o no querer hacerlo, le tocaría al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Y luego, en el caso de que no pueda o se niegue, le correspondería al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti.
Ahora mirá la imagen negativa o el rechazo social que acumulan algunos de estos dirigentes, según la encuesta de la Universidad de San Andrés.
- Alberto Fernández: 72 por ciento de imagen negativa
- Cristina Fernández: 75 por ciento de negativa.
- Sergio Massa: 75 por ciento de imagen negativa.
¿Te parece que estarían en condiciones de agarrar el timón de este barco escorado?
Por eso, el llamado de Máximo Kirchner, en el último acto público en el que participó, parece más una amenaza que una posibilidad real. Pero estemos atentos.