Las diez plagas de la economía argentina
Lo cierto es que en la medida que no se consiga financiamiento externo no va a haber suficientes dólares para financiar una reactivación económica que seguirá postergada
La economía argentina hoy en día sufre recesión, desempleo, inflación , déficit fiscal, atraso cambiario , brecha del dólar blue, default , riesgo país alto, reservas en baja, y déficit energético . Estas son las diez plagas que enfrenta la economía argentina y que no van a ser fácil dejar atrás.
Estas plagas están interrelacionadas y el principal problema es que es que la frazada de política económica es muy corta y se enfrentan importantes disyuntivas para poder atacarlas. Por ejemplo, para superar la recesión hay que importar más pero eso debilitaría la situación de las reservas internacionales que hoy ya están en niveles muy bajos. Si se quiere bajar la brecha cambiaria seguramente habría que devaluar y subir las tasas de interés (como se hizo en enero), pero esa política llevaría a una profundización de la recesión y una nueva suba de precios en el corto plazo.
La decisión de la Corte Suprema de EE.UU. de no tomar el caso argentino y el subsiguiente default de la deuda cayeron como un baldazo de agua fría y dieron por tierra la estrategia que había diseñado el Gobierno desde fines del año pasado para mejorar las reservas a través de volver al endeudamiento externo y poner la economía en modo de crecimiento. Dentro de esa estrategia se enmarcaron los acuerdos para pagar los juicios del CIADI, el pago al Club de París y el pago a Repsol por la expropiación de YPF .
El país se encuentra en una trampa de la cual es difícil salir. Recurrir al keynesianismo que se basa en políticas macroeconómicas expansivas como se hace muchas veces cuando una economía está en recesión hoy no aparece como una solución sino más bien como una fuente de nuevos problemas
Caída la estrategia de recomponer las reservas internacionales con endeudamiento el Gobierno muestra que no tiene plan B. Dado que el país tiene un déficit en la cuenta corriente del balance pagos del orden de los 6000 millones de dólares, la única forma de aumentar el nivel de reservas es a través de un superávit en la cuenta de capital que se logra si entra financiamiento del exterior o inversión extranjera. Pero el default terminó con la esperanza que de que entren fondos
El país se encuentra en una trampa de la cual es difícil salir. Recurrir al keynesianismo que se basa en políticas macroeconómicas expansivas como se hace muchas veces cuando una economía está en recesión hoy no aparece como una solución sino más bien como una fuente de nuevos problemas. No es factible estimular la economía mediante una mayor emisión monetaria o bajas en las tasas de interés que seguramente tendrían poco impacto sobre el nivel de actividad y mucho sobre la inflación y el tipo de cambio blue. Tampoco hay espacio para una política fiscal expansiva para estimular la demanda agregada que esté basada en un aumento del gasto público ya que alguien tendría que financiarla, y mejor que no sea el Banco Central que ya está emitiendo más de lo debido.
Dentro de este contexto el país está atrapado sin salida. Sin acceso a financiamiento externo para fortalecer las reservas internacionales la estanflación, esa combinación maldita de alta inflación y recesión económica, está para quedarse. La prioridad, por ende, es bajar el riesgo país, algo que será muy difícil de lograr mientras que el mundo considere que estamos en default.
Sin acceso a financiamiento externo para fortalecer las reservas internacionales la estanflación, esa combinación maldita de alta inflación y recesión económica, está para quedarse
Los esfuerzos del Gobierno para conseguir dólares utilizando el swap con China y otras vías similares van en la dirección correcta pero los montos de los que se hablan (unos mil millones de dólares o tal vez un poquito más) no alcanzan para despejar el horizonte. Una solución más promisoria se lograría si se encontrara algún mecanismo para poder destrabar el fallo del juez Thomas Griesa y pagarles a los bonistas, lo que despejaría dudas sobre el default y haría caer fuertemente el riesgo país; pero por ahora no se vislumbra.
Lo cierto es que en la medida que no se consiga financiamiento externo no va a haber suficientes dólares para financiar una reactivación económica que seguirá postergada, no habrá financiamiento para el abultado déficit fiscal y por lo tanto la inflación y el blue seguirán jaqueados por la fuerte emisión monetaria. Mirando hacia adelante el panorama luce sombrío ya que la escasez de dólares puede agravarse debido a la gran caída del precio de la soja y de la recesión en Brasil.
Una solución al problema de la deuda no es la bala de plata que mágicamente resuelve todos los problemas económicos argentinos. Por ejemplo, no resuelve el déficit energético, y difícilmente baje la inflación. Pero sin solución a este problema es difícil ver un cambio del ciclo económico y superar las diez plagas que hoy jaquean a la economía argentina.