Los remedios que necesita la ciudad de Buenos Aires
El autor, precandidato a jefe de gobierno por el sector de Patricia Bullrich, postula que la ciudad no progresa y pide terminar con “la dictadura de lo políticamente correcto”
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Para LA NACION
Hace un año recorro la Ciudad de los 3 millones de habitantes (que de día crece a 5 millones) con el sueño de curarla. Hablé con vecinos y comerciantes, y como todo doctor hice un diagnóstico de los problemas de la Ciudad: los “cortes”, las “calles rotas”, la “droga” en escuelas y boliches, los “impuestos” altos y la falta de “estacionamiento” constituyen las principales preocupaciones de los porteños.
Buenos Aires está en movimiento pero no progresa, por eso le receto estos remedios:
Para tener Seguridad hay que construir un “muro contra el delito”. Una barrera tecnológica que impida el ingreso de delincuentes. Hacer más eficiente el funcionamiento de las 11.000 cámaras existentes, para adelantarse, identificar a los ingresantes y detener las personas con antecedentes penales que solo vienen a delinquir.
Quiero sindicalizar y mejorar la retribución de los 18.000 policías y respetar sus decisiones: cuando detienen a delincuentes, felicitarlos en vez de sumariarlos. No quiero a la policía chateando en las esquinas con su celular; quiero que estén alertas, que investiguen, que identifiquen sospechosos y se adelanten al delito.
Hay que recuperar la voluntad de producir. Levantarse para ir a trabajar en lugar de quedarse en casa esperando un subsidio. Cambiar planes por trabajo, bajando impuestos y facilitando habilitaciones de comercios y empresas. A mayor cantidad de trabajadores registrados, menores serán los impuestos a pagar por cada trabajador.
Deben mejorarse las prácticas sindicales y empresariales. De nada sirve un sindicato fuerte con empresas cerradas, ni empresas millonarias con trabajadores esclavos. Corresponde articular las necesidades de empleadores y trabajadores, como hacemos en la CTE (Confederación de Trabajadores y Empleadores). Los “flacos” del sindicalismo modernizaremos los convenios laborales y simplificaremos la altas y bajas de registración.
Para dar trabajo hay que potenciar la educación primaria y secundaria, evitar la deserción e incrementar los egresados: sin tomas, con pasantías, doble escolaridad y cultura del deporte.
Tenemos que despiquetear, desbloquear y destomar la Ciudad, con orden, firmeza y ley. Las protestas y manifestaciones no pueden afectar la libre circulación ni el derecho de terceros.
Vamos a impulsar la longevidad y convertir a CABA en el “Club de los 120 años”. Al millón de jubilados porteños vamos a cuidarlo con un PAMI propio, pidiendo el traspaso de la infraestructura y los recursos de Nación a la Ciudad para atenderlos como se merecen, con nuestros propios centros de salud y los buenos profesionales que tenemos.
Implementaremos los “paseadores” de adultos, que dos veces por semana los llevarán a la plaza más cercana para ejercitarlos y recibir la vitamina del sol, y los “organizadores” de medicación para que sea tomada en los horarios correctos, sin superposiciones ni duplicidades que perjudican el efecto farmacéutico.
La atención primaria de salud comenzará los primeros años de vida, con controles preventivos y hábitos saludables para mantenerse vital. En lugar de curar a los enfermos, mantendremos sanos a los sanos. No queremos stents ni reemplazos de cadera; queremos estimular la actividad física continua, la dieta saludable y el fortalecimiento de los huesos para evitar fracturas.
Tenemos que combatir la droga encarcelando narcos y creando más centros de recuperación de adictos.
Hay que aplicar austeridad achicando el Estado y potenciando al privado. Menos ministerios para menos gasto público. Debemos reconvertir a los comuneros, asignar 4 Legisladores por Comuna y acercar la Legislatura al ciudadano ya que el 60% de la gente desconoce su función. Las calles y veredas hay que arreglarlas bien de una, en vez de volver a repararlas cada 6 meses. Arreglar bien es más barato.
La prioridad debe ser el porteño; en salud, en educación, en transporte público y en otorgamiento de créditos, por ejemplo. Debe ser prioridad que acceda a su casa propia, para lo cual pueden construirse más departamentos sobre edificios bajos y aumentar la oferta bajando el precio de venta o alquiler. Hay que cambiar villa por terreno propio, para que cada trabajador pueda construir su hogar. Debemos volver a la familia, con identidad sexual pero sin ideología de género, para terminar la guerra entre hombre y mujer.
Debemos defender la autonomía de la Ciudad, que logramos hace 28 años, para que nadie la ponga en duda. Basta de injerencia de la Nación. Las habilitaciones de comercios, clínicas, restaurantes, hoteles y demás deben hacerse exclusivamente en CABA. Terminemos con la doble exigencia de habilitar en Nación y Ciudad.
Se debe tener personalidad para llevar a la práctica todas estas ideas. Convicción, coraje y honestidad. Las próximas elecciones se ganan diciendo la verdad. Basta de la dictadura de lo políticamente correcto. La democracia no puede vivir sin la verdad y el populismo, sin la mentira.
Soy un Bullchetto (si vale el neologismo), transmito la fuerza de cambiar que tiene Patricia Bullrich y la batalla cultural contra el pobrismo de Miguel Pichetto.
En concreto:
- SÍ a la ciudad segura, NO al ingreso descontrolado de personas.
- SÍ a la manifestación y la protesta, NO al bloqueo y la patota.
- SÍ a la cultura del trabajo, NO a la cultura del pobrismo.
- SÍ a la CTE y los sindicalistas “flacos”, NO al viejo modelo sindical empresario.
- SÍ a la baja de impuestos, NO al gasto político y el Estado empresario.
- SÍ a la familia y la identidad sexual, NO a la ideología de género y a la castración de nuestros jóvenes.
- SÍ a la libertad de elegir, NO a la droga libre.
- SÍ a las ideas liberales, NO al fanatismo de vender órganos.
- SÍ a decir lo que pensamos, NO a la dictadura de lo políticamente correcto.
- SÍ a los halcones, NO a las palomas.
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El autor es precandidato a jefe de gobierno (JxC) y titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb)
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