Las dudas que despiertan el dólar y el menú para el FMI
Mientras los operadores del mercado financiero y una porción no menor del público en general se preguntan cuánto durará la paz cambiaria, luego de que, dos semanas atrás el dólar llegara a rozar los 200 pesos en el mercado informal y ayer concluyera por debajo de los 160 pesos, una encuesta de opinión pública da cuenta de que la mayoría aguarda una devaluación de la moneda argentina.
Más de la mitad de los 2500 encuestados a través de dispositivos móviles por Giacobbe & Asociados entre el 27 y el 29 de octubre presagian una fuerte depreciación del peso. Frente a la pregunta "¿Qué cree usted que sucederá con el valor del peso argentino?", el 53,2% afirma que habrá "una gran devaluación"; el 10,5% pronostica una "mediana devaluación"; el 7,7% cree que se producirá "una pequeña devaluación" y solo el 12,8% considera que "no habrá devaluación". El 15,6% contestó que no sabe.
No se trata del único dato desalentador sobre el futuro económico. Nada menos que el 62% de los consultados en ese sondeo juzga que la economía argentina tardará más de cuatro años en crecer nuevamente. El 5,2% opina que demorará cuatro años; el 7,2% proyecta que volverá a crecer en tres años; el 13,2% habla de dos años y solo el 12,2% presagia que demorará un año.
Los realizadores de la encuesta aclaran que el nivel de desesperanza no es hoy mucho mayor que el existente a principios de 2020, ya que también por entonces el 58% sostenía que la economía tardaría más de cuatro años en recuperarse. Sin embargo, lo que se modificó severamente es la percepción acerca de quién tiene la responsabilidad por la debacle económica del país. Mientras en enero el 38% pensaba que el mayor responsable era el gobierno de Mauricio Macri, en agosto esta creencia había bajado al 29% y hoy se mantiene en ese nivel. En cambio, quienes responsabilizan al gobierno de Alberto Fernández eran el 25% en enero, el 40% en agosto y hoy representan el 37%.
"Es decir que la estrategia que a Macri le sirvió solo dos años, a Alberto Fernández le duró mucho menos", según la interpretación de Jorge Daniel Giacobbe. En otras palabras, la gestión del actual gobierno exhibe un desgaste semejante al de haber administrado el país durante prácticamente tres años, cuando ese es, en rigor, el tiempo que le queda por delante.
La esperanza de la vacuna contra el coronavirus, tras las gestiones del Gobierno ante las autoridades de Rusia, es hoy el principal mensaje en el que las autoridades nacionales hacen foco para mejorar las expectativas sociales. El otro mensaje guarda relación con la tranquilidad, al menos transitoria, que se vive tras la fuerte baja del dólar, tanto en el mercado "blue" como en sus dos distintas cotizaciones bursátiles, que se desprenden de la operatoria con bonos que cotizan en moneda extranjera.
La estrategia del Gobierno de licitar bonos "dólar linked", esto es, ajustables por la cotización del dólar en el mercado oficial de cambios, y de vender en la Bolsa títulos públicos en moneda extranjera para favorecer una baja en el valor del dólar MEP y del Contado con Liquidación ha resultado exitosa en las dos últimas semanas. Sin embargo, esa estrategia no puede ser permanente, al tiempo que el hecho de que el Estado se desprenda de bonos hace bajar su precio, impactando en un incremento del riesgo país, que hoy ronda los 1400 puntos.
Tanto en el Ministerio de Economía como entre economistas del sector privado hay coincidencia en que una aceleración de la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por un capital de unos 44.200 millones de dólares más intereses, ayudaría a brindar confianza en el mercado.
El economista Martín Redrado expresó ayer, durante un encuentro organizado por el Banco Galicia, su convicción de que el acuerdo llegará, aunque la cuestión central pasa por los tiempos. En tal sentido, sostuvo que mientras el FMI no debería tener apuro, ya que el próximo vencimiento de deuda importante será hacia fines de 2021, por unos 5300 millones de dólares, a la Argentina sí la urge alcanzar un entendimiento lo antes posible.
Por lo pronto, el ministro Martín Guzmán intenta transmitir señales, tanto a los mercados como al FMI, para reducir la incertidumbre. Entre sus anuncios se destacan los siguientes:
- La intención del Ministerio de Economía de disminuir el déficit fiscal de manera más rápida. Esto es, llevarlo a no mucho más del 3,5% del PBI para 2021, pese a que el presupuesto aprobado en la Cámara de Diputados lo proyecta en el 4,5%.
- Se buscará avanzar hacia una menor dependencia de la emisión monetaria para financiar ese déficit.
- Se presentará un presupuesto plurianual, para mostrar una "hoja de ruta", como la que precisamente reclamó la titular del FMI, Kristalina Georgieva.
- No habría Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) ni Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para 2021, de acuerdo con las pautas previstas en el presupuesto.
- Se limitará el aumento de los subsidios económicos, lo que disminuiría el déficit del sector público, aunque provocaría algunos aumentos tarifarios graduales por la menor asistencia del Estado.
Con este menú de promesas, el ministro Guzmán esperará a la misión técnica del FMI, que llegará a la Argentina dentro de dos semanas. La duda de no pocos agentes del mercado, probablemente la misma que tengan los representantes del organismo financiero, es cómo hará el ministro de Economía para imponer aquellos criterios en un año electoral.