Cuando los Kennedy se tomaron unas vacaciones en la Argentina
Hoy se cumplen 80 años de la visita que realizara a la Argentina un joven estadounidense que tendría tiempo después un destino signado por la gloria y la tragedia: John F. Kennedy.
Mucho se ha escrito sobre su gobierno y su asesinato en Dallas, pero bastante menos sobre la coincidencia de que los tres hermanos Kennedy que se dedicaron a la política viajaron en algún momento a nuestro país, en épocas y circunstancias muy diferentes y separados por cuatro décadas entre uno y otro. Y no solo ellos lo hicieron: también la viuda de JFK, Jacqueline Bouvier.
En 1941, John Kennedy tenía 23 años y había terminado sus estudios de derecho en Harvard. Decidió entonces tomarse unos meses sabáticos. Viajó a primero a Rìo de Janeiro, luego a Montevideo y a Buenos Aires, donde lo esperaba la familia Cárcano, a la que ya conocía por la labor de su padre, Joe Kennedy, como embajador en Inglaterra.
Joe y Miguel Ángel Cárcano, embajador argentino en París, habían sido designados en 1939 para representar a sus respectivos países en las ceremonias de asunción del papa Pío XII, en Roma. En una de esas ceremonias, realizada en el palacio Colonna, JFK y Stella, hija de Cárcano, bailaron juntos. El futuro presidente norteamericano quedó muy impresionado, pero Baby (como la llamaban a Stella) no tanto. Dos años más tarde, ambos volverían a encontrarse en Córdoba.
Kennedy se alojó en la estancia San Miguel de los Cárcano, en Ascochinga, Córdoba, entre el 26 de mayo y el 10 de junio de 1941. Allí, además de comer asados, cabalgar, salir de noche con Michael (hermano de Stella y del cual ya era muy amigo) e ir a misa, JFK festejó su cumpleaños número 24. “Era un pícaro. no se abatataba, era muy perseverante”, dijo alguna vez Stella sobre la insistencia del joven norteamericano en salir con ella.
Tras su partida (viajaría luego a Chile y Perú) mantendría una cariñosa relación epistolar con Baby, que se prolongaría por varios años.
Stella se casó en 1946 con William Ward, conde de Dudley, con quien tuvo tres hijos: William y las mellizas Rosemary (Rose) y Anne Marie, pero el matrimonio se disolvió en 1961.
Baby murió en diciembre de 2017, a los 102 años.
En noviembre de 1965 fue el turno de Robert Kennedy. Ya senador por Nueva York, llegó a la Argentina procedente de Chile acompañado por su esposa Ethel Skakel, como parte de una gira latinoamericana que lo llevaría luego a Brasil. Su actividad fue intensa: en Mendoza recorrió el flamante barrio Kennedy, un conjunto de 64 viviendas ubicado al nordeste de la 6º Sección, cerca del límite con Las Heras. También visitó la Universidad Nacional de Cuyo, la Casa de Gobierno (donde fue recibido por el entonces gobernador, Francisco Gabrielli), la Escuela de Comercio Martín Zapata, el Golf Club y el Cerro de la Gloria, en el que rindió homenaje al Libertador San Martín. En Buenos Aires visitó el Senado, dio una conferencia de prensa en el Plaza Hotel, tuvo un encuentro con jóvenes en el Teatro Municipal San Martín, fue al Canal 9 para grabar una entrevista y fue recibido por el presidente Illia en la Casa de Gobierno. En 1968, Robert Kennedy también caería bajo las balas de un asesino, en Los Angeles.
En 1966, tres años después de la tragedia de Dallas, Jacqueline Kennedy arribó a la Argentina siguiendo la huella dejada por su marido un cuarto de siglo antes, alojándose en la estancia San Miguel de Ascochinga junto con sus hijos Caroline y John John, por entonces de 8 y 5 años. El impacto de la fugaz pero intensa felicidad que experimentó Jackie en Córdoba quedó reflejada en una emotiva carta escrita a los Cárcano durante su vuelo de regreso a Nueva York.
Dos décadas después, en enero de 1985, Edward, el menor del clan Kennedy llegó a La Rioja invitado por entonces gobernador Carlos Saúl Menem. Un calor agobiante rodeó la visita. En la plaza 25 de Mayo el senador norteamericano habló brevemente, poniendo el foco en la recién recuperada democracia en nuestro país y en las relaciones entre EE.UU. y la Argentina. Por la noche, en la residencia de su anfitrión, trazó un paralelo entre los orígenes inmigrantes de las familias Kennedy y Menem y brindó, mirando al gobernador: “por el futuro presidente de la República Argentina”. Al día siguiente siguió viaje a Chile. El menor de los Kennedy falleció en 2009 de cáncer cerebral en su casa de Hyannis Port.
Fue el último eslabón de una cadena de visitas que, con dos décadas de diferencia entre cada una, unió a los tres hermanos con la Argentina.