Los números no mienten, o sí
Desde la antigüedad, grandes científicos y filósofos nos han revelado que la matemática es el lenguaje universal. Así, a través de los números, podemos comunicarnos entre diferentes naciones y culturas sin temor a equivocarnos, jamás.
El presidente Alberto Fernández, en el marco de la pandemia por el coronavirus, suele comparar cifras de contagios y muertes entre países, y, cuando lo hace, intenta demostrar como los argentinos estamos en mejores condiciones que la gran mayoría de los países del mundo. Nos ha comparado con Suecia afirmando que estábamos administrando mejor la cuarentena que dicho país, que no siguió los parámetros noruegos, similares a los argentinos. Algo similar intentó comunicarnos hace escasas semanas en relación al País Vasco en España, que para el presidente argentino se encontraba en una situación ostensiblemente peor que la nuestra y con una enorme saturación en su sistema de salud. Y con mayor orgullo suele destacar las cifras que demuestran lo aventajados que nos encontramos sanitariamente respecto de los contagios y muertes por coronavirus en Estados Unidos y Brasil, países que, para la gran mayoría de los ciudadanos del mundo, han manejado la pandemia con un descuido absolutamente irresponsable frente a un flagelo que atacó fuertemente a escala global.
Comunicar números intencionadamente direccionados y poner de relieve la irresponsabilidad frente a la pandemia de dos naciones como Estados Unidos y Brasil, no le da crédito al gobierno de Alberto Fernández para arrojar información que, además de asustarnos, no nos permite conocer la realidad tal cual es en lo que respecta al estado de la Argentina por enfermedades respiratorias año tras año.
La Argentina cuenta con un sistema de salud precario que no puede hacerle frente a una pandemia por coronavirus
Para ubicarnos en situación: según la Oficina del Censo en Estados Unidos, para enero de 2019, la cantidad de habitantes en Estados Unidos es de 329.256.480, en Brasil es de 208.846.896 y en la Argentina 44.694.200. Por su parte, según la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, EE.UU., al 5 de agosto de 2020, la cantidad de muertes contabilizadas por coronavirus en Estados Unidos alcanzó 156.557 fallecidos, en Brasil 95.819 y en la Argentina 4106. Si calculamos estadísticamente esas cifras podremos concluir que, hasta la fecha, a causa del coronavirus, Estados Unidos presenta 0,047% de personas fallecidas del total de su población, Brasil 0,046% y la Argentina 0,009%. Dicha estadística demuestra sin duda alguna que la Argentina sufrió hasta el momento un número mucho menor de muertes que el gigante del Norte y el gigante del Sur, que parecen haber subestimado lastimosamente la pandemia por coronavirus.
Sin embargo, si ponemos de relieve una cifra escalofriante en la Argentina, que por alguna razón no se da a conocer, pero que se encuentra al alcance de cualquier ciudadano que quiera chequearla en la Dirección de Estadísticas e información en Salud del Ministerio de Salud de la Nación la Argentina, para el año 2018 (último año que se sistematizó la cantidad de fallecidos desagregada por enfermedades, y que manifiesta una constancia anual) la cantidad de muertes a causa de enfermedades del sistema respiratorio en nuestro país alcanzó los 61.668 personas.
De tal modo, si calculamos nuevamente la cantidad de muertes en relación a la cantidad total de población argentina, pero esta vez considerando como variable dependiente las muertes por enfermedades del sistema respiratorio que ocurren anualmente, las muertes por dichas enfermedades representan 0,14% de personas fallecidas del total de la población.
Vale decir, aunque Estados Unidos y Brasil, en su batalla contra el coronavirus se hayan manejado de un modo considerado irresponsable para la gran mayoría de los ciudadanos del mundo, si por un momento nos concentramos en números concretos y registrados sobre la cantidad de personas que muere anualmente en Argentina por dolencias del sistema respiratorio, la cifra en nuestro país es descomunal, y estadísticamente, supera la de fallecimientos por coronavirus tanto en Estados Unidos como en Brasil, hasta el día de la fecha.
El coronavirus se transformó en un flagelo que alteró tristemente la vida de prácticamente todas las naciones del mundo, y si bien -y es de público conocimiento- la Organización Mundial de la Salud ha brindado información que se ha contradicho numerosas veces, respecto a diagnósticos y modos de enfrentar dicha enfermedad, no cabe duda de que nos encontramos frente a un virus que representa un alto nivel de contagio y que por tal motivo puede colapsar fácilmente los sistemas sanitarios de los diferentes países del mundo.
Sin embargo, no destacar que en la Argentina las enfermedades del sistema respiratorio arrojan un número muy significativo de muertes (que superan los 60.000 fallecimientos anuales) y no destacar que el sistema de salud argentino (público y privado) se satura todos los inviernos año tras año, es omitir contar parte de la realidad que pareciera que no debe conocerse.
La Argentina cuenta con un sistema de salud precario que no puede hacerle frente a una pandemia por coronavirus, y que nunca pudo hacerles frente a las tradicionales enfermedades del sistema respiratorio si vivimos nuestras vidas sin permanecer encerrados.
Si el presidente Alberto Fernández quiere hablar de números y comparar puede ayudarnos enormemente a comprender el estado de situación bajo el cual nos encontramos, pero para hacerlo correcta y honestamente, debe mostrar todos y cada uno de ellos, y no omitir para la ocasión.
Politóloga y Profesora (UBA)