Lealtad pretoriana
Las palabras, ya se sabe, dicen algo, una intención de quien las pronuncia. Lo sepa o no, el inconsciente habla. “Guardia pretoriana” se usa para referirse a grupos armados fuertemente entrenados que custodian a algún político o dirigente de algún sector. Su origen, como sucede tantas veces, está en el Imperio Romano. Era el cuerpo de soldados que, con un alto nivel de entrenamiento y capacidad de combate, custodiaba al emperador y a su familia dentro y fuera de Roma. Integrar esa guardia no era solo una cuestión de honor. También tenía un interés material: la paga de esos soldados superaba en más de tres veces la de un legionario (el ejército de la época). Y los premios que recibían en ocasiones especiales (el ascenso del emperador al poder, el éxito de una campaña o alguna celebración) también eran más altos. Al retirarse, recibían tierras libres del pago de impuestos o una cantidad de dinero.
Pese a tales prebendas, la fidelidad de los pretorianos al emperador nunca estaba del todo garantizada. Son varios los casos de gobernantes que terminaron asesinados por estos guardaespaldas, quienes además llegaban a imponer al sucesor.
Tal vez Javier Milei debería mirar con atención las pretensiones de las huestes del llamado Gordo Dan.