León, topo, Terminator: Javi va por todo
Vivimos días deprimentes, la preocupación crece, el termómetro social estalla. Horrible esto de estar todos engripados, ¿no? Un bajón. En qué momento, además; esperábamos a las fuerzas del más allá y nos cae esta plaga de fiebres, anginas, toses, resfríos, dengue y hasta Covid, otra vez. En el chat de mi familia llamé a cuidarse, a que se quedaran calentitos en sus casas e hicieran home office. “OK, papá –me contestaron–. A fin de mes vos nos pagás las facturas de luz y gas”. Uno les escribe con corazón de padre y te contestan con las tarifas de Milei. No entiendo tanto escándalo por aumentos del 150%.
Estoy a punto de salir de ese chat. Me entretengo mucho más con otro, “periodistas ensobrados”, en el que colegas de todo el país suben merca interesantísima. Es cierto: a veces aparecen rumores de veracidad altamente dudosa, como el que sostiene que no pocos en la Casa Rosada se preguntan si en el conflicto entre Sandra Pettovello y Pablo de la Torre por el reparto de alimentos el tiro no habrá salido para el lado contrario; y que incluso algunos funcionarios están pidiendo que esa jugada sea revisada por el VAR. Yo jamás me detengo en el chismerío inconsistente; voy a los materiales que hacen la diferencia. Por ejemplo, el miércoles leí ahí, antes de que tronara en los medios, la entrevista completa que dio el Presi en Estados Unidos a Bari Weiss, del sitio The Free Press. Tuteándolo, Bari le tira la lengua. “¿Te gusta ser el zorrillo en la fiesta en el jardín?” Una diablilla. Milei, tentado al juego anarco, le confía que en realidad se siente un “topo” infiltrado en el Estado. “Yo soy el que destruye el Estado desde adentro”. Wow, flor de prefacio de lo que vivimos esta semana. Javi, titán, vas muy bien.
Para semejante faena, “Terminator”, como también se caracterizó en esa entrevista, cuenta con el inesperado respaldo de la maldita casta. Diputados le dio media sanción a una nueva fórmula de ajuste de las jubilaciones. ¿Costo fiscal? Medio punto del PBI. Lo que el Gobierno ahorra, la casta se lo patina, claro que con el noble objetivo de que nuestros queridos viejis, depredados por Alberto y Cristina, y ahora por Toto Caputo, puedan llegar a mitad de mes. Duda filosófica: si se trata de destruir el Estado, ¿hay que sanear sus cajas o saquearlas? ¿Quién está ayudando más, Milei o el Congreso? Me suele pasar: puedo hacer preguntas perspicaces, pero nunca contestarlas.
Otra duda, cero filosófica: en caso de que el Senado, como todo indica, convierta en ley la nueva fórmula, hay que ver si a Javi le conviene vetarla, tal cual prometió al grito de “¡degenerados fiscales!”, o dejarla correr. Porque está el riesgo cierto de que el veto sea barrido por los dos tercios de ambas cámaras, y entonces el León sufrirá una humillante derrota política, además de la económica. Todo eso, mientras la Ley Bases y la reforma fiscal siguen trabadas. Mi consejo: Javi, no vayas por el veto, sino por el voto de los viejis: subite a la ley; hacela tuya. Podrás ahorrar por otro lado. Menos viajes a Silicon Valley, menos fiestas en el Luna Park, menos gente en el ministerio de Pettovello: que duplique o triplique el número de los funcionarios que echa cada semana. Cuando se quede sin capital humano, ya no habrá ni inútiles ni corruptos. Ahí, ¡eureka!, que Petto vuelva a ser productora de radio.
Juro que no tengo nada contra Sandrita, implacable sabueso que tan bien está cumpliendo su parte en la destrucción del Estado. Jugada maestra del gran libertario: reunís bajo el mismo techo las viejas carteras de Desarrollo Social, Trabajo, Educación, Cultura y Mujeres, Géneros y Diversidad, ponés al frente a una joven periodista sin competencia alguna en esas áreas, y te sentás a esperar. ¿Cuánto puede tardar el Topo Pettovello en ser la zorrilla del jardín?
Avispada, sagaz, Petto convocó para poner orden y perseguir a los infieles a la abogada Leila Gianni, trending topic el martes por haber estado a punto de boxearse con Grabois en los tribunales de Comodoro Py. Leila perdió el pleito judicial con Grabois por las seis mil toneladas de alimentos que se estaban pudriendo en dos depósitos del ministerio, pero saltó a la fama. Ahora la conocemos bien. Rabiosa militante cristinista y massista hasta la segunda vuelta, con exaltados posteos en sus redes, el 10 de diciembre se convirtió a la fe libertaria. Pancho Olivera rescató en Odisea, el lunes, deliciosas declaraciones de Leila en una entrevista de hace dos semanas. Le preguntan primero por Massita y responde: “Me da asco”. Después, por Cristina: “Mentirosa. Opresora del pueblo argentino”. A la escandalosa audiencia en Tribunales se presentó con un cap con la inscripción “Las fuerzas del cielo” y un león en su remera. Así se plotea también para luchar contra los infieles.
No sé si atentos o ajenos a estas evoluciones, los mercados atraviesan horas de inquietud. Cálmense, porfa, no agiten el avispero. A la vuelta de la esquina puede estar esperándolos Terminator.ß