Lecciones para hacer política con las PASO
Cómo es el impacto de las primarias: reducen la oferta electoral, dan información para la elección general, dirimen disputas
En la Argentina nos gusta vivir de elección en elección. A diferencia de la gran mayoría de nuestros vecinos en el Cono Sur, votamos seguido. Los presidentes renuevan sus mandatos cada cuatro, al igual que los diputados nacionales, y los senadores lo hacen cada seis. El esquema parcial de renovación de ambas cámaras en el Congreso Nacional nos lleva un domingo de octubre cada dos años. Además, el armado de las listas de candidatos que van a disputar todos esos lugares, bancas y cargos se lleva gran parte de la discusión política. Al menos, desde 2011.
Desde entonces rige un sistema único a nivel mundial para elegir candidatos: las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para todos los cargos nacionales (algunas provincias han imitado el sistema para sus cargos provinciales), cuyas listas para su edición de este año, en agosto, cerraron ayer.
Por primaria se entiende una instancia previa a la elección general: hay un momento en donde los ciudadanos eligen quiénes van a competir por los cargos y quiénes tienen que esperar (o buscar otro lugar). ¿Qué ciudadanos? Como son abiertas, todos los electores habilitados para sufragar en una elección pueden votar en las primarias, independientemente de si son o no militantes de algún partido político específico. Este proceso es simultáneo para todos los actores políticos: en un mismo día todos coinciden en la definición de sus candidatos. Y es obligatorio tanto para los partidos o coaliciones que quieren competir en la elección general (quien no va a la primaria no puede competir después) como para los ciudadanos (votar es un derecho y una obligación).
A pesar de que la cantidad de información disponible para indagar, conjeturar, describir y explicar aumentó con esta nueva instancia electoral, aún no podemos llegar a ningún análisis concluyente sobre el impacto que tienen las PASO sobre la competencia electoral en la Argentina. Sí se pueden hacer algunos análisis tentativos y provisorios.
En primer lugar, las PASO tienen un impacto importante en la oferta electoral: la cantidad de listas totales que se presentan en el cuarto oscuro para que el ciudadano elija disminuye. Según datos aportados por Paula Clerici, la cantidad de listas en elecciones legislativas decreció: 231 (2001), 284 (2005), 272 (2009), 256 (PASO 2013) y 140 (2013).
También se reduce la oferta de partidos relevantes (según la cantidad de votos que obtienen en una elección). Decimos que mientras más alto es ese número, más fragmentada es una elección. Tomando en cuenta los mismos años, el número efectivo baja levemente:3,8 (año 2001, con un mínimo de 2,03 y un máximo de 10), 3,7 (2005, mínimo 1,7, máximo 10), 3,4 (2009, mínimo 1,9, máximo 6,3), 3,5 (PASO 2013, mínimo 1,8, máximo 7,4) y 3,27 (2013, 1,62, máximo 6,22).
Esta reducción de la cantidad de opciones reales y relevantes que tiene cada ciudadano en la elección general se produce por dos razones. Primero, porque la ley de las PASO elimina de la competencia a toda boleta que no supere el 1,5% de los votos válidos totales emitidos. Segundo, porque los partidos políticos han recurrido a esta herramienta para construir coaliciones electorales, definir reglas de convivencia y dirimir los espacios entre los actores que las integran.
De una elección a otra
En segundo lugar, las PASO no excluyen la transferencia de votos que pueden pasar de un candidato, coalición o partido hacia otros en la elección general. En otras palabras, los votos de un candidato que pierde la elección interna no siempre se quedan en ese mismo partido. Aún no existen certezas sobre cuáles son los factores que impactan en eso, pero sí hay algunos indicios de que ocurre, como mostraron los trabajos de Ernesto Calvo y Julia Pomares para Cippeccon la ronda electoral para jefe de gobierno en la Ciudad de Buenos Aires y a nivel nacional para presidente.
De la misma manera, con Lara Goyburu, Paula Clerici y el Grupo de Investigación sobre "Coaliciones Políticas en América Latina" (UBA) observamos la transferencia de votos entre PASO y elección general a nivel municipal en la provincia de Buenos Aires. En un trabajo previo comprobamos que mientras más peleada es la elección de candidatos a intendentes municipales bonaerenses en las PASO en un partido, menos chances tiene el candidato a intendente de ganar la elección general. Ahora estamos observando de dónde a dónde se transfieren esos votos.
Por último, esta elección (como en 2013) no es una sola: son 24 PASO y 24 elecciones legislativas. Por esa razón, resulta difícil sacar una lectura única y aplicable a todo el país. Sin embargo, tomando ejemplos de 2013, sabemos que las primarias operan de dos maneras.
Por un lado, si hay una única candidatura acordada, aportan información certera a la coalición o partido político de cuántos votos pueden obtener en la elección general, más precisa que una encuesta. Esta información puede ser útil para (re)calcular estrategias, fortalecer la campaña en zonas específicas y ampliar apoyos informales con otros actores políticos que queden relegados. Es clave para una elección legislativa peleada, como ocurrió con Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires o Julio Martínez en La Rioja.
Por otro lado, también dirimen una disputa interna entre líneas dentro de una coalición o partido, y consolidan un único candidato para la elección ejecutiva dos años después Al menos, eso intentan, como ocurrió con Martín Lousteau en la Ciudad de Buenos Aires, con Oscar Aguad y Juan Schiaretti en Córdoba, o con Eduardo Costa en Santa Cruz.
Este año se eligen diputados y senadores nacionales. Hacia atrás, solo tenemos la elección de 2013 como un escenario similar para comparar. En Ciencia Política dos casos no alcanzan para la conclusión definitiva, pero sí para esbozar análisis, desde hoy y por varios domingos más.
El autor es politólogo, magíster (Unsam), docente e investigador (UBA)