Los CEOs y la sostenibilidad: de “bien de lujo” a prioridad del negocio
El cambio de mentalidad flota en el aire y se trasluce en cada una de las charlas habituales que mantengo con CEOs de empresas de todos los tamaños y de cualquier industria: a diferencia de lo que ocurrió hasta hace apenas dos años, hoy la sostenibilidad ya no está vista como un “bien de lujo” para la organización. No es un adorno para exhibir ni una bandera para establecer estrategias de marketing a partir de ella. Hoy es una verdadera prioridad para el negocio.
La segunda edición del estudio La sostenibilidad en la agenda del liderazgo latinoamericano trajo sorpresas positivas: el número de empresas que dice contar ya con una estrategia de sostenibilidad creció de 46% en 2021 a 69% en 2022. La mirada se vuelve más profunda cuando ponemos la lupa sobre los CEOs argentinos: casi la mitad de los líderes de las empresas que trabajan en el país asegura haber sumado más pilares relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) en su empresa a lo largo del año pasado y nada menos que 41% afirmó haber mantenido el foco y el avance de su estrategia de sostenibilidad en 2021, muy por encima del promedio regional.
A diferencia de lo que ocurría años atrás, los ejecutivos ya ven el vínculo y el impacto de la sostenibilidad en los negocios. De hecho, más de la mitad confirma tener en su mano los resultados de negocio producto de sus estrategias de sostenibilidad, mientras que un 17% considera que aparecerán a lo largo de este año y el resto considera que se trata de una cuestión de más largo plazo, que podría demandar entre dos y cuatro años para mostrar sus frutos. La clave de esto parece estar en que una amplísima mayoría (más de 80%) ya utiliza o piensa emplear nuevas tecnologías para gestionar y medir sus actividades de sostenibilidad.
Pero lo más importante para que todo esto suceda es que se ha dado un quiebre cultural, un punto de inflexión. En ese sentido, tanto en América Latina en general como en la Argentina en particular aparece un dato altamente auspicioso: cuando se consulta a los máximos líderes de estas compañías cuáles son las principales fuerzas que motivan a avanzar con la estrategia sostenible, muy pocos hablan de las presiones regulatorias. Es decir, no los mueve la obligación, sino la voluntad. En ese sentido, el primer puesto se lo lleva un tema autorreferencial al que no escapan los líderes empresariales: el compromiso del CEO con que eso suceda. Y el segundo puesto lo comparten dos aseveraciones que nos dejan un fuerte sabor a optimismo respecto de lo que puede suceder en el futuro inmediato: una, para cuidar la reputación de la organización, una respuesta que se reproduce con algunas diferencias en los porcentajes en todas las geografías del mundo donde se hicieron estudios similares; la otra, la que hace la verdadera diferencia, es la que dice “porque es parte de nuestro propósito”.
Esto último representa un salto cualitativo en la manera de pensar las organizaciones a futuro, de diseñarlas con un ADN sostenible, de construir equipos de trabajo y cadenas de valor que pongan la responsabilidad en lo más alto de las prioridades y de los desafíos. Para ello también es clave estructurar las operaciones, los modelos de negocios y las experiencias de los clientes, no solo pensando en la rentabilidad y en cuidar la supervivencia de la propia organización, sino con el foco puesto en garantizar un planeta con una mejor calidad de vida para las próximas generaciones.
Presidente de Región Sur de América Latina de SAP