Reseña: Wërra, de Federico Jeanmaire
Wërra, el último libro de Federico Jeanmaire (Baradero, 1957), trata sobre las formas de la guerra, pero también, y en la misma medida, sobre la narración. Trabaja en torno al realismo a la vez que reflexiona sobre lo heroico y sobre el héroe, protagonista durante siglos, primero de la epopeya y, más tarde, de la novela.
Jeanmaire desgrana en detalle la Operación Chariot, una de las batallas más cruentas de la Segunda Guerra Mundial. El narrador está ahí, setenta y seis años después, escribiendo en Saint-Nazaire, a orillas del Loire, en un bar que mira hacia la base submarina construida por los alemanes en aquellos años. El puntapié inicial es novelesco: sentado a la mesa de un bar de la zona, escucha el relato de la batalla por parte de Laurence, su amiga francesa. Luego asiste al acto que se celebra en conmemoración de la batalla, donde ve a un veterano ponerse su chaqueta con condecoraciones. "Lo seguí. Ya no pude dejar de mirarlo", dice el narrador. Esa fascinación, ese desconcierto, eso que atrae como un imán, es, por un lado, tratar de comprender lo incomprensible (que un grupo se embarque en una guerra), pero también entender la transformación (el hombre erguido, con su chaqueta, parece otro). Se convierte en personaje. Entonces, para el narrador –Jeanmaire hace hincapié en el proceso de escritura: dónde, de qué manera, por qué ubica determinado fragmento en una página y no en otra– empieza el relato.
Cada fragmento de Wërra lleva como título el nombre de los franceses y británicos muertos en la operación. El gran efecto, notable, es que hay un desfasaje, un corrimiento con el contenido de cada fragmento. Bajo el nombre de A. Spraggon, por ejemplo, el autor incurre en una reflexión en torno al relato de la batalla que hace uno de sus protagonistas, pero no Spraggon, sino Corran Purdon. Jeanmaire está también en el día a día de la guerra, las pequeñas cosas que continúan a pesar de todo. Y no sólo está la guerra real. También están las imaginarias, y ese héroe primero –primero también, siempre, en derrumbarse– que es el padre: el escritor hilvana sus reflexiones con el recuerdo de la serie Combate que miraban juntos.
Wërra sumerge de manera conmovedora al lector en un hecho concreto a la vez que despliega una clase magistral sobre estrategias narrativas. Es un libro para los amantes de la historia y también para los apasionados por la ficción.
WËRRA
Por Federico Jeanmaire
Anagrama. 408 páginas, $1095