Los dilemas que plantea el dinero
William Shakespeare habla del dinero, de su poder, en la comedia El Timón de Atenas: "¿Oro? ¿Oro precioso, rojo y fascinante? Con él se torna blanco el negro y el feo, hermoso: Virtuoso el malvado; el anciano, mancebo. Valeroso el cobarde y noble el ruin…" ¿Es posible que sea el dinero el que tenga la capacidad de transformarnos o simplemente expresa lo que ya somos? Marx quería mostrar que el dinero, al tener ese poder de transformar los rasgos negativos humanos en cualidades, lo que hacía, en realidad, era despojarlos de lo que son, quitarles algo que les es propio, que les pertenece de manera natural.
El gran actor Carlos Belloso señala: "El teatro ha sido y es un lugar de reflexión y al mismo tiempo de entretenimiento; cuando pensás que todo está dicho y que se ha hecho todo aparece algo nuevo". El test, la obra dirigida por Daniel Veronese en el Multiteatro, representada por Belloso, Jorge Suárez, Viviana Saccone y María Subirí, con el ritmo de los que saben hacer comedia, plantea una situación dilemática y es el dinero el que mueve las fichas del juego. La vida es el juego, el amor entra en juego, el pasado aparece, los intereses ocultos se develan y las viejas facturas se intentan cobrar.
¿Qué hace el dinero con el hombre? ¿Cómo se para el hombre frente a su poder?
El dinero es el foco, y la postura de cada uno frente a él; pero siempre se habla de otras cosas cuando empieza a girar (como la bola de la ruleta): de la falta de autoestima, de la incapacidad, de los que siempre buscan el atajo, de los que no lo tienen como meta. La expresión de lo que cada uno será capaz de hacer por plata, aun si eso significara una contradicción en su sistema de valores. El dinero muestra quiénes somos.
Antonio (Carlos Belloso) plantea un desafío a una pareja de amigos. Ella (Viviana Saccone) y él (Jorge Suarez) están pasando un momento económico difícil y el financista (interpretado por Belloso), que no tiene problemas de dinero, les ofrece elegir entre 100 mil dólares ya o 1 millón dentro de 10 años. El desencadenante de la obra desbarata todo, las máscaras se caen, todo sale a la luz. Mágicamente se devela la personalidad de cada quien. Y aparece la obsesión por el deseo propio y las ideologías, una más cerca del liberalismo, otra nacionalista. A cualquiera de las dos las atraviesa la ética y esas ideologías se diluyen y se abren nuevas grietas.
Los disfraces que nos ponemos se desvanecen cuando aparece el dinero. ¿Es imposible ser totalmente auténtico, transparente, genuino? El espectador puede ver los hilos, reírse a carcajadas y, al mismo tiempo, reflexionar. Queda abierta una hendidura donde el amor, para un lado o para otro, puede cambiar el destino y convertir la pasta en la nada misma, una sustancia incapaz de lograr que cualquiera sea feliz.