Las neurociencias cognitivas en la Argentina
Hace solo algunos años, la palabra "neurociencias" era desconocida para la mayoría de los argentinos. Hoy, por el contrario, es un término de uso corriente en librerías, novedades bibliográficas, noticias destacadas en los medios de comunicación, suplementos culturales y económicos y conferencias masivas en nuestro país.
Desde hace algunas décadas en el mundo, los alcances que el estudio del cerebro ha ofrecido para el tratamiento de enfermedades neurológicas y psiquiátricas y también para el conocimiento general del ser humano son enormes. Hoy sabemos cómo manejar ciertas enfermedades que se consideraban inabordables, explicar las bases cerebrales de condiciones neurológicas y neuropsiquiátricas y rehabilitar personas con lesiones cerebrales proponiéndoles una mejor calidad de vida; así también las neurociencias cognitivas han realizado aportes considerables para el reconocimiento de las intenciones de los demás y de los distintos componentes de la empatía, de las áreas críticas del lenguaje, de los mecanismos cerebrales de la emoción y de los circuitos neurales involucrados en ver e interpretar el mundo que nos rodea.
Estos alcances no han quedado relegados a los consultorios médicos, sino que se han expandido a diversas ramas de la ciencia y la sociedad: se habla de neuroprotección, del cerebro empático, de neuroeducación y hasta de cómo los procesos cerebrales pueden impactar en cuestiones vinculadas al derecho. Porque conocer cómo funciona nuestro cerebro es clave no sólo para los científicos, sino también para toda la comunidad.
Conocer cómo funciona nuestro cerebro es clave no sólo para los científicos, sino también para toda la comunidad
En nuestro país, si bien el avance de las neurociencias cognitivas humanas se expandió hace menor tiempo, se ha dado con un ímpetu que en otras épocas hubiese sido inimaginable. Este proceso no fue azaroso sino que se dio como resultado del impulso que han brindado personas e instituciones. Solo por nombrar algunos de estos protagonistas, es preciso reconocer la especial labor que ha tenido Nora Bär desde este mismo diario, quien ha divulgado con responsabilidad, constancia y sabiduría los esfuerzos de innumerables investigadores argentinos por conocer este órgano fascinante que es el cerebro.
También, con el tiempo, otros grandes medios nacionales fueron contando entre sus profesionales con destacados periodistas especializados. Por otro lado, importantes divulgadores, que además de formar a una generación de excelentes neurocientíficos cognitivos, han tomado a su cargo la promoción de dichos conocimientos a las más variadas audiencias llevando la ciencia a exposiciones de arte, el tango, actos de magia y hasta canchas de fútbol.
Como resultante de este estado de situación privilegiado y promisorio de las neurociencias cognitivas en nuestro país, este mes confluyen en Buenos Aires una serie de acciones académicas y de divulgación de trascendencia local, regional y mundial.
El Centro Cultural de la Ciencia (C3) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva, por caso, impulsa a éste como el mes del cerebro y por eso se están llevando adelante allí distintas propuestas participativas, muestras y conferencias. Asimismo, esta semana y la próxima se están desarrollando casi conjuntamente tres grandes eventos para la comunidad de neurocientíficos en los que convergerán en Buenos Aires investigadores del más alto nivel que llegan desde los lugares más variados del mundo: el Congreso Mundial en Cerebro, Comportamiento y Emociones, que ha convocado a figuras tales como Joseph LeDoux, Barbara Wilson y Donald Stuss, entre muchos otros, referentes en el estudio de la emoción, la rehabilitación y la neuropsicología de los trastornos cerebrales; además, el martes 14 de junio comenzó en Buenos Aires el Congreso Anual de la Asociación del Estudio Científico de la Conciencia, que convoca a figuras tales como Stanislas Dehaene, Michael Graziano y Daniel Dennet; por otra parte, el 21 de junio se llevará a cabo el Simposio Anual de la Fundación Ineco, coordinado por Tristán Bekinschtein, María Roca y Agustín Ibáñez,en el que científicos de primer nivel -como Jerome Sackur, Axel Cleeremans, Henrik Ehrsson eIan Phillips, solo por nombrar algunos- se darán cita en el Malba para disertar acerca de los Nuevos Desafíos en Neurociencias Cognitivas.
Todo esto nos revela que en estos últimos años no solo las neurociencias están en el centro de la vida de los argentinos sino que hoy, además, nuestro país se ha convertido en un lugar central para las neurociencias cognitivas.