Los milagros del pastor Milei
Para algunos, Milei se convirtió en un Uber de la política que rompió con oscuros aparatos; para otros, estaría repitiendo la fórmula que han venido aplicando con éxito ciertos grupos evangélicos
- 5 minutos de lectura'
La sociedad argentina asiste en estas horas a un hecho que podría calificarse de milagroso en función de su prolongada historia de populismo. Por primera vez un Presidente ha anunciado una profundización del ajuste de cara a un año electoral. No menos novedoso es que la ciudadanía mayoritariamente lo apoye.
Entre distintos analistas de opinión pública, hay coincidencia en que Javier Milei llegó a su primer año al frente del Gobierno en su punto más alto, tanto en términos de imagen personal como del nivel de aprobación de su gestión. Logró incluso sobreponerse a una caída, sufrida entre agosto y septiembre, que coincidió con el rechazo general al veto a la ley que procuraba mejorar los haberes jubilatorios y a la norma que elevaba el presupuesto universitario.
Los niveles de aprobación de la gestión de Milei –57% para Aresco y 56% para Poliarquía– se registran en forma paralela a la fuerte desaceleración de la inflación, que pasó del 25,5% mensual en diciembre de 2023 al 2,4% en noviembre último. Contrastan, no obstante, con la caída que experimentaron la actividad económica y el consumo a lo largo de 2024, si bien la tendencia descendente se ha morigerado en la segunda mitad del año.
La explicación de este fenómeno guarda relación con dos factores. El primero reside en que las dificultades económicas que aún padece la Argentina son atribuidas por la mayoría de la población al último gobierno kirchnerista. El segundo factor se relaciona con un nivel de expectativas en la gente que no se advirtió antes y en el que están ancladas las principales razones del apoyo a Milei.
Es probable que todavía sean más las personas que miran con optimismo el futuro que aquellas que observan con satisfacción el presente, aunque esa ecuación podría haber comenzado a revertirse recientemente.
Según el consultor Federico Aurelio, director de Aresco, dentro del 57% que hoy aprueba la gestión gubernamental de Milei, la mitad revela que tiene un mejor poder adquisitivo que antes y que el ajuste no la ha afectado mayormente. Es la porción de la ciudadanía que apoya en forma convencida al Gobierno. La otra mitad de ese 57% no parece estar tan convencida y admite que el ajuste la está afectando en su bolsillo; sin embargo, respalda al Gobierno, persuadida de que el esfuerzo vale la pena.
En los primeros meses de la gestión presidencial de Milei, de acuerdo con el citado analista, tres cuartas partes del apoyo social se explicaban por las expectativas favorables y por la esperanza. Hoy, en cambio, solo la mitad de ese respaldo se explicaría por las meras expectativas, en tanto que la mitad restante se muestra convencida de que el Gobierno estaría logrando resultados concretos.
El mayor logro de la administración Milei se relaciona con una percepción social sobre la recuperación del orden, tanto en la economía como en la calle. Y en este último terreno, su éxito se asocia con la virtual eliminación de los intermediarios de planes sociales, también llamados gerenciadores de la pobreza, y con la reducción de los piquetes.
Para algunos, Milei se convirtió en una suerte de hacker del sistema. Algo así como un Uber de la política que rompió con oscuros aparatos para llegar directamente a la gente. Y, al menos por ahora, sigue explotando exitosamente esa condición de “outsider”, aun cuando en los últimos días haya habido no pocas muestras de que el oficialismo continúa manteniendo lazos con parte de la casta.
Es cierto que todavía vemos una sociedad que mayoritariamente está aguantando antes que disfrutando y probablemente falte bastante tiempo para que una porción más grande de la población perciba que está mejorando su metro cuadrado. Sin embargo, estudiosos de la opinión pública como Lucas Romero advierten que Milei estaría repitiendo la fórmula que han venido aplicando con éxito algunos grupos evangélicos en su tarea de reclutar feligreses.
La teología de la prosperidad es una corriente religiosa según la cual la fe, las donaciones y el discurso positivo son el camino para alcanzar bienestar material y físico. Se basa en la idea de que la Biblia es un contrato entre Dios y los seres humanos, y que si se tiene fe en Dios, él dará seguridad y prosperidad. Milei, según Romero, cumple en cierto modo el rol de esos pastores que prometen ordenarles la vida a sus fieles a cambio de un sacrificio frente al ajuste. Para que la gente siga creyendo en el mensaje del pastor y aportando su diezmo, tiene que percibir que la prosperidad está llegando.
En la vereda de enfrente, hasta no hace mucho Cristina Kirchner daba clases magistrales intentando explicar que el déficit fiscal no era un problema y nos brindaba ejemplos sobre lo bien que les iba a algunos países que tenían cuentas fiscales deficitarias. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, explora una vía parecida, sugiriendo que la provincia podría comprar Aerolíneas Argentinas a fin de evitar su privatización o su liquidación. La propuesta de Kicillof provocó entre sus críticos una lluvia de memes en redes sociales. Uno de los más llamativos señalaba que el mandatario provincial estaría evaluando comprar la escudería Williams para que Franco Colapinto pueda ser un piloto de Fórmula 1 estatal, nacional y popular.