Ley de humedales: hay que proteger lo que nos protege
Es tiempo de una ley de humedales. La necesitamos ahora. Así lo entienden las más de 500.000 personas que adhirieron a una petición online en reclamo de una “ley de humedales ya”, que en este momento se dirige a alcanzar el millón de firmas. En 2020 la Argentina perdió miles y miles de hectáreas de estos valiosísimos ecosistemas a manos del fuego. Por eso necesitamos, como nunca antes, que 2021 sea el año del reverdecimiento, el año en que decidamos cuidar lo esencial.
Los humedales nos protegen y nos permiten conectar con la naturaleza. Tienen un enorme valor no solo biológico, sino también social, cultural y económico (son, de hecho, de los ecosistemas más productivos en la Tierra). Sin embargo, se pierden y degradan cada día porque, aunque cueste creerlo, muchas veces son percibidos como tierras de descarte. Nada más lejos de la realidad.
La pandemia de Covid-19 deja muy en claro que cuanto más alteramos el ambiente, más peligro corremos. Sin embargo, reportes oficiales indican que en los últimos 300 años desapareció un 87% de la superficie de humedales conocida a nivel mundial, y entre los principales impulsores de esta pérdida se encuentran la agricultura y la ganadería industrial, la minería y otras industrias extractivas, la urbanización, las especies exóticas invasoras, el cambio climático y el desecho de residuos mal tratados o sin tratar.
La Argentina tiene todavía gran diversidad y riqueza de humedales en cerca del 21% de su superficie total, pero no escapa al retroceso que se da a nivel global. La ausencia de una ley de humedales permite el avance de los capitales especulativos vinculados con los sectores más concentrados de la agroindustria, la minería y el mercado inmobiliario, solo enfocados en la obtención de renta y sin el menor respeto por el ambiente o los derechos humanos. Necesitamos una ley de humedales contra todo eso. Una ley que sea de y para la gente. Porque somos humedales.
Mañana, 2 de febrero, es su Día Mundial. Una efeméride hasta ahora poco difundida con la que la Convención Internacional sobre Humedales –de la cual la Argentina es Estado miembro– pone de relieve la importancia de estos ecosistemas, este año con foco en su rol fundamental como proveedores de agua dulce. La fecha es también, a nivel local, una nueva excusa para subrayar la urgencia de una normativa que proteja nuestros humedales en todo el territorio nacional, un reclamo ya histórico de organizaciones, grupos y movimientos de la sociedad civil, así como de comunidades enteras.
Celebramos que en 2020 la discusión se haya al menos instalado en el Congreso nacional. En noviembre último, la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano aprobó con dictamen de mayoría un texto unificado de ley de presupuestos mínimos de protección ambiental para el uso racional y sostenible de los humedales, que es resultado del trabajo no solo de diputados y diputadas, sino de las y los mayores especialistas en humedales del sector científico y académico, así como de organizaciones de la sociedad civil (grandes, medianas y de base) en diversas partes del país.
Este texto unificado trae, además, el andamiaje institucional, las definiciones y las herramientas necesarias para atender de manera efectiva la emergencia que atraviesan estos ecosistemas. Pero aún nos queda un buen trecho por recorrer. El dictamen de mayoría debe ser aprobado por otras tres comisiones en Diputados, para así ser votado en el recinto a la mayor brevedad posible y pasar, luego, a consideración del Senado, donde en 2013 y 2016 una ley de humedales tuvo media sanción, pero quedó posteriormente trabada en la Cámara baja. La historia no puede repetirse.
Necesitamos un Congreso de la Nación que demuestre estar a la altura de las circunstancias y que reconozca todo el extraordinario trabajo y apoyo colectivo que conlleva este texto unificado. Es deber de quienes son representantes del pueblo garantizar la protección del derecho humano a un ambiente sano, legislando en resguardo de la enorme riqueza y diversidad de los humedales de la Argentina y de las personas que viven en y de ellos.
Por la naturaleza, por el bien común y especialmente por los sectores más vulnerados de la sociedad, para las generaciones presentes y futuras, ¡ley de humedales ya!
Directora ejecutiva adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN)