Las ingeniosas campañas para “salvar” un destino
Que la basura sea solo un recuerdo y No lo ames hasta la muerte, buenas iniciativas para cuidar el medioambiente
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Podría decir que tengo el cerro Tronador en casa, que disfruto de este símbolo de Bariloche y de sus cumbres nevadas y glaciares cada vez que me acerco al modular del living para buscar las llaves. Esta versión del gran volcán del Parque Nacional Nahuel Huapi, reducida a un pequeño souvenir, atesora mucho más que un recuerdo patagónico. Invita a tomar conciencia de la importancia de cuidar el medioambiente porque fue realizado con residuos plásticos reciclados como parte de una campaña de Cerveza Patagonia, que tiene su Microcervecería en el Circuito Chico, de Re Accionar, emprendimiento que se dedica a transformar residuos plásticos en objetos de diseño y de Circuito Verde, organización que realiza acciones enfocadas en la mejora de la situación ambiental de la ciudad rionegrina.
Durante el verano, en Bariloche se generan 70 toneladas más de residuos por día que en otra época del año y muchos de estos residuos quedan abandonados en senderos, playas y bosques. No solo contaminan, sino que son potenciales focos de inicio de incendios.
Solamente en dos jornadas de limpieza de residuos en la Playa del Centro, ubicada frente al Centro Cívico, y la Playa Sin Viento del lago Moreno, recolectaron más de 90 kilos de residuos, una muestra significativa del desastre ecológico que provocamos los visitantes.
Para realizar los souvenirs, (en la base tienen un destapador de botellas) se recicló un cuarto de tonelada de plástico, que dio lugar a un objeto nuevo, con identidad local y que ayuda a sacar la basura de la ciudad, transformada, en este caso, con muy buen gusto. “Hagamos que la basura de la Patagonia sea solo un recuerdo”, invoca el persuasivo slogan de la iniciativa.
Las campañas para concientizar a los viajeros sobre la fragilidad de la naturaleza y la importancia de preservar se multiplican por el mundo. Si bien la pandemia nos hizo topar de frente con la vulnerabilidad de nuestro planeta, todavía queda mucho por hacer.
Las campañas para concientizar a los viajeros sobre la fragilidad de la naturaleza y la importancia de preservar se multiplican por el mundo. Si bien la pandemia nos hizo topar de frente con la vulnerabilidad de nuestro planeta, todavía queda mucho por hacer.
Los problemas de contaminación y masificación también se extienden a los países del primer mundo. En Canadá, hace apenas unos meses lanzaron la campaña Don’t Love it to Death (No lo ames hasta la muerte), para recuperar el corredor Sea-to-Sky, que se extiende desde North Vancouver y Bowen Island hacia el norte hasta Lillooet, en la Columbia Británica. Aumento exponencial de la basura, conflictos con la vida silvestre debido a la negligencia humana, degradación ambiental causada por el mal comportamiento y el uso ilegal de la tierra encendieron las alarmas de las comunidades locales, que decidieron unirse para recordarle a locales y visitantes la importancia de minimizar el impacto ambiental.
A Nueva Zelanda, referente de cuidado medioambiental a nivel mundial, también lo afecta los residuos mal gestionados y encaran el problema de manera efectiva. Para generar conciencia, cada año, entre el 17 y el 23 de septiembre (terminó hace dos días), la organización Keep New Zealand Beautiful organiza la Semana Nacional de Limpieza, con voluntarios que a largo de las dos grandes islas que conforman el país, salen por las calles de sus comunidades para sacar la basura que atenta contra el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
Un buen ejemplo de destino “arruinado” por los visitantes es Maya Bay, en la isla Phi Phi Leh, al sur de Tailandia, que popularizó la película La playa, protagonizada por Leonardo DiCaprio en 2000. La filmación y luego las hordas de turistas que comenzaron a llegar a este idílico rincón asiático, amparado por grandes rocas, que conjuga el ambiente selvático con playas con aguas cristalinas, hicieron que sufriera graves daños ambientales. Maya Bay estuvo tres años cerrado, reabrió a fines de 2021 y hace pocos días la Justicia tailandesa determinó que el Departamento Forestal deberá presentar un plan para la rehabilitación del paisaje y ratificó que la productora del film, 20 Century Fox, deberá aportar 273.000 dólares para financiar los trabajos. De todas maneras, difícil que se logren recuperar los corales que tenía originalmente.