Las inversiones sacarán adelante al país, pero llegarán si hay un plan creíble
En el gráfico medimos el PIB de Argentina per cápita en $ de 2004 y las distintas crisis por las que atravesó el país en los últimos 40 años: La crisis de la hiperinflación del 89, la crisis de la convertibilidad en 2001/2, la crisis de la subprime de 2008 y luego el estancamiento a partir de 2012 y finalmente la crisis de la pandemia del covid-19 en el 2020.
Cada una de estas crisis marcó una reducción importante en nuestro PIB per cápita en moneda constante, aunque después de las crisis hubo una recuperación que superó los niveles del momento crítico. Eso ocurrió con Carlos Menem en la década del 90, después con Néstor y Cristina Kirchner en los 2000. Pero después del 2012 no hubo más que estancamiento del PIB per cápita, con aumentos y disminuciones del mismo según el año y finalmente la crisis de 2020, con la pandemia del coronavirus, muestra una caída de casi 13 % del PIB, reducción importante en términos reales.
Con los actuales niveles del PIB per cápita estamos ahora en 2020 con el mismo nivel que en el 2006, pero no tenemos una expectativa de un mundo con buenas perspectivas. Por ejemplo, no se esperan subas importantes en los precios de las commodities agrícolas. En aquella época del 2006, la soja llegó a valer cerca de 530 US$/ton, pero hoy ese precio se ubica en 325 US$/ton, que es cercano a la mitad de aquel valor, aunque nunca fue tan bajo como en la época de Fernando de La Rúa, donde se encontró debajo de los 200 US$/ton, un precio muy malo para aquellos períodos.
Con los actuales niveles del PIB per cápita estamos ahora en 2020 con el mismo nivel que en el 2006
Puede apreciarse que desde 2012 hasta ahora tenemos estancamiento y recesiones, que ahora se profundizan en 2020, con esta situación heredada y también con la caída muy grande producto de la pandemia del coronavirus. Ahora tampoco encontramos una situación internacional que nos vaya a favorecer, dado que la gran mayoría de los países sufren este año de recesión.
¿Cuál es la única salida para nuestro país? La salida son las inversiones, para lo cual se requiere tener planes concretos y una perspectiva lógica de país, con expectativa de crecimiento de largo plazo. Para ello es necesario dar claves de la política económica y que se note bien la posibilidad de hacer negocios en el país. Esto es fundamental, pero para generar un crecimiento del PIB per cápita hacen falta muchas medidas complementarias.
Si ahora, en el medio de la pandemia de Covid-19, estamos preparando un cambio jurídico importante, esto quizá no de tranquilidad a los inversores para traer los recursos desde el exterior, ya sean de inversores locales o internacionales, y tratar de obtener un período de repago de esas inversiones de algunos años y allí, retirar las inversiones o seguir invirtiendo si el país evoluciona bien.
En China se está aplicando el XIII plan quinquenal de desarrollo de ese país y la inversión llega a alrededor del 45 % del PIB, con grandes recursos destinados a las obras de infraestructura, tanto públicas como para la población. Por ejemplo, también en los ferrocarriles rápidos que van a más de 300 km por hora y de los que ya hay cerca de 30.000 km de una red de 150.000 km. Nosotros necesitamos un tren rápido a Rosario o incluso a Córdoba, pero hasta ahora eso no se concretó.
En resumen, para recuperar el PIB per cápita necesitamos cambiar el país para que se desarrollen las inversiones y todo sea un ejemplo para la población, como es, por ejemplo, el caso de China.